El campeonato de Fórmula 1 entra en su decisiva recta final, a un solo mes de concluir la temporada. Tras la gira asiática, el gran circo se adentra en Norteamérica para disputar dos pruebas consecutivas, empezando por el país de las barras y las estrellas, Estados Unidos, y su Circuito de las Américas. El trazado de Austin acoge este año su sexto Gran Premio, y lo hace con la posibilidad de convertirse en un escenario de campeonato si las circunstancias favorecen a Lewis Hamilton y Mercedes. El título de constructores está al caer para la marca alemana, que podría permitirse perder hasta 15 puntos con Ferrari este fin de semana. Las opciones del británico son algo más remotas, y quedarían anuladas con un top 5 de Sebastian Vettel, quien, lejos de dar por perdido el campeonato tras sus infortunios en Asia, buscará recuperar terreno de cara a salvar los peligrosos match-ball en México y Brasil. Con 59 puntos de desventaja, todo lo que no sea ganar supondría un golpe definitivo a sus opciones de título.
Siendo Austin un circuito en el que prima la potencia y la tracción, pero en el que la aerodinámica no es baladí en su sección inicial y central, los entrenamientos libres serán fundamentales para encontrar el equilibrio necesario. Asimismo, algo más atrás, otros equipos buscarán encajar sus piezas de otra forma. Fernando Alonso, recién renovado con McLaren, buscará regresar a una zona de puntos que le ha eludido desde Hungría, pero será Carlos Sainz quien atraiga un buen número de focos, en su primera carrera al volante de un Renault. El piloto español podrá explorar las posbilidades de su nuevo equipo, y medirse por primera vez con el consagrado Nico Hülkenberg. Algo más difícil lo tendrá Brendon Hartley, el debutante que cubre la ausencia de Pierre Gasly ante su asalto al título de la Super Formula, que deberá cubrir sus primeros kilómetros al volante de un Toro Rosso con vistas a una carrera en la que empezará desde atrás por sanciones.