Tras dos temporadas de forzosa ausencia a causa de la pandemia del COVID-19, el Gran Premio de Singapur regresa a la Fórmula 1 con más fuerza que nunca, buscando dejar una edición histórica en el regreso oficial del Gran Circo al sudeste asiático. La lluvia, sin duda, jugará un papel clave en esta situación, a raíz de las múltiples precipitaciones que han condicionado todo el fin de semana, y que serán también protagonistas este domingo.
Si se consigue evitar una situación Bélgica 2021, los competidores tendrán por delante un evento difícil y con potencial para múltiples sorpresas, la clase de carreras en la que el poleman siempre tiene más que perder que el resto. Todos los ojos estarán por tanto en Charles Leclerc, cuyas 17 poles anteriores solo se han trasladado en cinco victorias, y que busca empezar a invertir esa dinámica a partir de hoy mismo.
Siete puestos por detrás, arranca Max Verstappen, después de los errores garrafales de Red Bull en la clasificación de ayer. Este hecho ha complicado sobremanera el particular escenario que proclamaría campeón hoy al neerlandés con cinco carreras de ventaja, ya que necesita la victoria y que el propio Leclerc caiga a la posición desde la que él arranca. A su vez, su compañero Sergio Pérez también debe colaborar quedándose fuera del podio, y el mexicano es precisamente quien acompaña en primera línea a Leclerc.
En la igualadísima clasificación de ayer, Lewis Hamilton estuvo muy cerca de dar el gran campanazo, y su tercera posición de salida representa quizá una oportunidad única de aspirar a culminar su sequía de victorias en 2022. Eso sí, tendrá que defenderse al inicio de la doble amenaza española, con un Carlos Sainz motivado y con ritmo que quiere ir a por todas, y un Fernando Alonso que en agua se encuentra plenamente en su elemento en Singapur. Su Alpine ha funcionado a las mil maravillas todo el fin de semana, y un cajón tampoco es descartable en su caso.
Todos ellos deberán vencer el duro desafío de Marina Bay, una cita que en seco ya suele rondar o superar las dos horas, pero que en mojado puede convertirse casi literalmente en una prueba de resistencia. Sus curvas de media velocidad, sus aceleraciones traicioneras, ángulos muertos y oportunidades de adelantamiento invitan a los pilotos al error bajo las luces, y solo los más avispados lograrán triunfar en el día de hoy... si se corre.