El motor Ferrari: un calvario para Toro Rosso

James Key revela las dificultades que Toro Rosso ha tenido este año como consecuencia del motor Ferrari, que no les fue entregado hasta diciembre y comprometió seriamente aspectos capitales del diseño del coche. Para el brillante ingeniero británico, tener ya confirmado el motor Renault de 2017 supone un enorme impulso para el equipo de Faenza, que aspira a grandes cosas la temporada que viene.

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Publicado: 19/07/2016 18:30

James Key ha tenido que hacer frente esta temporada a un reto que, probablemente, sea una de las mayores pesadillas para un diseñador. La ruptura entre Red Bull y Renault propició que Toro Rosso debiera buscar otras opciones como suministrador de motores, algo que finalmente se concretó en el último trimestre de 2015.

Ello propició que James Key y su equipo de diseño tuviesen sólo dos meses para adecuar el diseño original al nuevo motor Ferrari, algo que comprometió muchas áreas del monoplaza con el que esta temporada compiten Carlos Sainz y Daniil Kvyat.

“El hecho es que construimos la arquitectura del coche alrededor de la instalación de la unidad propulsora y es tan complicado ahora, hay tantos problemas. Un coche optimizado está basado en la integración de la unidad propulsora”, aclara James Key en una entrevista concedida a Motorsport.

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El ingeniero británico cuenta algunos de los problemas que se encontraron, como el exceso de peso, la refrigeración o los procesos de montaje más complejos y largos. “Intentamos minimizar el impacto de esto, pero inevitablemente hay efectos colaterales. El coche era demasiado pesado a principios de año. Tuvimos algunos problemas con determinados parámetros de refrigeración. Muchas otras cosas no eran óptimas, tuvimos que hacer suposiciones en algunas zonas. Y eso cuesta mucho dinero también. Hacerlo en tan poco tiempo cuesta mucho dinero”.

Cuando llegó el momento de iniciar los test, había muchas incógnitas por resolver, ya que se habían tomado muchas decisiones de compromiso al no ser posible volver atrás con el diseño. Hay muchas cosas son difíciles de decir incluso con el coche ya en pista, realmente sabes que es lo que está mal en el coche porque has tenido que tomar previamente algunas decisiones de compromiso", reconoce Key.

2017, otra historia

Con la confirmación del nuevo motor Renault en mayo, las cosas son muy distintas en lo que a la preparación del monoplaza se refiere, algo si cabe más importante con la entrada en vigor de las nuevas normas. Para James Key, la diferencia respecto a 2016 es enorme, es muy difícil describir cómo de grande es. Estamos realmente contentos de saber qué motor utilizaremos. Fue una situación muy dura con este coche (el de 2016, con el que actualmente compite Toro Rosso). Íbamos muy tarde con el motor Ferrari, realmente no tuvimos ninguna información acerca del motor Ferrari, así que nos pusimos con él en diciembre y discutimos cosas, fue extremadamente tarde”.

"Tratamosde entender qué hace que un coche vaya a ser bueno en 2017"

El parón veraniego ha llegado y, si bien todos los equipos empiezan a trabajar en el monoplaza del año siguiente al comienzo de la primavera, es ahora cuando la mayoría deciden destinar todos sus recursos al proyecto de la temporada 2017. En el caso de Toro Rosso, Key piensa que avanzan según los plazos previstos. "Creo que va bien, vamos de acuerdo a nuestro programa, aunque éste se puede mover dependiendo de algunas cosas que vas encontrando. Sé que algunos van un poco apurados con sus coches de 2017. Es muy difícil decir que tal lo llevas porque no sabes qué están haciendo los otros. Una de las cosas más complicadas es saber qué hace que el coche funcione con un cambio de reglas tan brutal, es complicado de decir en estos momentos. En este momento estamos tratando de entender qué es lo que hace que un coche vaya a ser bueno en 2017 y ver cómo podemos conseguirlo".

Fuente: Motorsport.comFotos: Toro Rosso

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