Las tres primeras carreras del año han venido a confirmar que, un año más, Red Bull es el rival a batir: dos dobletes para arrancar la temporada han sido más que suficientes para ratificar que el RB20 que Adrian Newey ideó, distanciándose de un predecesor que muchos acabarían copiando, ofrece un rendimiento envidiable para el resto de la parrilla.
No obstante, Ferrari ha mostrado que están más cerca que nunca de los de Milton Keynes en clasificación, sesión del fin de semana en la que diversos factores han terminado evitando que llegara la primera pole position roja desde Las Vegas el año pasado.
Un Carlos Sainz sin apéndice ni equipo para la próxima temporada ha sido el único capaz de frenar nuevamente la racha de los comandados por Christian Horner con una victoria, concentrado en no perder la paciencia y «acelerar el proceso» de cara a afianzar su continuidad en la Fórmula 1 del futuro.
Salto evolutivo
La regularidad y el podio de Lando Norris en Australia, con Oscar Piastri cruzando la línea de meta inmediatamente por detrás del piloto británico, han hecho que McLaren sea actualmente la tercera fuerza en la clasificación.
Un escalón por debajo se encuentran Mercedes, perdida en combate y con un concepto fallido que les ha llevado a repetir experimentos tanto en entrenamientos libres como en clasificación e incluso carrera, y Aston Martin.
El equipo de Fernando Alonso llega a Suzuka con la primera gran evolución del AMR24, un monoplaza cuya naturaleza es radicalmente opuesta a la del concepto propuesto por parte de la escudería afincada en Silverstone presentara el año pasado.
Los de Lawrence Stroll han pasado de ser de los mejores a la hora de conservar los neumáticos a mejorar su ritmo a una vuelta en clasificación, sí, pero a tenor de sufrir en ritmo de carrera debido, entre otros factores, a una degradación excesiva que hace apenas unos meses era impensable.
Racha... ¿imparable?
Así las cosas, Max Verstappen se dispone a cosechar la que sería su tercera victoria consecutiva en casa de Honda, aprovechando la primera vez que la Fórmula 1 pasa de visitar el país nipón a finales de año a hacerlo en el mes de abril.
Red Bull también incorpora varias modificaciones en su monoplaza en un intento de no perder comba con una Ferrari que muchos auguran que habría ganado igualmente en Australia aun de no haber sufrido tal fallo terminal en su conducto de frenos.
Esto no ha hecho más que comenzar, puesto que tras la conclusión del Gran Premio de Japón aún quedarán otras 20 citas del calendario por disputarse, pero la carrera evolutiva paralela a la que mantienen sobre el asfalto promete ser imparable con el objetivo de poner fin al dominio de los vigentes campeones del mundo.