GP AustraliaEl drama de Kubica incluyó algo en lo que nadie reparó: ¡el semáfono no se ve!

Ocho años y cuatro meses ha tenido que esperar Robert Kubica para volver a las parrillas de la Fórmula 1, pero su experiencia en Australia ha sido poco menos que una pesadilla como consecuencia del estado actual de Williams.

Aunque también existen dudas sobre el rendimiento del piloto, que se vio ampliamente superado por el debutante George Russell durante todo el fin de semana, lo cierto es que las circunstancias no fueron las mejores, pues Williams afrontó la primera carrera de la temporada con pocos repuestos, lo que obligó a reparar piezas y extender la vida útil de otras que normalmente se cambian con mayor frecuencia.

Kubica tuvo varios incidentes y salidas de pista en los entrenamientos y la clasificación, llegando posiblemente a la carrera con un coche comprometido en su rendimiento. Pero lo peor no fue eso, sino lo que el polaco comprobó al colocarse en su cajón de salida para iniciar la prueba desde la última posición.

“Fue mi primera salida en parado en ocho años y cuatro meses. Fue bien, pero me entró un poco de pánico porque al parar (en mi posición, me dí cuenta de que) no veía las luces”, reveló Robert Kubica. “El alerón trasero del McLaren (de Carlos Sainz) las tapaba, por lo que sólo podía ver el primer bloque, pero no el resto. Tuve que moverme un poco a la izquierda y ví una luz más, pero hubo un poco de pánico en ese momento”, admitió.

Robert Kubica y Pierre Gasly cierran el paquete, junto a George Russell, en la aproximación a la primera curva.

A pesar de eso, Kubica pudo salir con normalidad, pero pronto las cosas se torcieron aún más. “Salí bien, pero tuve mucho derrapaje. Fui cauto llegando a la curva 1 y me moví mucho hacia el interior del piano. Pensé que estaba a salvo, pero ví a Gasly moverse mucho a la derecha y creo que hubo contacto con Sainz. Ví en el vídeo que se había movido mucho a la derecha y me dañó el alerón delantero, pero yo no me dí cuenta hasta 100 metros después, cuando perdí todo el alerón, que me causó daños en el coche y tuve que parar en boxes”, recordó.

Tras salir de nuevo a pista con el coche dañado, pero en condiciones de continuar la carrera, llegó otro inconveniente para Kubica. “El coche no iba bien y en la tercera vuelta perdí un retrovisor, lo que hizo aún más complicado gestionar las banderas azules. Fue una carrera muy difícil. Cuando tuve aire limpio, el ritmo no fue malo, estuvo bien teniendo en cuenta el estado del coche. Casi me eché a reír, porque por dentro me sentía muy mal”, señaló.

Con los nuevos alerones traseros más grandes, no pude ver las luces de la parrilla

Pierre Gasly, que tampoco tuvo una buena carrera desde su 17ª posición de salida, tuvo el mismo problema que Kubica, pues no pudo ver el semáforo y debió esperar a que el resto arrancara para hacer lo mismo. “Fue una carrera muy difícil. Con los nuevos alerones traseros más grandes, no pude ver las luces de la parrilla, por lo que tuve que reaccionar con los coches de alrededor mío y perdí un par de posiciones”, explicó el francés.

En 2018, la dirección de carrera permitió realizar pruebas a los pilotos en la parrilla durante los entrenamientos libres para comprobar si era necesario modificar la posición de los semáforos, pues la introducción del Halo dificultaba la visibilidad. Así fue y, adicionalmente a los situados en el pórtico colocado en la línea de meta, se colocó otra batería de semáforos en el margen exterior de la pista para los pilotos situados en las últimas filas de parrilla. Sin embargo, este año los alerones traseros han crecido y aumentado su altura como consecuencia de la nueva reglamentación aerodinámica, pero no se previó ninguna medida para atajar un problema que, finalmente, sufrieron algunos pilotos.

Fotos: Williams Racing | Mercedes AMG F1