Aunque los coches actuales hayan dificultado sobremanera unas labores de adelantamiento que ya de por sí no eran sencillas anteriormente, sigue habiendo pocas experiencias en el mundo del motor que se comparen al Gran Premio de Mónaco, un evento que acoge hoy su edición número 79 desde su inauguración en 1929, dos décadas antes de que llegase a existir siquiera la Fórmula 1 como concepto. El anacronismo del trazado y lo clásico de su entorno suponen dos de los grandes alicientes de una carrera en la que la posición en pista es tanto o más importante que esquivar los muros.
Charles Leclerc aprendió por la fuerza esa lección el año pasado al ver su pole desvanecerse por un error propio. En esta ocasión, el monegasco sí podrá ver apagarse el semáforo en la posición preferente, buscando así acabar con su particular maldición en una carrera de casa en la que nunca ha visto la bandera a cuadros, ya fuese en Fórmula 2 y la Fórmula 1. La primera línea, de intenso color rojo Ferrari cinco años después, queda completada con un Carlos Sainz muy fino este fin de semana.
La cadena de errores y circunstancias recientes del piloto español debe terminar sí o sí en esta pista, uno de sus trazados fetiches junto a Montmeló y Austin en los que ha puntuado en todas sus presencias. Aunque la posición de su compañero dificulta mucho este hecho, la posibilidad de mejorar el segundo lugar de 2021 y obtener aquí su primera victoria es una que no puede pasarse por alto, y coche tiene para ello.
La amenaza de Red Bull se sitúa en esta ocasión por completo en la segunda línea, abanderada esta vez por un Sergio Pérez que ha tenido la ventaja de ritmo durante todo el fin de semana pese a su accidente en Q3. No ha sido hasta ahora el evento más provechoso de Max Verstappen, el vigente ganador de este evento, que deberá justificar mucho y con muy buen ritmo cualquier iniciativa que pueda llevar a un cambio de posiciones como el que se produjo la pasada semana en Barcelona por la victoria.
La amigdalitis no consigue poner freno a Lando Norris, que partirá quinto sobre un George Russell que también ha dado el callo ante su más afamado compañero Lewis Hamilton. Entre medias del sandwich de Mercedes tendrá que comenzar Fernando Alonso, quien llegó a soñar con el quinto lugar de parrilla durante buena parte del sábado, y que parece contar con buen ritmo para ejecutar en la parte estratégica... siempre y cuando los mecánicos de Alpine no vuelvan a bailar sevillanas en las paradas.
La previsión de lluvia ha sido un blanco móvil durante las últimas 24 horas, aunque todo apunta a que las ansiadas precipitaciones no harán acto de presencia de forma determinante en el Principado... salvo que las montañas hagan su magia. Así pues, la salida será sin duda el punto más activo del inicio de la carrera, y cualquier otro cambio de paradigma dependerá de las paradas o de la osadía de los pilotos en puntos como la chicane del puerto o la Rascasse. No es la carrera más divertida del mundo, pero a espectacularidad y prestigio pocas le ganan. Es Mónaco, y una victoria aquí significa mucho más que un simple triunfo.