Análisis F1 2017Análisis mitad de temporada: Mercedes vs. Ferrari
Los dos grandes equipos del año cuentan con numerosos puntos a favor, pero también debilidades que pueden llevarles al fracaso. Analizamos el gran duelo desde el punto de vista del equipo, los pilotos y los monoplazas para buscar un mejor entendimiento de esta primera fase de la temporada.
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Publicado: 10/08/2017 09:30
Se esperaba con ansiedad el nuevo reglamento, no sólo por ver qué impacto tendría en la filosofía de competición, sino porque creaba la oportunidad ideal para albergar la esperanza de que Mercedes tuviera por fin un rival a su altura.
Es cierto que los motores seguirían un camino continuista, pero también que el concepto mecánico -a través de unos neumáticos más anchos y un monoplaza con dimensiones muy distintas- y el aerodinámico -con nuevas normas y oportunidades de innovación- cambiaría por completo, obligando a todos los equipos a comenzar prácticamente desde cero.
En ese contexto, era Red Bull el equipo que la mayoría señalaba como candidato principal a destronar a Mercedes por su tradicional destreza a la hora de interpretar un nuevo reglamento, pero también por la creciente competitividad de su suministrador de motores: Renault.
Ferrari, en cambio, planteaba muchas dudas tras la experiencia de los últimos años y la marcha de James Allison del equipo con el proyecto de 2018 a medias y su sustitución a cargo de Mattia Binotto, un hombre de la casa que siempre había desempeñado su labor en el área de los motores, no de la aerodinámica.
Pero la realidad en la Fórmula 1 muchas veces es caprichosa y el escenario que tenemos una vez cumplida la primera mitad de la temporada es muy distinto al que la teoría nos dibujaba en invierno. Mercedes sigue estando en lo más alto, pero tiene en Ferrari a un contendiente realmente duro y no es probable que los de Maranello vayan a descolgarse en lo que resta de temporada.
Es más, Sebastian Vettel mantiene a raya a un Lewis Hamilton que no ha conseguido la suficiente consistencia como para liderar el campeonato o compensar los errores de Mercedes, tanto a nivel estratégico como mecánico. Y es que Mercedes se ha encontrado con un escenario novedoso en el que aparece un rival que obliga a todos los estamentos del equipo a flirtear con el límite.
Decisiones estratégicas cuestionables como las de Bahrein, problemas para entender los neumáticos como los de Mónaco o errores de diseño en partes trascendentales del coche como la caja de cambios nos han permitido ver a un equipo Mercedes terrenal y vulnerable, pero no por ello destinado al fracaso.
Ferrari también ha cometido errores y cuenta con algunos aspectos a mejorar, pero el paso adelante dado este año es mucho más notable de lo que pueda parecer, no sólo por lo visto a nivel deportivo, sino por lo mostrado en el apartado técnico y político.
La Scuderia vuelve a innovar en la hoja de diseño con soluciones aerodinámicas únicas, pero también ha recuperado su influencia en los despachos, consiguiendo cortarle las alas a sus rivales en asuntos como el tercer elemento de la suspensión. En definitiva, Ferrari se ha vuelto a convertir en un equipo con recursos y la capacidad necesaria para optar al título mundial.
Hamilton vs. Vettel
Faltando Fernando Alonso por razones obvias, los otros dos integrantes del trío de multiples campeones han tomado las riendas de la temporada. Sebastian Vettel lidera el campeonato de pilotos con catorce puntos de margen sobre un Lewis Hamilton que en ningún momento ha llegado a liderar la tabla este año, pero que estuvo igualado a puntos con su rival en China y jamás ha cedido más de 25 puntos con respecto al líder.
Como en sus mejores tiempos en Red Bull, Sebastian Vettel vuelve este año a hacer gala de una consistencia a prueba de bombas con un cuarto puesto en la clasificación de Azerbaiyán como peor resultado a una vuelta y el séptimo de Silverstone como consecuencia de un pinchazo como mayor lastre en carrera.
Sebastian es el claro líder del equipo, algo que se ha ganado gracias a la comentada regularidad y a una cultura del trabajo constante que le lleva a querer ser el primero en probar los neumáticos experimentales del próximo año o a probar el Shield. Vettel siempre es el primero en llegar y el último en marcharse porque entiende que el talento debe acompañarse de trabajo para desequilibrar la balanza de los resultados en su favor.
Lewis Hamilton, por otro lado, aún permanece inmerso en la crisis de identidad que Nico Rosberg propició en la segunda mitad de la temporada pasada, alternando fines de semana de auténtico dominio como el de China, Canadá o Gran Bretaña con mediocridades como el de Rusia, Mónaco o Austria.
Hamilton lleva arrastrando fama de piloto impulsivo y carente de constancia desde su debut en 2007, pero lo cierto es que temporadas como la de 2012 o 2015 nos revelaron un piloto capaz de ser implacable y regular como el que más. Y, por lo visto hasta el momento en las once primeras carreras, ese será el único Hamilton que pueda derrotar a Vettel a final de año.
Los segundos espadas
En clave de constructores, las cosas son diferentes y es Mercedes quien lleva las de ganar gracias a un Valtteri Bottas que se está superando a medida que avanza la competición. Como es lógico, el finlandés comenzó la temporada dubitativo y con problemas para contener a unos impresionantes Ferrari y a un suelto compañero de equipo.
Pero la victoria de Sochi propició una transformación que gradualmente ha ido convirtiendo a Bottas en un piloto con el que Mercedes puede contar, no sólo para acumular una considerable cantidad de puntos, sino para liderar al equipo cuando Hamilton falla o, incluso, para convertirse en candidato al título si se dan las circunstancias adecuadas en la segunda mitad de temporada.
Tras las once primeras carreras, Valtteri Bottas cede 33 puntos que tras el abandono de España y el descalabro general de Mónaco llegaron a ser 54, habiendo conseguido hasta el momento dos victorias, dos poles y ocho podios (los mismos que Vettel y dos más que Hamilton).
En cambio, Kimi Räikkönen deambula una temporada más por una Fórmula 1 que no espera demasiado de él, entre otras cosas porque las escasas veces que consigue estar a la altura de su compañero, Ferrari opta por proteger a su líder para maximizar las opciones de título.
El veterano finlandés cuenta con unos escasos 116 puntos que suponen 86 menos que los que ha conseguido Sebastian Vettel. Suponiendo que Ferrari hubiese decidido permitir a Kimi ganar en Mónaco y Hungría, esa diferencia habría descendido hasta los 58 puntos, estando Vettel empatado a 188 puntos con Hamilton en la cabeza del campeonato.
Sin victorias, con una pole y la mitad de podios que su compañero, Kimi Räikkönen intenta mantener la dignidad por radio durante los Grandes Premios en los que ha tenido opciones de plantar cara a Vettel, pero en el fondo es consciente de que su papel está claramente definido en la Scuderia y lo ejecuta a la perfección cuando está en condiciones de hacerlo.
El problema para Ferrari es que Kimi no ofrece lo suficiente como para pensar que el campeonato de constructores es un objetivo realista o, al menos, probable. Räikkönen sólo pudo vencer a uno de los Mercedes en China y Rusia, robándole puntos a los dos monoplazas alemanes únicamente en los mencionados casos de Mónaco y Hungría. Dicho de otro modo, Räikkönen sólo ha cumplido parcial o totalmente su cometido en el 36% de las carreras disputadas hasta el momento.
Los monoplazas
Toto Wolff definió al Mercedes W08 como un coche rapidísimo que en ocasiones se comporta como una diva y desde luego no le ha faltado razón al austriaco. El monoplaza de esta temporada del vigente campeón ha demostrado que, en condiciones ideales, es el más rápido de la parrilla con buen margen.
Pero a lo largo de las once carreras disputadas, dichas condiciones ideales no se han dado en varias ocasiones, especialmente como consecuencia de un irregular y a veces caótico trato de los neumáticos que dificulta la puesta a punto. El ejemplo más claro y sangrante fue el de Mónaco, Gran Premio en el que los problemas para generar suficiente temperatura en los neumáticos delanteros fueron más evidentes.
El equipo también ha tenido que hacer frente a problemas en la caja de cambios que lastraron a Hamilton en Austria y a Bottas en Gran Bretaña, pero también es cierto que el desarrollo del monoplaza ha ido solucionando gradualmente las debilidades más notables y, poco a poco, el W08 va siendo cada vez más dócil, obligando a Ferrari a mantener el nivel en cada carrera y tomando ventaja en circuitos rápidos gracias a su motor y su batalla larga, que le permiten alcanzar mayor estabilidad en las curvas de alta velocidad.
El Ferrari SF70-H, por otro lado, cuenta con una facilidad de puesta a punto y una uniformidad de rendimiento considerables, pero no tiene tanta velocidad pura como su rival. A lo largo del año, en ocasiones se ha visto incapaz de seguir la estela del Mercedes W08, pero el mejor tratamiento de los neumáticos y su clara superioridad en circuitos de máxima carga aerodinámica le permiten mantener todas sus opciones de cara a final de año.
Cada uno en su estilo y con sus armas, nos están permitiendo ver lo mejor de sus respectivos pilotos, pero también sus limitaciones. La evolución marcará a buen seguro el ritmo del campeonato y, seguramente, acabe teniendo gran influencia en el resultado final. En este aspecto una cosa es segura: Mercedes dará la talla. ¿Conseguirá Ferrari revertir la tradición de los últimos años y mantener el nivel de su monoplaza hasta final de año?
Estadísticas | Sebastian Vettel | Lewis Hamilton |
---|---|---|
Victorias | 4 | 4 |
Poles | 2 | 6 |
Vueltas rápidas | 1 | 6 |
Podios | 8 | 6 |
Puntos | 202 | 188 |
Posición media clasificación | 2.18 | 3.00 |
Posición media carrera | 2.45 | 2.91 |
Kilómetros completados | 3.313 | 3.313 |
Kilómetros en cabeza | 1.019 | 1.364 |
Abandonos | 0 | 0 |