Cuando Carlos Sainz descubrió quién era su padre: «Había mucho capullo con el “trata de arrancarlo”, me molestaba»
El Carlos Sainz más humano y abierto cuenta cómo descubrió la verdadera grandeza de su padre como icono del deporte. El joven Carletes narra cómo vivió su infancia junto a este y cuál fue el consejo que le cambió como piloto en el karting.
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Publicado: 17/06/2024 13:30
Carlos Sainz se ha forjado una carrera profesional brillante, tanto que hace años que ya no es considerado el hijo de la leyenda de los rallies, sino uno de los mejores pilotos del mundo por pleno derecho.
Y no cabe duda de que la influencia de su padre ha sido vital en este proceso, pues pocos tienen tanta experiencia y capacidad de análisis para guiar a un joven talento en sus primeros años. No sólo a nivel deportivo, sino también personal.
Carlos Sainz, la leyenda
El propio piloto de la Scuderia Ferrari en la Fórmula 1 ha hablado de ello, sincerándose y ofreciendo una visión muy personal de lo que ha supuesto para él la figura de su padre en todos los sentidos. Por ejemplo, cómo se dio cuenta, siendo aún pequeño, de la verdadera magnitud de su padre en el mundo del deporte.
«Yo sí que tenía ser la sensación de ser “hijo de”. Porque mi padre es buenísimo, es una leyenda», comienza explicando Carlos Sainz. «Me di cuenta en 2004, cuando se retiró del Mundial de rallies. El año antes de que yo dijese que quería ser piloto de Fórmula 1».
«Me daban por detrás, me sacaban de pista. Y un día me sentó mi padre»
«Le hacen un homenaje en Madrid y cierran todo para que se ponga a hacer el loco con un coche de rallies. Dije, “Dios, mi padre es un tío grande, mi padre mueve”», desvela el madrileño de 29 años.
Desde ese momento, un orgulloso Carlos con 10 años, empieza tomar conciencia real de todo, e incluso ve con malos ojos una de las frases más ligadas a su padre. «A partir de ahí, cuando viajábamos juntos, me fijaba más, la cantidad de gente que le paraba, había mucho capullo todo el rato con el “trata de arrancarlos, Carlos”, y me molestaba», reconoce Sainz.
«Tenía mucha más atención. Y luego, en el mundo del motor, la cantidad de gente que le respeta y que me decía: “Vaya padre tienes, qué grande”. Y lo peor de todo es que tiene 61 años y sigue ganando en el Dakar. Da igual que yo esté ganando carreras en la Fórmula 1, que él sigue a lo suyo y ganando», bromea a continuación.
Cuando el padre vio que el hijo valía
En la historia del deporte, tenemos múltiples casos de hijos que no han heredado el talento o la capacidad de sus padres para seguir sus pasos.
No es el caso de Carlos Sainz, cuyo padre siempre ha sido su mayor admirador, según desvela el ahora piloto de Ferrari. «Es una figura muy grande y muy potente que siempre he tenido a mi lado y siempre me ha apoyado. Si os digo la verdad, siempre ha sido mi mayor fan, mi mayor defensor. El que siempre me decía: “Confía en ti, eres bueno, vas a llegar, sólo tienes que seguir currando y palante”», se sincera.
Sainz también cuenta que a su padre no le convencía nada que su hijo fuera piloto. Sin embargo, accedió a intentarlo y pronto vio posibilidades en él. «En cuanto vio que iba rápido. No me lo decía, pero sus amigos, la gente me lo ha comentado. Les decía: “Creo que es bueno. Es que encima creo que el cabrón es bastante bueno”».
«Le da por decir a veces que soy mejor que él, que es mentira, porque él es una leyenda, pero vio rápido que yo tenía talento. Estoy convencido de que si hubiese sido un paquetillo, mi padre me hubiese dicho poco a poco que no iríamos a las carreras, me hubiese guiado», considera Carlos Sainz.
Algo que, además, Sainz valora y respeta. «Si tuviese un hijo, sentiría que tiene tanta presión. Estamos hablando de que el abuelo es bicampeón del mundo de rallies y el padre piloto de Fórmula 1. Imagina que quiere ser piloto, y si de repente no es bueno, o no le va tan bien, imagina esa presión. Que es lo más probable. Pero hay millones de cosas en la vida con las que le puede ir bien».
El consejo que cambió a Carlos Sainz
Carlos Sainz también ha contado cómo vivió sus comienzos en el mundo del karting, en los que ser el hijo de una leyenda de los rallies le condicionó dentro y fuera de la pista. Hasta que su padre le hizo cambiar su perspectiva.
«Siempre me acuerdo de un consejo que me cambió la vida», señala. «Siempre he sido un poco inocente, y cuando era pequeño pecada de bueno, creía que era amigo de todos. Y el mundo del motor es un mundo muy cabrón, muy competitivo. Iba a las carreras y yo creía que era amigo de todos los chavales, pero salíamos a competir y me daban una cera…».
«No sé si por ser el hijo de Carlos Sainz, pero tenían más ganas de ganarme. En cierto modo lo entiendo, porque estás intentando destacar… igual sus padres le dirían: “Es el hijo de Carlos Sainz, todo el mundo está mirándole. Si le ganas, eres muy bueno o puedes destacar más”», reflexiona Carlos Sainz.
«Me daban por detrás, me sacaban de pista. Y un día me sentó mi padre y me dijo: “Carlos, la vida es muy cabrona y en este deporte o muerdes o te muerden. Y ahora te están mordiendo y te están haciendo la vida difícil. Se que eres buen chaval y te gusta ser amigo de todos, pero aquí muerdes o te muerden. Cuando te pongas ese casco, asegúrate de ser el que muerde”», le dijo su padre.
«Dije, “te vas a cagar”. Me costó un tiempo cambiar el chip de ser el chaval bueno al que todos daban por detrás a ser yo el que si tiene que sacar de pista, saca. No por ser el “hijo de” y tener miedo de que se hable de que soy un guarro en pista, que igual tenía ese complejo de que porque todos me miraban más, a ver si voy a tener el nombre de que soy un guarro. Y me puse a repartir», reconoce.
Las ventajas de “ser hijo de”
Hoy en día, Carlos Sainz es un piloto respetado y apreciado en el mundo del automovilismo. Uno que ya no es reconocido por los logros de su padre, sino por los suyos propios.
Pero no siempre fue así. El ganador de tres grandes premios de Fórmula 1 y ocupante de 22 podios en la categoría reina admite que, «siendo extremadamente sincero, en la práctica “ser hijo de” es una ventaja. Porque le ha ido bien en lo económico y me pudo apoyar al principio en el karting. Tiene contactos, para conseguir un sponsor, amigos a los que poder ir. Tiene la experiencia para darte consejos. Es cojonudo».
«En lo personal, tener esa presión extra una vez que estás solo en el coche y eres tú contra el mundo, no es tan fácil ¿Que prefiero ser “hijo de”?, mucho, y tengo esa suerte. Pero que no se subestime las cosas que trae, esa etiqueta y esa comparación continua».
Carlos Sainz finaliza admitiendo que dicha etiqueta es ya algo del pasado en la mayoría de los casos, pero realmente nunca desaparecerá del todo. «He ganado carreras con Ferrari y sigo estando ahí por mi apellido. Y esa etiqueta quizá no me la vaya a quitar nunca».
«Pero cada vez me da más igual esa gente, me motivaron en su día y son los que me han dado gasolina, pero ahora cada vez que lo pienso me río», concluye Carlos Sainz.
Fuente: Nude Project Podcast