Después de toda la controversia generada en los dos últimos días, casi parece un alivio que llegue el final de la actividad competitiva en el Gran Premio de Arabia Saudí, la segunda cita de la temporada 2022 de Fórmula 1. La actualidad competitiva en la parrilla se ha visto prácticamente eclipsada sin remedio por el amago de boicot de los pilotos en la noche del viernes tras el ataque de insurgentes yemenís a una fábrica de Aramco, y por el brutal accidente que Mick Schumacher sufrió durante la Q2 de la sesión clasificatoria.
Aunque el equipo no ha comunicado que Schumacher haya sufrido lesiones en mayor o menor medida, el piloto alemán no tomará partido en la carrera de hoy, donde los restantes 19 monoplazas se batirán el cobre. Contra todo pronóstico, la pole le pertenece a un Sergio Pérez que dejó atrás el sambenito de ser el piloto con más carreras sin poles (devolviéndoselo a Romain Grosjean) y la consiguió por vez primera para la que será su 215ª salida, 85 más de las que necesitó Mark Webber, precisamente con el mismo equipo. En el horizonte, la posibilidad de obtener la tercera victoria de su carrera.
Por detrás, los dos Ferrari tratarán de vengar su sorprendente derrota clasificatoria, con un Charles Leclerc motivado para defender su estatus de líder del campeonato, y un Carlos Sainz al que se le volvió a escapar una pole en los instantes finales. Como ya ocurrió en Bahréin, saldrá tercero en pos del que podría ser su primer triunfo en un Gran Premio de Fórmula 1, y tiene ritmo y coche para aspirar a ello. Aún así, no deberá perder de vista en sus retrovisores a Max Verstappen, algo fuera de posición para lo que acostumbra, pero igualmente hambriento tras sus problemas en Bahréin.
Habiendo exhibido una renovada competitividad, Alpine buscará aprovechar cualquier migaja que dejen los cuatro coches de cabeza para rascar un posible podio, ya sea con Esteban Ocon desde su quinto lugar de arrancada, o con un Fernando Alonso que sigue fiando sus bazas a que el buen ritmo de carrera del Alpine se manifieste sin un gran desgaste de por medio. Entre medias, tendrán que lidiar con George Russell, el único representante de Mercedes en la zona noble tras el descalabro que dejó a Lewis Hamilton fuera de la Q2. Con la no-salida de Mick Schumacher, el heptacampeón tendrá que remontar desde el 15º puesto, siempre y cuando Mercedes haya encontrado solución a la falta de ritmo que exhibieron ayer.
Todo ello ocurrirá en el circuito urbano de Jeddah, más escrutinizado a cada día que pasa por sus altas velocidades y la proximidad de los muros, que ponen al límite las capacidades técnicas y físicas de los pilotos y vehículos. Con apenas cuatro frenadas fuertes y dos zonas de DRS, adelantar no será imposible, pero requerirá un diferencial de rendimiento mayor que en Bahréin, y servirá como primera piedra de toque relevante para comprobar hasta qué punto los nuevos Fórmula 1 pueden seguirse más de cerca.