Mi coche eléctrico se recarga lento, ¿qué ocurre?
La autonomía y el funcionamiento de un coche eléctrico depende de la carga de la batería. Esta debe cargarse periódicamente, pero no todas lo hacen a la misma velocidad. Te contamos de qué depende y los posibles problemas que pueden surgir.
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Publicado: 28/12/2023 07:00
Un coche de combustión necesita carburante para poder funcionar y si se termina deja de hacerlo. Solucionar este problema es sencillo, pero en el caso de los coches eléctricos el proceso de recarga de la batería es algo más complejo.
En otro artículo te contamos las posibles causas que pueden provocar que un coche eléctrico no cargue. En esta ocasión vamos a profundizar en los elementos que influyen en la velocidad de carga y qué puede ralentizarlo.
Por qué tu coche eléctrico carga más lento
El tiempo necesario para cargar un automóvil eléctrico varía entre una hora y ocho horas, dependiendo del tipo de enchufe utilizado y la capacidad de la batería del vehículo.
Los wallbox, enchufes comúnmente encontrados en las estaciones de carga, tienen capacidades de 11 kW o 22 kW, funcionando con corriente monofásica. En consecuencia, los tiempos de carga se sitúan en un rango de 4 a 8 horas. Los cargadores trifásicos o de carga rápida permiten reducir considerablemente dicho tiempo de espera.
Son varios los factores que influyen en el tiempo de carga de un coche eléctrico. Los principales son los siguientes:
- Potencia del punto de carga: cada estación de carga o cargador tiene una capacidad de entrega de potencia determinada. Si esta es menor que la que el coche soporta, este tardará más en completar el proceso. También influye si es monofásica o trifásica (más rápida).
- Consumo de energía del coche eléctrico: Cada vehículo tiene fijado un límite de energía que puede recibir, algo que dependerá del tamaño, la marca y el modelo. Si es inferior a la capacidad máxima del punto de carga, de nuevo el proceso será más lento de lo que podría.
- Cable de carga: el tercer elemento principal en la operación de recarga es el cable, que conecta el punto de carga con el vehículo. Cuanto mayor sea la capacidad de este, más rápido podrán cargarse las baterías (dentro de los límites del resto de elementos). También es vital que el cable sea compatible para maximizar su potencial.
- Número de cargas simultáneas: otro aspecto vital en la velocidad de carga es el número de vehículos que se están cargando en la misma estación de forma simultánea. Si el cargador comparte la energía disponible con otros dispositivos de un mismo circuito, esta se distribuirá entre los mismos, limitando así la velocidad máxima de carga.
Otros factores que ralentizan la carga de tu coche eléctrico
Además de estos, existen otros factores que también pueden provocar que tu coche eléctrico se cargue más lento de lo esperado o de lo normal.
Por ejemplo, la temperatura ambiente en el momento de realizar la recarga de la batería. Las temperaturas extremas afectan negativamente a la velocidad de dicho proceso, especialmente las frías.
Esto se debe a que la capacidad de la batería para recibir energía se reduce, produciéndose una potencia de carga permitida inferior. Esto también ocurre mientras conduces, ya que la autonomía se reduce en invierno.
En verano la velocidad no se ve tan afectada, aunque puede suceder que se produzca un sobrecalentamiento. En ese caso, el sistema inteligente de gestión (BMS) puede reducir la velocidad de carga para evitar problemas mayores.
Otro aspecto que puede reducir la velocidad de carga es el uso simultáneo de otras funciones del vehículo eléctrico. Por ejemplo, la calefacción, el aire acondicionado u otros sistemas.
Una batería antigua o deteriorada también tardará más en cargarse, ya que sus propiedades irán reduciéndose progresivamente.
Si la batería no está lo suficientemente vacía, también puede cargarse más despacio. Esto sucede porque el sistema carga más rápido al principio, reduciendo la velocidad en la parte final del proceso.