18 años después, la Fórmula 1 volverá a disputar una sesión clasificatoria en viernes. Lo que fue una costumbre durante gran parte de su historia no se producía desde la última carrera de 2003, el Gran Premio de Japón, antes de que los consiguientes cambios de formato confinaran las sesiones cronometradas al sábado o incluso al domingo. Hoy, en Silverstone, los 20 pilotos de la parrilla se medirán en una sesión que, al igual que aquellas de 2003, no servirá para conformar la parrilla, sino para sentar las bases de la clasificación real, donde se decidirá el orden por primera vez a través de una carrera sprint de clasificación. Por lo tanto, hoy no se decidirá la pole.
Con estos ingredientes sobre la mesa, Red Bull se ha mostrado como la amenaza más sólida en clasificación en los únicos libres disputados de la mano de Max Verstappen, con una sólida ventaja frente a una Mercedes que parece sufrir para mantener detrás en Gran Bretaña a los pilotos de McLaren y Ferrari. Por ello, Carlos Sainz tratará de rascar una posición entre los cinco mejores, aunque su compañero Charles Leclerc se haya mostrado algo mejor. Por su parte, Fernando Alonso ha guardado sus naipes bajo la manga hasta el momento, por lo que el potencial del asturiano en su Alpine todavía es una incógnita a despejar.