Aston Martin asombró a principios de 2023, pero luego todo se fue al traste. Ya sabemos por qué

La capacidad de evolución de Aston Martin ha sido prácticamente nula desde mediados de la temporada 2023. Pero, ¿por qué? Tom McCullough, director de rendimiento del equipo, ha desvelado algunas claves de este sonado fracaso.

Aston Martin asombró a principios de 2023, pero luego todo se fue al traste. Ya sabemos por qué
Aston Martin, un equipo cada vez más desdibujado

9 min. lectura

Publicado: 24/11/2024 16:00

Pasar de sufrir para entrar en los puntos a conseguir seis podios en los ocho primeros grandes premios de la temporada es, sin duda, un avance sorprendente.

Pero aún lo es más retroceder de forma dramática al punto de partida en sólo unos meses. Eso es lo que le ha ocurrido a Aston Martin desde finales de la temporada 2022 hasta ahora.

En un periodo de dos años, el equipo de Silverstone ha pasado por todos los estados de ánimo posibles, pasando de soñar con ganar carreras —y estar muy cerca de conseguirlo— a sufrir para no cerrar la parrilla. Ahora, Tom McCullough ha desvelado una de las claves de semejantes altibajos.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

Calcula tu precio online

«Incluso a finales del año pasado, para ayudarnos a entender la correlación de las cosas, volvimos a utilizar ese coche de la fase anterior»

Aston Martin retrocede posiciones en la parrilla

Dan Fallows llegó a Aston Martin en la primavera de 2022, momento a partir del cual se centró en desarrollar el monoplaza de 2023.

El AMR23 nació de forma casi inmejorable, comenzando la temporada con sólo Red Bull por delante y haciendo gala de un comportamiento muy estable y predecible (brillando especialmente en frenada, curvas lentas y tracción). Su mayor debilidad era la velocidad punta, pero nada que no se pudiera compensar en las curvas, al menos en las primeras carreras.

Lo malo es que pronto Mercedes, Ferrari y McLaren fueron solventando sus dificultades, llegando a un punto en el que superaron a Aston Martin. A mediados de temporada, Fernando Alonso ya sufría para mantenerse en el grupo de cabeza e, incluso, en los puntos en determinados circuitos.

A finales de año, y con la notable excepción de Brasil, el objetivo era ya no verse superado por los equipos de media tabla, circunstancia que se ha agravado en 2024 y que ha terminado por costarle el puesto a Dan Fallows.

Una vía de diseño de corto recorrido

Que Aston Martin ha fracasado estrepitosamente a la hora de desarrollar sus dos últimos monoplazas es un hecho demostrado. De hecho, los datos indican que ha sido el peor equipo de la parrilla en este aspecto. Ahora bien, ¿por qué ha ocurrido?

Tom McCullough, director de rendimiento de la estructura británica, ha admitido que el origen del problema radica en una vía de diseño que pronto demostró haber llegado a su límite ya a mediados de la temporada 2023.

«En última instancia, llegamos a un punto en el que no pudimos evolucionar mucho. Esa filosofía llegó a su fin», reconoce el ingeniero británico. «Seguimos intentándolo una y otra vez, pero no pudimos agregarle un rendimiento significativo. Entonces, hubo que buscar rutas alternativas y elegimos algunas diferentes».

Una vez comprobado que la filosofía de diseño elegida para el AMR23 tenía las alas muy cortas, Aston Martin comenzó a explorar vías alternativas. Sin embargo, no fue capaz de encontrar el modo de avanzar de forma clara e incluso llegó a retroceder a los orígenes del monoplaza para sacar algunas cosas en claro.

«Obviamente, también te inspiras un poco en lo que hacen otros. Pero sí, incluso a finales del año pasado, para ayudarnos a entender la correlación de las cosas, volvimos a utilizar ese coche de la fase anterior para obtener los datos que nos demostraran a nosotros mismos en Abu Dhabi que seguía sin ser un coche más rápido».

A ello hubo que sumarle la evolución del resto de equipos, que tras un comienzo dubitativo encontraron el modo de maximizar el potencial de sus respectivos monoplazas. Mientras, Aston Martin seguía sumido en la confusión.

«Siempre es un juego relativo. Esas primeras carreras, cuando obtuvimos muchos podios, mucho éxito, todavía estábamos bastante lejos del coche más rápido. Pero hubo otros más lejos [Mercedes, McLaren y Ferrari] y nosotros ocupamos ese espacio», admite McCulllough.

¿Lograrán Cardile y Newey enderezar el rumbo de Aston Martin? De momento, son los que están quienes deben hacerlo.

Más de lo mismo en 2024

Aston Martin afrontó el invierno seguro de haber encontrado la solución a los problemas y el AMR24 de este año debía confirmar dicha creencia. Sin embargo, la situación no sólo no mejoró, sino que ha vuelto a empeorar con el paso del tiempo.

A este respecto, McCullough admite que las cosas tampoco han ido según lo previsto en 2024. «Este año no hemos dado el paso que queríamos. El desarrollo en relación con otros no ha sido lo suficientemente fuerte, por lo que nos cuesta un poco más sumar puntos en todo tipo de circuitos».

«Al principio del año estábamos bastante seguros de que podríamos sumar puntos en cualquier tipo de circuito», apunta. Sin embargo, el AMR24 nunca ha sido el monoplaza versátil que Aston Martin pretendía, sufriendo mucho con los neumáticos y convirtiéndose cada vez más en un coche impredecible y traicionero.

Un coche inconducible

De hecho, en las últimas carreras el AMR24 ha vuelto a sufrir el temido porpoising, bouncing o rebote a alta velocidad, obligando a los pilotos a sacrificar aún más rendimiento para poder controlar el monoplaza. Algo que, en una parrilla muy igualada, ha condenado a Aston Martin a las últimas posiciones.

«La zona media está muy reñida, hay muchos equipos muy, muy cerca, y si las características de tu coche base no se adaptan a la pista y otros equipos te han superado en desarrollo, entonces es más difícil sumar puntos».

«Necesitamos mejorar la gestión de las alturas y el comportamiento del coche en las curvas de baja velocidad. En las curvas más rápidas fuimos más competitivos que en las de baja velocidad, basta con mirar los datos recopilados durante la temporada. Las curvas de baja velocidad son en las que tuvimos más problemas. Es bastante diferente al año pasado».

«Sí, este año hemos hecho que el coche sea más difícil de conducir. En la búsqueda de mayores prestaciones, hemos hecho el coche más difícil para los pilotos. Nos costó un poco el rebote y esto hizo que a veces fuera impredecible», prosigue McCullough.

Con el objetivo de intentar resolver los problemas, Aston Martin ha estado experimentando con varias versiones aerodinámicas del monoplaza. Sin embargo, ninguna de ellas ha funcionado adecuadamente y el equipo se ha visto obligado a ir alternando unas con otras en función de las características de cada circuito.

«Tenemos dos tipos diferentes de superficies, una de las cuales ha demostrado ser más efectiva a bajas velocidades, la otra a altas velocidades y las alternamos según la pista. Lo ideal sería tener algo que lo haga todo, pero aún no lo hemos logrado», lamenta McCullough.

«Evidentemente, este es el objetivo para principios del próximo año», concluye. Esperemos que así sea y Aston Martin pueda recuperar el brillo con el nuevo AMR25.

Fuente: Motorsportweek.com | Motorsport.comFotos: Aston Martin F1

Este artículo trata sobre...

Pixel