La 75º edición del Salón del Automóvil de Ginebra celebrada en el año 2005 fue el evento elegido por Bentley para presentar en sociedad uno de sus modelos más importantes de su historia reciente. Fue el escenario en el que se llevó a cabo la puesta de largo del Bentley Flying Spur. Un sedán de superlujo que irrumpía en escena con el objetivo de animar este mercado tan elitista que dicha marca se disputa, entre otras, con Rolls-Royce.
En la gama Bentley
el Flying Spur es considerado la variante sedán de cuatro puertas. Es por ello que, hasta el año 2013, era conocido como Bentley Continental Flying Spur. A pesar del bajo volumen de ejemplares que se fabricaron de la primera generación, este modelo fue un verdadero éxito y un acicate para que Bentley siguiera adelante con su proceso de revolución interna.
Hubo que esperar hasta el año 2013 para que se produjera el lanzamiento de la segunda generación. Un cambio generacional que también fue presentado en el Salón de Ginebra. La tercera y actual generación del Flying Spur debutaría en el verano de 2019. Trajo consigo numerosas novedades en materia de diseño, de tecnología y de mecánica. Se trata de un vehículo completamente nuevo ya que estrenó plataforma. Pasó de utilizar la arquitectura D1 a la plataforma MSB, ambas del Grupo Volkswagen.
Es un vehículo de grandes dimensiones. El Flying Spur que podemos encontrar actualmente en los concesionarios mide 5,32 metros de largo. Una longitud que le sitúa en el segmento F. En su espacioso y lujoso interior hay cinco plazas. La distancia entre ejes alcanza los 3,19 metros. El maletero cubica un volumen de carga de 420 litros.
Compite en un segmento especialmente elitista y en el que un reducido número de modelos lucha por el liderato. Es el mercado de superlujo. Entre los principales rivales del Bentley Flying Spur se encuentran modelos como el Rolls-Royce Ghost, el Maserati Quattro porte y el Mercedes-Maybach Clase S. Tampoco debemos perder de vista a las versiones más lujosas y exclusivas de sedanes como el Jaguar XJ, el Audi A8, el BMW Serie 7 el Mercedes Clase S.
La gama de motores del Bentley Flying Spur ha sufrido importantísimos cambios con el paso de los años y, sobre todo, de las distintas generaciones. Ahora bien, el «corazón» del Flying Spur siempre ha sido el mítico, potente y enorme motor de gasolina W12 de 6.0 litros biturbo. Un bloque que alcanza los 635 CV y 900 Nm de par máximo. También se ha venido comercializando junto a un motor de gasolina V8 de 4.0 litros biturbo.
Bentley, al igual que el resto de marcas de coches, ha tenido que adaptarse a los cambios que se han producido en el mercado y, de manera especial, a los nuevos tiempos que corren en Europa. Es por ello que el lanzamiento de la tercera generación del Flying Spur marcó un antes y un después en el apartado mecánico de este modelo. ¿El motivo? Sucumbió a la electrificación.
El fabricante británico viene apostando muy fuerte por la tecnología híbrida enchufable (PHEV) como solución de movilidad sostenible. En el verano del año 2021 se presentó oficialmente el Bentley Flying Spur Hybrid. La variante PHEV que combina un motor V6 de gasolina con un motor eléctrico para arrojar una potencia de 544 CV. Además, gracias a una batería de iones de litio de 14,1 kWh puede circular hasta 40 kilómetros en modo 100% eléctrico.
Es producido en el Reino Unido. El Bentley Flying Spur se fabrica en Inglaterra. Y más concretamente en unas instalaciones localizadas en Crewe. La artesanía es clave en el proceso de fabricación de cada uno de los ejemplares de este vehículo, al igual que en el resto de modelos de Bentley.