GP MónacoEl análisis: las claves del GP de Mónaco

Las calles de Mónaco nos regalaron un Gran Premio frenético, en el que hubo mucho que comentar y analizar desde el mismo jueves y hasta el final de la carrera. Lewis Hamilton recupera la esperanza tras su victoria y el fiasco de Nico Rosberg, pero Red Bull se muestra cada vez más fuerte.

16 min. lectura

Publicado: 30/05/2016 18:30

La clasificación del Gran Premio fue absolutamente espectacular, con un duelo estelar entre los Mercedes y Daniel Ricciardo por una pole que, finalmente, cayó del lado del australiano. Pero la carrera iba a ser otra historia completamente distinta, con la lluvia como factor diferencial y su progresiva desaparición como detonante de una notable variedad estratégica.

Lewis Hamilton sale de Mónaco con un notable impulso en su carrera por el campeonato, no sólo por su victoria, sino también por el gris rendimiento de Nico Rosberg, que terminó séptimo. Otros triunfadores del día fueron Sergio Pérez, que consiguió un nuevo podio para Force India, y Fernando Alonso, que alcanzó una brillante quinta plaza con el McLaren-Honda.

Las estrellas

Lewis Hamilton

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Muy posiblemente, el campeón inglés no conseguirá quitarse nunca la etiqueta de piloto impulsivo y errático. Y, fobias de muchos de sus detractores aparte, actitudes como las del sábado tras la clasificación contribuyen a ello.

Pero si dejamos de lado al personaje y su transparente carácter fuera del coche, comprobamos una y otra vez su consistencia y frialdad a la hora de competir. Vivimos un episodio más en Mónaco, donde su paciencia se puso de nuevo a prueba tras un nuevo inconveniente mecánico. Pero Lewis no perdió los nervios, preparó con esmero el único intento de vuelta rápida que iba a poder completar y minimizó daños.

El domingo, hizo todo a la perfección ayudado, eso sí, por el desastroso segundo pit-stop de Ricciardo. En mojado, se mostró rapidísimo recortando tiempo a Ricciardo tras deshacerse de Rosberg y, cuando todo el mundo paró a colocar intermedios con la pista cada vez menos encharcada, él tuvo la paciencia de aguantar con los neumáticos de lluvia extrema para ahorrar una parada y cambiar directamente a neumáticos de seco. Con ese movimiento -decidido por él mismo-, pasó a liderar la carrera en igualdad de condiciones respecto a Ricciardo. Una vez que Daniel volvió a verse detrás por el error en boxes, el resto fue sencillo: aguantar con unos neumáticos ultra-blandos -que no lo son ni muchos menos- y dejar pasar las vueltas sin errores.

Sólo un apunte más: cuando la lluvia volvió tímidamente en las últimas vueltas de manera intermitente, Ricciardo desapareció instantáneamente de sus retrovisores. Detalles...

Daniel Ricciardo

El fin de semana de Daniel fue casi perfecto. El coche se adaptó completamente a las características del circuito y el australiano lo aprovechó al máximo. Con la pista mojada del inicio estuvo intratable, ayudado por el tapón que un lentísimo Nico Rosberg ejerció sobre Lewis Hamilton. Cuando el inglés se deshizo de su compañero, empezó a ceder terreno, pero siempre dentro de los límites lógicos de la situación.

"Ricciardo empieza a ganarse los galones de estrella"

Por desgracia, sus opciones de victoria se comprometieron cuando paró a montar neumáticos intermedios, pues Hamilton permaneció en pista y con ello recuperó el terreno perdido, ya que Ricciardo volvió a cogerle, pero no pudo pasarle. Cuando ambos pararon para colocar los neumáticos de seco, todo se torció. Los mecánicos de Ricciardo no estaban preparados y el australiano perdió un tiempo precioso. Hamilton sólo tuvo que limitarse a no cometer errores. Sobresaliente actuación de Ricciardo, en cualquier caso. El australiano es cada día más fiable y rápido y empieza a ganarse los galones de estrella.

Sergio Pérez

El mexicano siempre ha dado muestras de su talento y, aunque su fracaso en McLaren aún le lastra en gran medida a ojos de muchos, lo cierto es que lleva mucho tiempo tirando del carro de Force India y mostrando una fiabilidad a tener en cuenta.

No suele perder las oportunidades y, en Mónaco, volvió a dar muestras de ello. La estrategia fue perfecta y le colocó en disposición de conseguir un podio. De él dependía que la apuesta por el compuesto blando -el más duro de la gama disponible en esa carrera- funcionara y así fue. Seis podios para Sergio en su carrera en F1: tres con Sauber y tres con Force India. Eso tiene mucho mérito.

Fernando Alonso

Si nos alejamos un poco de la maraña de declaraciones que Boullier, Dennis y compañía se encargan de ofrecernos constantemente, y analizamos la situación de McLaren con perspectiva, podemos ver que no deja de ser, en la actualidad, un equipo de media parrilla. De segunda mitad de parrilla en concreto.

"Cuando Alonso huele sangre, se lanza a por su presa y no la suelta"

Mónaco, no obstante, minimiza uno de los puntos débiles del coche: el motor. Y eso propició que Alonso flirteara con la primera mitad de parrilla. Y cuando Alonso huele sangre, se lanza a por su presa y no la suelta. Así fue en Mónaco, con una buena estrategia y mucho oficio. Lo triste es que el concepto de 'oler sangre' que siempre hemos asociado a Alonso ya no consiste en ir a por la victoria. Ni siquiera un podio. Ahora, con mucha suerte, se trata de conseguir lo que popularmente se llama en las redes "el quinto constitucional". Qué desperdicio.

Los estrellados

Ferrari

El debate que se inició el año pasado (si Ferrari realmente ha mejorado o no o si es más debilidad del resto de equipos, excepto Mercedes) va camino de terminarse. Y es que empiezan a intuirse signos preocupantes en la Scuderia.

Es cierto que Mónaco es un circuito muy particular, pero no deja de sorprender que volvieran a reproducirse los problemas de Montmeló en clasificación. Y que, en un circuito de agarre mecánico y carga aerodinámica pura, Ferrari no sólo no sea capaz de acercarse a Mercedes, sino ni siquiera de disputarle el podio a un Force India.

Ni Vettel, ni Räikkönen están demasiado acertados este año y el equipo no parece que esté siendo capaz de evolucionar el coche como es debido. En el caso de Kimi, es más o menos lo de siempre. En el de Sebastian y el equipo, merece ser seguido con atención en las próximas carreras.

Nico Rosberg

"A Nico le cuesta meses generar confianza y sólo un día perderla"

El sólido líder del mundial naufragó con todas las de la ley en Mónaco, un circuito que tradicionalmente se le ha dado bien. A los supuestos problemas de sobrecalentamiento de frenos del inicio, se unieron los contrarios en los neumáticos de seco.

Sea como fuere, Rosberg fue incapaz de, al menos, minimizar daños en un dia complicado y Lewis Hamilton se mete en la lucha por el título de lleno. Nico tiene un problema: le lleva muchos meses generar confianza en sí mismo. Y sólo un día en crear todas las dudas del mundo.

Williams

Massa tiró de oficio para conseguir un punto en Mónaco, pero el equipo volvió a perder la batalla con Mónaco, algo que es ya tradición. El coche, un año más, tiene un déficit de carga aerodinámica notable y sufre especialmente en curva lenta: la combinación ideal para fracasar en Mónaco.

Este fin de semana se vio superado por Mercedes, Red Bull, Ferrari, Force India, Toro Rosso y McLaren. Eso tiene que doler en un equipo que ha llegado a luchar por ganar carreras contra Mercedes no hace demasiado tiempo.

Sauber

Que los de Hinwil tienen problemas financieros graves y que el coche es fiel reflejo de la situación del equipo es evidente. No se puede esperar, por tanto, demasiado a nivel deportivo. Pero lo que Ericsson y Nasr nos ofrecieron el domingo con la discusión por radio y el posterior choque entre ambos, eleva el nivel de ridículo a niveles inaceptables.

Inaceptables para su máxima responsable, Monisha Kalterborn, que seguramente no hará nada para escarmentar a sus pilotos, pero debería. Lo que llegó a ser Sauber y en lo que se ha convertido.

Max Verstappen

"De cero a héroe en un pis pas", cuenta una conocida película de animación de Disney. Pues eso es lo que le ha pasado a Max este fin de semana. De ser el próximo Senna a niño mimado con exceso de ambición y humildad.

Ni tanto ni tan calvo, como es habitual en la Fórmula 1. Max tiene mucho que aprender aún y la presión de luchar por ganar lleva un tiempo asimilarla. Es cierto que este fin de semana ha ido a accidente por día en Mónaco, pero no deja de ser relativamente normal a estas alturas y tratándose de este circuito. Max triunfará, pero también meterá la pata en algunas ocasiones. Es ley de piloto.

El destello

Fue una decisión arriesgada y audaz. Y no, no le dio la carrera, pero ayudó. La decisión personal de Lewis Hamilton de permanecer en pista mientras el resto de pilotos entraba a boxes a colocar neumáticos intermedios, fue uno de los momentos brillantes del fin de semana.

El británico llegó a perder catorce segundos con Ricciardo en las primera vueltas, atenazado por el triste ritmo de Nico Rosberg. Cuando el alemán -en un gesto que le honra- reconoció sus limitaciones y le cedió el paso por el bien del equipo, Lewis empezó a recortarle tiempo a Ricciardo, reduciendo la desventaja a once segundos justo antes de que el australiano entrara en boxes en la vuelta 23.

"No parar le ayudó a ponerle en situación de aprovechar cualquier error"

Pero Hamilton no hizo lo mismo, permaneciendo en pista con extremos y siendo incluso más rápido que su compañero con intermedios en una pista que empezaba a secarse. Con esa maniobra, Hamilton consiguió desvanecer esos once segundos, pasando a estar primero con Ricciardo detrás, al acecho. Pero detrás.

Finalmente, Hamilton entró en boxes en la vuelta 31 para colocar los neumáticos ultrablandos, dejando pista libre a Ricciardo para adelantarle una vez parase en la siguiente vuelta. El resto es historia bien conocida. Es evidente que la apuesta de Lewis no le dio la victoria. Pero ayudó a ponerle en situación de aprovechar cualquier error. Que es justo lo que ocurrió.

El detalle técnico

Que Pirelli trajera el compuesto ultr-blando a Mónaco era una noticia, a priori, fantástica, porque iba a acabar con la tradición de los últimos años: que los líderes controlaran su ritmo para hacer una sola parada en boxes y no exponerse así a excesivos doblajes y, sobre todo, a salir en medio del tráfico.

La lluvia nos ofreció finalmente un gran espectáculo, pero no enmascaró la triste realidad del ultra-blando: que no lo es en absoluto. Es cierto que Mónaco es el circuito con menor desgaste del calendario, pero aún así, no es de recibo que Pirelli no ofrezca un compuesto, al menos uno, capaz de poner la variable de la degradación sobre la mesa en todos los circuitos de la temporada.

La zona oscura

No se puede decir que haya habido demasiada polémica este año en Mónaco -aunque sí muchas sanciones-. Pero hay un tema que, no por recurrente, debemos olvidar.

"Si se opta por ese camino, debe tomarse siempre, no sólo cuando interesa"

La carrera volvió a iniciarse detrás del coche de seguridad y la excusa es siempre la misma: la seguridad de los pilotos. Y no deja de doler que se justifique de ese modo cuando en otras ocasiones las carreras se terminan con insuficiente visibilidad porque los intereses comerciales aconsejan horarios inadecuados (numerosos ejemplos en Malasia, Corea, Melbourne o Suzuka), o no se sacan banderas rojas o coches de seguridad en situaciones muy peligrosas para los pilotos o los comisarios (como la que le costó la vida a Jules Bianchi, por ejemplo).

¿Era necesario privarnos del espectáculo de la salida en parado en esta ocasión? Mónaco es, posiblemente, el circuito con mayor probabilidad de accidentes en la salida pero, al mismo tiempo, con la menor de que dichos accidentes tengan consecuencias serias. "La seguridad nunca sobra", dicen". Y es cierto. Pero si se opta por ese camino, debe tomarse siempre, no sólo cuando interesa.

Fotos: Mercedes / Red Bull / Force India / McLaren / Ferrari / Sauber / FIA / Williams

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