La Fórmula 1 ha regresado al único escenario en el que la todopoderosa Red Bull concedió una victoria el año pasado, una posición de poder que hace tiempo parece haberse difuminado y que sus rivales están dispuestos a explotar.
Prueba de ello son los 4 ganadores diferentes en Azerbaiyán, Italia, Países Bajos y Bélgica, toda una declaración de intenciones que promete ir incluso un paso más allá el año que viene en el que será el último año de una normativa estable a la que los equipos se han esforzado por encontrar el último resquicio para encontrar rendimiento.
McLaren parece seguir siendo el rival a batir, aún después de ganar su primera batalla en los despachos a los vigentes campeones, con un alerón trasero que les permite disponer de un «mini-DRS» que ellos mismos se han ofrecido a retirar por ir en contra del espíritu de la norma.
Golpe de efecto
Al igual que ocurre normalmente con el parón veraniego, tras Singapur la parrilla de la categoría reina del automovilismo se mantendrá alejada de los circuitos durante 3 semanas antes de poner fin a la temporada con sendos tripletes en Estados Unidos-México-Brasil y Las Vegas-Qatar-Abu Dhabi, por lo que el resultado en la noche de Marina Bay guiará el devenir del final del campeonato.
Max Verstappen ha vuelto a sacar fuerzas de flaqueza para colocarse en la salida inmediatamente por detrás de un Lando Norris que únicamente ha convertido en victoria 1 de las 5 pole positions que ha logrado en 2024, apostándolo todo a una arrancada que pondrá a prueba una vez más a los dos principales aspirantes al título.
Los pilotos de Mercedes serán espectadores de lujo de lo que suceda en cabeza después de haber mostrado un rendimiento intermitente a lo largo de todo el fin de semana. El comportamiento de su W15 varía enormemente de viernes a domingo, algo a lo que Lewis Hamilton y George Russell se han visto acostumbrados a tolerar a regañadientes.
Cara y cruz
Del nuevo milagro de un Fernando Alonso que exprimió al máximo el escaso rendimiento de su AMR24, colándose otra vez en una Q3 que parecía inalcanzable después de los primeros compases del fin de semana, Carlos Sainz puso la nota negativa en clave española.
Tras dejarse caer para no obstaculizar justo antes de comenzar la que iba a ser su vuelta lanzada, el #55 se fue directo contra las protecciones sin poder hacer nada, por lo que le tocará ir a por todas cerrando el Top 10 junto a un Charles Leclerc que vio cómo su crono quedaba eliminado por exceder los límites de pista.
Aún por debajo de la barrera de los 200 puntos, Sainz tratará de rengancharse a la pelea por las posiciones de privilegio contra un Alonso que probablemente se encontrará en algún punto de la carrera, batalla asegurada con intereses bien distintos.