Los aficionados alemanes viajan hoy a Hockenheim con recelo, y no precisamente por el amenazador estado de los cielos. Muchos de ellos son plenamente conscientes de que este podría ser, de una vez por todas, el último Gran Premio de Alemania en mucho tiempo. Después de más de una década de acusadas dificultades, incluyendo dos ausencias en el calendario en tiempos recientes, Hockenheim tiene un futuro difícil en el Mundial, pero su presente se plantea muy intrigante debido a la lluvia caída en las horas previas a la carrera, y la previsión de más precipitaciones durante este domingo.
Esa locura es la que necesita Ferrari para recuperarse del naufragio total que supuso una clasificación en la que ambos coches sufrieron problemas mecánicos terminales. Saliendo desde las posiciones 10 y 20, Charles Leclerc y Sebastian Vettel tendrán muy complicado frenar a un Lewis Hamilton que tendrá la ventaja a priori, pero que se enfrentará en principio con un Max Verstappen que se crece en estas circunstancias. De esta incertidumbre también buscará aprovecharse Carlos Sainz, que saldrá séptimo con el objetivo principal de superar a los dos coches que clasificaron por delante de él, Räikkönen y Grosjean. En motor.es contaremos al detalle todo lo que ocurra en una carrera en la que, si el liquido elemento vuelve a influir como en 2018, todo puede pasar.