Tras ser en el pasado reciente una de las carreras que los aficionados miraban con más recelo, el Gran Premio de España de este año cuenta con tres grandes narrativas que han dominado por completo el fin de semana hasta ahora: las pequeñas opciones de victoria de Fernando Alonso, el retorno de las dos rápidas curvas finales y la incidencia de la lluvia, que se ha manifestado por vez primera en los entrenamientos de esta mañana y la carrera sprint de Fórmula 2.
Siendo aún una incógnita el efecto que tendrá la meteorología en el resto del día, la clasificación promete ser apasionante de igual forma. En mojado, Montmeló provee un desafío como pocos trazados en el calendario. En seco, el desafío estará en intentar pasar a fondo las dos últimas curvas, a la par que se intenta mantener el balance en el resto de la pista. En resumen, lo que hacía a Montmeló una pista tan querida en esta configuración entre mediados de los 90 y 2006.
¿Podrá alguien con Red Bull?
Todo apunta a que la clasificación, eso sí, debería ser dominada de nuevo por Red Bull, y quizá con un margen bastante considerable si tenemos en cuenta que han liderado con comodidad los libres sin mostrar todas sus cartas. Una situación idílica para Max Verstappen, lleno de confianza tras su pole y victoria en Mónaco, y al que solo una situación imprevista parecería poder costarle posiciones con su compañero Sergio Pérez.
Entre el resto de contendientes, Aston Martin no ha perdido tanto terreno como se temía en un principio, pero Ferrari podría ser el equipo en mejores condiciones de retar mínimamente a la imparable Red Bull, tanto en clasificación como en carrera. Esto supondrá un espaldarazo para la opciones de Carlos Sainz en comparación con Fernando Alonso, pese a lo cual el segundo sigue contando con el ruidoso y masivo apoyo de sus incondicionales, que podrían alcanzar los 100.000 a lo largo del día.