GP EuropaEl análisis: las claves del GP de Europa

Nico Rosberg vio en Bakú el momento ideal para recuperarse de sus dos últimas carreras, en las que había perdido gran parte de la ventaja que tenía en el campeonato, aprovechando un mal fin de semana de Lewis Hamilton. Vettel y Pérez hicieron lo mismo con Red Bull, que estuvo desconocido en esta ocasión.

13 min. lectura

Publicado: 20/06/2016 19:00

Nico Rosberg deshizo el desastre de Canadá devolviendo la jugada a Lewis Hamilton en Bakú. El piloto alemán recuperó los quince puntos que había perdido en la anterior carrera y vuelve a contar con 24 de ventaja en la clasificación del Campeonato del Mundo de pilotos.

La carrera de Nico fue bastante tranquila, llegando incluso a solucionar el mismo problema que sufrió su compañero con los controles del volante en menos de una vuelta. Con Hamilton lastrado por su mala clasificación y pérdida de potencia, Rosberg se limitó a controlar a Sebastian Vettel, que tardó en abrirse pasó entre sus rivales para, posteriormente, consolidad un segundo puesto que dejó satisfechos a los de Maranello.

Pero si hubo un ganador en este Gran Premio de Europa, sin duda fue Sergio Pérez, que completó un fin de semana espectacular, exprimiendo a fondo las virtudes de su Force India. Algo que no pudieron hacer ni Carlos Sainz, ni Fernando Alonso, que terminaron abandonando por avería mecánica.

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Las estrellas

Nico Rosberg

El alemán es un gran piloto que, cuando no tiene una gran cantidad de presión sobre sus hombros, es tan bueno como el que más. En un fin de semana inspirado, Nico es capaz de realizar su trabajo a la perfección y resistir la comparación con cualquiera. Así fue en Bakú, donde consiguió la pole -sin oposición y la victoria -tras una primera vuelta libre de accidentes y acoso por parte de sus rivales-, con Grand Chelem incluido.

Por desgracia, a lo largo de los años ha quedado demostrado que no consigue controlar el efecto de la presión durante toda una temporada, así que esa seguirá siendo su asignatura pendiente y el reto a superar esta temporada.

Sebastian Vettel

Aunque en Canadá cometió varios errores en carrera, algo relativamente justificado en un circuito tan complicado y con un objetivo tan ambicioso como era dar caza a Hamilton-, lo cierto es que pudimos ver al Vettel que llevábamos tiempo echando de menos. Y en Bakú volvimos a disfrutar de él.

La clasificación no fue fácil y el rendimiento de Sergio Pérez dejó claro que, en este circuito, el Force India era mejor que el Ferrari en todos los sentidos. Pero Vettel aprovechó la oportunidad que la sanción de cinco plazas a Pérez en parrilla le brindó y consiguió el mejor resultado posible: el segundo puesto final. Al fin y al cabo, es todo lo que se le puede pedir a un piloto.

Sergio Pérez

Sergio tuvo un único error en todo el fin de semana: el accidente de la tercera sesión de entrenamientos libres. Y, aunque pudo costarle la segunda plaza, lo cierto es que exprimió al máximo su monoplaza. El ritmo del Ferrari fue mejor en carrera y Sergio pudo vencer a Kimi en gran parte por los problemas que éste tuvo con el mapeado del motor, como le ocurriera a los Mercedes.

¿Habría batido a Vettel de haber salido segundo en parrilla? Quizá sí pero, en cualquier caso, es secundario. Lo verdaderamente importante es que Sergio vuelve a ser, una vez más, el abanderado que pone en valor lo realizado por Force India y, con ello, vuelve a llamar la atención de los grandes.

Valtteri Bottas

Williams está empezando a mostrar signos de debilidad y, quizá, retroceso en su progresión. Pero Valtteri Bottas está demostrando en las últimas carreras el potencial del coche sin fisuras, algo que no se puede decir de él a menudo.

Es complicado decir cuánto durará la racha (algo que nos recuerda a los que decíamos de Romain Grosjean en las primeras carreras), pero, en Bakú, estuvo impecable y eso no se lo quita nadie. Si existe un modo de conservar el asiento de cara a 2016, no es el que Massa está exhibiendo, sino el que Bottas nos está mostrando.

Los estrellados

Lewis Hamilton

Estuvo completamente desconocido Lewis Hamilton en Bakú. Durante los entrenamientos libres, dominó como es habitual en él pero, desde que comenzara la clasificación, se convirtió en otro piloto.

Errático, nervioso e ineficaz, Hamilton completó una clasificación desastrosa y, en carrera, el problema con los controles electrónicos terminó de desquiciarle, perdiendo por el camino todo lo ganado en Montreal.

Aún así, no nos engañemos: su carrera fue buena. Remontó hasta donde el coche le permitió y no tiró la toalla con el asunto de los mapeados hasta que, pasadas doce vueltas, dio con la solución. Para entonces ya era tarde y decidió dejarlo pasar y conservar el motor. Al menos en ese sentido, superó el espejismo del día anterior.

Red Bull

No se le puede achacar al déficit de potencia del propulsor todo lo ocurrido este fin de semana en Red Bull. Es evidente que la velocidad punta era un punto muy importante en este circuito, pero los problemas fueron más allá y, tanto Ricciardo como Verstappen, tuvieron muchos problemas con la gestión de los neumáticos.

No pudieron controlar el graining tanto como otros equipos y, sea o no un problema derivado de reducir drásticamente la carga aerodinámica para compensar en las rectas, lo cierto es que no es propio de un equipo de la talla de Red Bull. En esta ocasión, no estuvieron a la altura.

Toro Rosso

Desde el primer día insistieron en que este no era un circuito apto para conseguir un gran resultado. Pero de eso a lo que finalmente ocurrió, va un mundo.

Las cosas empezaron bien y se colocaron en disposición de aprovecharlo, pero problemas con los frenos que Sainz no consiguió solucionar y el colofón de la doble rotura de la suspensión trasera dista mucho de tener relación con la escasa potencia del motor. Se va una nueva oportunidad y cada vez está mas lejos la opción de terminar el campeonato con un botín acorde al potencial del equipo.

El destello

Sergio Pérez realizó una estrategia perfecta, no cediendo a la tentación de entrar a cambiar los neumáticos en las primeras vueltas cuando apareció el grainingy acercándose poco a poco a Kimi Räikkönen, que rodaba en posiciones de podio.

Cuando el mexicano se encontraba ya a menos de cinco segundos del finlandés, era plenamente consciente de que el tercer puesto era suyo si se mantenía a esa distancia, pues Kimi contaba con cinco segundos de penalización por haber pisado la línea de entrada a boxes en su primera parada. Pero Sergio no se conformó con conseguir el podio 'en los despachos' y, cuando vio la oportunidad de adelantar a Kimi sin poner en peligro su carrera, lo hizo. Limpio, efectivo y en la última vuelta. Todo un destello de ambición y calidad que dice mucho del mexicano.

El detalle técnico

Muchos de los equipos presentes en Bakú se vieron en la encrucijada de decidir qué tipo de configuración aerodinámica adoptar. La primera opción: rodar con menos carga aerodinámica, hacía que el coche fuera más inestable en los dos primeros sectores, pero alrededor de 15/20 kilómetros por hora más rápido en el tramo de más de dos kilómetros del tercer sector. La segunda, todo lo contrario: un coche más rápido y predecible en la mayor parte del circuito, pero muy vulnerable a los adelantamientos en la recta de meta.

Algunos pilotos tuvieron sus dudas hasta el mismo sábado, jornada en la que vimos como Red Bull comparaba distintas configuraciones en los entrenamientos libres. Finalmente, casi todos optaron por la opción de baja carga aerodinámica, confiando en maximizar el agarre mecánico en el segundo sector y en aprovechar la mayor velocidad punta en la recta de meta.

Otra de las claves radicó en el graining, que apareció durante el fin de semana y, en carrera, perjudicó a todos los pilotos en las primeras vueltas de carrera. Muchos optaron por parar enseguida para montar el compuesto blando y evitar perder tiempo con los super-blandos afectados, pero otros permanecieron en pista.

La razón es que supieron interpretar cómo se comportaría el neumático y esperaron a que el graining desapareciera para alargar así la vida útil del neumático y parar sólo una vez en boxes. Esa fue la clave del podio de Pérez o el sexto puesto de Bottas, entre otros.

La zona oscura

Kimi Räikkönen fue sancionado durante el Gran Premio por cruzar la línea de separación del carril de entrada a boxes con la pista en su primera parada. El viernes, durante la habitual reunión de pilotos con dirección de carrera, éstos le trasladaron a Charlie Whiting su preocupación sobre varios aspectos del circuito, entre los que se encontraba la señalización de entrada a boxes.

La pista cuenta con ondulaciones en la recta de meta y la pintura no se veía hasta que los coches se acercaban notablemente. Para resolverlo, se alargó la línea y se colocaron carteles de aviso, moviendo además la línea hacia la izquierda, para estrechar más el carrill y dejar más espacio de pista en una zona en la que era previsible que hubiese muchos adelantamientos por DRS.

En esa reunión, Whiting incidió en que no se debía pisar la línea para evitar entradas en el último momento que pudiesen provocar un accidente. Quien entrara en boxes, debía hacerlo antes de llegar a la línea de separación. Pero Kimi no debió atender y, el domingo, hizo exactamente eso en carrera, siendo sancionado con cinco segundos. El finlandés tachó la sanción de "estupidez", argumentando que no había obtenido ganancia alguna. Lo que ocurre es que, en este caso, no se trata de justicia deportiva, sino de responsabilidad. Y Kimi como el resto de la parrilla, estaba avisado y con razón. Sólo él decidió que no merecía la pena hacer caso de la recomendación y, como es lógico, terminó sancionado.

Fotos: Mercedes AMG / Red Bull / Toro Rosso / Ferrari / Force India / Williams

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