GP ItaliaEl análisis: las claves del GP de Italia
Cara y cruz en Mercedes, que si bien consiguió un doblete más, vio como la suerte de sus dos pilotos fue muy distinta. Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas lideraron a sus respectivos equipos y protagonizaron la maniobra de la carrera.
9 min. lectura
Publicado: 05/09/2016 17:30
El Gran Premio de Italia suele decidirse con pequeños detalles ya que, al contar con muy pocas curvas, las diferencias son mínimas y resulta muy complicado reducir distancias. Eso fue lo que le ocurrió a Lewis Hamilton, que perdió nada menos que cinco posiciones en la salida y, para cuando quiso llegar hasta la segunda, Nico Rosberg ya se había marchado irremediablemente.
En una carrera bastante estable y carente de incidentes destacables, el ritmo de cada piloto se impuso sobre otros aspectos y, en ese sentido, Ferrari fue muy superior a Red Bull, que incluso llegó a verse amenazado por el Williams de Valtteri Bottas. Para los españoles no fue una buena noticia que no sucedieran inconvenientes y ninguno de ellos pudo puntuar finalmente.
Las estrellas
Rosberg ha recuperado el control a la vuelta del parón invernal y ha aprovechado a la perfección las oportunidades dadas por su compañero de equipo en las dos últimas carrera. A la inevitable sanción por los cambios de motor en Spa, se le ha unido el fallo en la salida de Monza.
Con las dos últimas victorias, Rosberg ha conseguido volver a depender de sí mismo, pues la diferencia de puntos es mínima. Las circunstancias le han dado una segunda oportunidad y ahora depende de él poder aprovecharla.
El australiano sigue haciendo gala de una enorme consistencia y, si bien carece en ocasiones del a deslumbrante brillantez de su compañero, atesora una incuestionable regularidad que, a la postre, es lo que te permite conseguir títulos.
En Monza supo sacar el mejor resultado posible con un Red Bull que no estaba para muchas alegrías y fue capaz de vencer a Bottas con un Williams muy competitivo en las rectas italianas. Suma y sigue para un Ricciardo que se ha convertido en un valor seguro para su equipo.
Bottas está siendo el sostén de Williams en uno de los momentos más delicados del equipo en los últimos tres años. Desde que Mercedes se convirtiese en suministrador, el equipo ha mejorado espectacularmente, pero el efecto se ha ido diluyendo a medida que el resto de equipos han ido adaptándose al reglamento.
Bottas es el pilar sobre el que descansan las aspiraciones de Williams de conseguir el cuarto puesto en la clasificación general a final de temporada. Parece que el equipo ha recuperado el norte y, aunque ahora vienen circuitos poco propicios para el monoplaza de Grove, el excepcional momento de forma que atraviesa Valtteri hacen que aún haya esperanzas.
Es cierto que Jenson salió bastante mal y perdió muchas plazas, aunque también lo es que, seguramente, es el error más leve que puede cometer un piloto. Posteriormente, Ericsson le forzó a salirse a la grava y el resultado fue que Button pasó la primera vuelta en la última posición.
A partir de ahí demostró que aún está en forma y que el McLaren se defiende bien en todo tipo de circuitos, llegando a las inmediaciones de los puntos y superando, incluso, a Fernando Alonso. La carrera de Button es una de esas que suelen pasar desapercibidas, pero que rebosan mérito por los cuatro costados.
Los estrellados
Lewis Hamilton cometió sólo un error, pero muy llamativo. Al salir mal, bajó desde la primera hasta la sexta plaza y ahí echó por tierra sus opciones de victoria, teniendo que trabajar duro para conseguir el podio.
Cuando te estás jugando el título con tu compañero de equipo dentro de una formación tan superior al resto, los errores mínimos como una mala salida se equiparan en trascendencia otros más graves como estrellarte en clasificación o salirte de pista en carrera. No hay duda de que Lewis se recuperará de inmediato y Rosberg sigue teniendo un reto muy complicado por delante pero, independientemente de las circunstancias que lo han provocado, lo cierto es que tras catorce carreras disputadas, sólo dos puntos les separan.
En Monza se presentó la mejor oportunidad de puntuar para el mexicano, que aún no ha conseguido estrenarse en una temporada en la que su compañero ya ha conseguido 28 puntos. Clasificó muy bien, entrando en la Q3 y, en carrera, el ritmo dejó muy claro que tenía todo lo necesario para puntuar. Pero la salida fue tan desastrosa, que cualquier intento posterior fue inútil y todo ello no hace más que complicar su continuidad en Haas la temporada que viene.
Cuando parece que a Daniil Kvyat no le pueden ocurrir más cosas, ocurren. En esta ocasión un suelo dañado, junto con una sanción por exceso de velocidad en el pit-lane y baterías sobrecalentadas, terminaron con sus esperanzas de, al menos, terminar la carrera.
Kvyat acumula episodios de mala suerte con errores no forzados (como el error de la Parabólica en Q1 que le impidió pasar de ronda cuando había encontrado, por fin, el ritmo del coche) y todo ello desemboca en un desastre detrás de otro. Su fortaleza mental ha desaparecido y, aunque un hombre habitualmente despiadado como Helmut Marko se esmera en darle tiempo y mostrar comprensión, la sensación es que el ruso lleva mucho tiempo fuera de la Fórmula 1. Tanto mental, como físicamente.
El destello
Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas protagonizaron el adelantamiento de la carrera. En australiano presionaba al de Williams gracias a su mejor ritmo de carrera, pero la potencia del motor Mercedes le impedía intentar siquiera el adelantamiento.
En la vuelta 47, tras una intenso duelo que estaba durando gran parte de la carrera, Daniel Ricciardo consiguio salir con suficiente velocidad de la Parabólica como para, al menos, mantener la distancia respecto a Bottas con ayuda del DRS. Entonces, consciente de que sería complicado tener otra oportunida, decidió lanzarse a final de recta desde muy lejos.
Ricciardo confesó después que se atrevió porque sabía que Bottas le había visto por el retrovisor y estaba seguro de que no provocaría un accidente. Así fue, pues Daniel consiguio parar el coche a la perfección y, aunque Bottas aguantó la posición en el primer vértice de la chicane, le fue imposible mantenerla en el segundo y el Red Bull se escapó irremediablemente. Un gran movimiento por parte de ambos pilotos.
La zona oscura
Monisha Kalterborn afirmó, tras la carrera, que no entendía porqué los comisarios habían sancionado a Felipe Nasr por el incidente con Jolyon Palmer. El británico intentó el adelantamiento a final de recta al principio de la carrera, pero el brasileño se defendió, conservando la posición a la salida de la chicane.
Pero Nasr, en lugar de dejarle espacio al piloto de Renault, fue cerrando la trayectoria cada vez más, hasta que Palmer decidió no ceder para no salirse de pista. Entonces, ambos se tocaron, dañando sus respectivos monoplazas y viendo como sus respectivas carreras terminaban.
Existe una virtud que no se suele practicar lo suficiente y es que, cuando algo es indefendible, lo mejor es callarse y no llamar la atención. Kalterborn decidió tomar el camino de la defensa imposible y, por tanto, quedó en una posición un tanto ridícula.
Fotos: Mercedes / Red Bull / McLaren / Ferrari / Toro Rosso / Haas