GP ChinaEl análisis: las claves del GP de China
Gran carrera la que pudimos presenciar este pasado fin de semana con motivo del Gran Premio de China, que tuvo de todo. Desde condiciones meteorológicas cambiantes, hasta sanciones, averías, accidentes, adelantamientos y múltiples estrategias. Y de todo ello salió victorioso con autoridad Nico Rosberg aunque, como es habitual, no vamos a detener nuestro análisis en el vencedor de la carrera.
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Publicado: 18/04/2016 10:30
Gran fin de semana el completado por Nico Rosberg que, al contrario que su compañero de equipo, disfrutó de un Gran Premio sin ningún tipo de incidente ni contratiempo. El alemán disfruta ahora de una considerable ventaja en la clasificación general y tendrá que ser Lewis Hamilton el que tome riesgos y pase al ataque sin otra estrategia posible.
Lo que no está claro es si el británico contará con aliados en su caza de Rosberg, pues Ferrari no termina de confirmar lo que se intuye de ellos en los entrenamientos y Red Bull, que está mejorando ostensiblemente, aún cuenta con el hándicap de la potencia de su motor. En la parte intermedia de la parrilla, la lucha sigue siendo tan intensa como siempre y pequeños detalles deciden qué pilotos son merecedores de los puntos al final de cada carrera.
Las estrellas del GP
Perdió la primera plaza en beneficio de Daniel Ricciardo en la salida. Ese fue su mayor -y en realidad el único- contratiempo del fin de semana. Nico Rosberg continúa mostrando su mejor cara, posiblemente ayudado por el infortunio de su compañero de equipo. Pero, sea como fuere, Nico lleva seis triunfos consecutivos (tres en 2015 y tres en lo que llevamos de temporada 2016). No hay mucho mas que decir, por tanto.
Red Bull siempre ha sido un equipo envuelto en cierta polémica por llevar el reglamento al límite, pero nadie se atreve a dudar de que son capaces de crear monoplazas especiales. Y este año lo han hecho. Si a eso le sumamos que Renault, por fin, ha dejado atrás sus problemas de fiabilidad y está empezando a avanzar con el rendimiento, el resultado es que tanto Ricciardo como Kvyat cuentan con la oportunidad de, al menos, conseguir podios. En Shanghái llegó el primero de la temporada.
El Ferrari de esta temporada es un gran paso adelante en cuanto a manejo y velocidad se refiere, aunque su fiabilidad aún esté en entredicho. La mejor prueba de ello es el renacimiento del finlandés que, si bien sigue cometiendo pequeños errores como el de la clasificación, ha empezado la temporada mucho más entonado. En China supo sobreponerse al golpe de Vettel y terminó en una sólida quinta plaza que, dadas las circuntancias, es todo un éxito.
La posición final de Pascal fue mucho menos llamativa que en Bahrein, pero su rendimiento en carrera sigue llamando la atención de muchos dentro y fuera del paddock. El de Manor se permitió el lujo de batir a un Sauber, un Haas, un Renault y, obviamente, a su compañero de equipo.
Manor cuenta con un gran activo en Pascal, que es capaz de mostrarles el rendimiento real del coche en todo momento. Y eso vale mucho.
Los estrellados del GP
Llevamos tres Grandes Premios viendo como Ferrari amaga y como Mercedes avisa del potencial real de los italianos. Pero, a la hora de la verdad, nada de eso se confirma.
El equipo italiano ha dado un paso adelante con el monoplaza, pero ya sea por parte de sus pilotos -como el sábado en clasificación y el domingo en la salida-, o por parte del equipo -con estrategias equivocadas-, lo cierto es que el resultado final es decepcionante. Mercedes ya es inalcanzable en el mundial de constructores y Red Bull se encuentra a sólo cuatro puntos. Si Renault confirma su mejoría con la evolución que estrenará en Canadá, es muy posible que los nervios aparezcan aún más en Maranello.
Desastroso fin de semana para el triple Campeón del Mundo, que tuvo que hacer frente a una sanción por sustitución de la caja de cambios, a la última plaza de la parrilla por un fallo en el motor y a una parada en boxes en la primera vuelta tras romper el alerón delantero.
A pesar de todo, consiguió un séptimo puesto que, no obstante, no suaviza la realidad: va a tener que dar lo mejor de sí mismo para conseguir batir a Rosberg y proclamarse campeón una vez más.
Segundo Gran Premio consecutivo en el que Force India pierde la oportunidad de sumar valiosos puntos. Esta vez, a los errores no forzados se le unieron algo quizá más preocupante: la incapacidad del monoplaza de controlar la degradación de los neumáticos.
En boxes tampoco fueron mucho mejor las cosas, con Hülkenberg siendo sancionado el sábado por perder una rueda en la Q2 y, el domingo, por ralentizar a los rivales en su propio beneficio en la entrada del pit-lane. Para completar el desabarajuste, el equipo debió pagar 5.000€ por ordenar salir a Sergio Pérez de boxes cuando pasaban otros pilotos por el carril rápido.
Prometía mucho el equipo tras los entrenamientos y la clasificación, pues se habían quedado cerca de entrar en Q3 a pesar de no haber podido utilizar neumáticos nuevos como consecuencia de la bandera roja provocada por Nico Hülkenberg.
Pero el domingo todo eso se esfumó y, aunque el coche de seguridad no ayudó, la realidad es que el coche demostró que está muy lejos de controlar la degradación de los neumáticos, algo que, por degracia, se suele arrastrar durante toda la temporada. ¿Responsabilidad del propulsor, que sigue teniendo problemas para entregar la potencia progresivamente? ¿culpa del chasis? Seguramente un poco de ambas cosas.
Desastre mayúsculo el de Renault este fin de semana. Averías varias en el monoplaza de Magnussen y, en cuanto a rendimiento puro y duro, absolutamente nada. Hasta el punto de que Jolyon Palmer terminó último en la carrera.
Fue uno de los equipos que sufrió mucho con la degradación y la mediocridad del monoplaza en un circuito con mayor exigencia aerodinámica que los anteriores, hizo el resto.
Dirección de carrera
Mención especial merece la actuación de Charlie Whiting y su equipo en esta carrera. Al esperpento habitual al que nos tienen acostumbrados los fines de semana en los que aparece la lluvia, se unió esta vez un nuevo capítulo: el del secado del charco presente en la recta de meta.
Tras el accidente de Wehrlein en Q1 en ese punto como consecuencia de la combinación bache+agua, Whiting ordenó que se secara el charco, completándose el ridículo con el hecho de que a los pocos minutos de finalizarse la operación, comenzó a llover de nuevo.
En cambio, tuvieron que ser los pilotos quienes avisaran por radio de que unos comisarios habían aparcado con su vehículo en la mediana que separa la entrada a meta del carril de boxes, con el peligro que ello conlleva en caso de que uno de los monoplazas se saliera en esa zona.
Tanto por exceso (¡secar un charco en una clasificación de F1!) como por defecto (no controlar la posición de un vehículo y sus ocupantes en los márgenes de la pista), Charlie Whiting y su equipo siguen demostrando que su incapacidad para tomar decisiones lógicas basadas en un criterio uniforme sigue siendo un grave lastre para la F1.
El destello
Sebastian Vettel fue protagonista de la carrera por un movimiento que llamó la atención de muchos y que hizo dudar de su legalidad. El alemán fue uno de los pilotos que entró a boxes detrás de Nico Hülkenberg cuando apareció el coche de seguridad, viéndose ralentizado por su decelaración deliberada.
Pero, al contrario que el resto de pilotos -y sabedor de que podía realizar la maniobra antes de llegar a la línea de entrada a pit-lane-, decidió no esperar a que el alemán se apartara y le adelantó a él y a Carlos Sainz por la izquierda. Polémico pero brillante movimiento que le ayudó de manera inestimable a conseguir la segunda plaza final.
El detalle técnico
Una carrera más, los neumáticos ofrecieron una gran variedad de estrategias en un circuito en el que la degradación supuso un reto mayor que en las dos carreras anteriores. Para ello, se dieron dos factores principales: la mayor presencia de carga lateral en este circuito gracias a numerosas curvas largas en las que el coche pasa varios segundos girando (sin desmerecer además la carga longitudinal en varias de las frenadas fuertes para afrontar las curvas lentas) y la lluvia del sábado, que hizo desaparecer la goma acumulada el día anterior.
Eso propició que, en la primera fase de la carrera, el compuesto superblando resultara inútil, aprovechando quienes habían iniciado la carrera con él, para cambiarlo durante el periodo de Safety Car. De paso, los que habían empezado con el blando -y que no pararon en boxes porque sólo se habían completado cuatro vueltas-, perdieron su ventaja estratégica.
Debido al estado de la pista, muchos pilotos optaron por el compuesto medio como neumático principal, intentando así hacer sólo dos paradas. Pero la velocidad de dicho neumático quedó en entredicho cuando muchos de los pilotos que lo escogieron, empezaron a caer en la clasificación.
Con el paso de las vueltas, algunos vieron como el blando podía ser la opción correcta al ganar goma el asfalto, como finalmente ocurrió, algo que se pudo ver en los casos de Vettel, Räikkönen y Verstappen.
La zona oscura
Una de las mayores polémicas del fin de semana fue el duelo verbal entre Sebastian Vettel y Daniil Kvyat tras finalizar la carrera. En la frenada de la primera curva, el ruso aprovechó el hueco interior que el alemán dejó y le adelantó sin compasión. Vettel se asustó al verle de repente y giró a la izquierda, impactando con Räikkönen.
A pesar de no haber sido tocado en ningún momento por Kvyat, Vettel se pasó toda la carrera quejándose por radio del ruso y echándole la culpa de lo sucedido. Al bajarse del coche, siguió haciéndolo, incluso posteriormente en la entrevista sobre el podio de Shanghai.
Para Vettel, la maniobra de Kvyat fue peligrosa por la velocidad a la que se acercó. Algo que resulta curioso teniendo en cuenta que se trata de carreras y que el el propio Sebastian realizó una maniobra mucho más inesperada en la entrada a boxes unas vueltas más tarde.
Fotos: Mercedes AMG / Red Bull / Ferrari / Manor / Force India / McLaren / Renault / @Matzzel89 / Pirelli