Con la amenaza constante de una lluvia que ya ha marcado la mañana del sábado, Marina Bay volverá a ser testigo de una sesión de clasificación, uno de los momentos más decisivos de la liturgia de un Gran Premio, y en la que en este trazado ha deparado alguna de las mejores vueltas de la década. No en vano, la pole que consiguió Charles Leclerc en 2019 aún es venerada, y la que consiguió Lewis Hamiton el año anterior no se queda atrás para nada.
A priori, quien tiene mejores números para emplear las circunstancias de Singapur a su favor es Ferrari, la cual ha brillado con más intensidad en las tres sesiones de libres. Después del diluvio universal de esta mañana, Leclerc ha recogido el testigo lanzado ayer por su compañero en seco, y aunque el estado de la pista bien podría ser de neumático blando, la confianza adquirida será clave para atacar los vértices y guardarrailes de esta pista.
A su vez, la situación de Carlos Sainz al respecto parece bastante ventajosa. El madrileño, que ayer dio un golpe sobre la mesa, puede verse beneficiado en una clasificación de seco por el hecho de que la pista estaría bastante verde, una situación en la que ha solido mostrar alguna de sus mejores actuaciones este año. Así pues, no es descabellado pensar en la que podría ser su tercera pole del año, en especial dado que Red Bull ha mostrado algunos síntomas de flaqueza.
Con el runrun de una posible sanción severa por exceder el límite presupuestario la pasada temporada, el equipo austríaco busca también dejar en una buena posición de partida a Max Verstappen para maximizar sus opciones de lograr el campeonato este mismo fin de semana, algo que requeriría una debacle nada descartable de su rival monegasco y, por supuesto, hacerse con la victoria, amén de una ausencia en el podio de un Sergio Pérez bastante discreto hasta el momento.
Dentro de la fluida zona media, y a falta de precisar como será la clasificación, Alpine parece haberse situado con buenas cartas en Singapur, circuito en el que históricamente ha rendido a un buen nivel cuando eran conocidos como Renault. De todo ello se puede beneficiar profusamente Fernando Alonso, que no competía en esta pista desde 2018, pero que no parece haber acusado este hecho dada su competitividad. Una cosa está clara: el río puede estar lo suficientemente revuelto para poder pescar algo, y pocos hay que tengan la caña tan entrenada.