Guy Ligier, muy francés

Uno de los grandes nombres del automovilismo mundial falleció el 23 de agosto de 2015 a los 85 años de edad. Deja tras de sí un legado irremediablemente teñido con los colores de la bandera francesa, por la que tanto hizo en el mundo de las carreras.

5 min. lectura

Publicado: 24/08/2015 20:30

Fotografía: f1.com

La trayectoria de este importante personaje siempre ha estado muy vinculada a su país. Y es que, no en vano, Ligier creó lo más cercano a lo que un equipo nacional de Fórmula 1 puede ser.

Pero antes de todo eso, Guy creció siendo jugador de Rugby mientras reunía todo el dinero necesario para comprarse una excavadora, con el fin de iniciarse en el negocio de la construcción. No olvidemos que Guy era huérfano y eso le obligó a conseguir todo lo que quería por sí mismo. Cuando su carrera en el rugby finalizó –llegando a ser internacional francés-, empezó a competir en carreras de motos, aunque pronto lo intentó en los monoplazas de Fórmula Junior Elva.

Pero sus aptitudes al volante no eran lo suficientemente buenas como para olvidarse del negocio de la construcción, máxime cuando Guy utilizó el auge de las autovías en el país para enriquecerse y conocer a personas influyentes que más tarde le ayudarían en sus proyectos. Entre otras personalidades se encontraba François Mitterrand, que posteriormente sería elegido Presidente de la nación.

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Piloto

Eran buenos tiempos y Guy se animó con los sportcars, compitiendo con Porsche a la vez que iniciaba su andadura en la Fórmula 1. En 1966 debutó en el Gran Premio de Mónaco con un Cooper-Maserati privado, con el que compitió hasta la carrera de su país celebrada al año siguiente. Después llegó el cambio a Brabham-Repco y con ello el primer punto en Nürburgring, donde consiguió la sexta plaza tras salir 17º en parrilla. Tres Grandes Premios más, el último en México, escribieron sus últimas líneas como piloto de F1. Eso le llevó a asociarse con Jo Schlesser, con quien fundó un equipo de F2 con monoplazas McLaren. Pero su socio murió ese mismo año en el Gran Premio de Francia de F1 a bordo de un Honda.

Guy LIgier y Jo Schlesser.

Constructor

Así que Guy decidió retirarse y probar suerte con los deportivos. Así tomó forma el Ligier JS1 (siglas en memoria de su socio fallecido), diseñado por Michel Tetu y que compitió a finales de los 60, poco antes de que Ligier fabricara su primer deportivo de serie, el JS2. En un primer momento la acogida fue fantástica, pero en 1973 la crisis energética afectó drásticamente a las ventas y Guy decidió volver a la competición, creando un equipo de Fórmula 1 a partir del material comprado a Matra.

En 1976 empezó su andadura como constructor de F1, con el francés Laffite al volante de un monoplaza construido en Francia, con motor francés (Matra V12), Gerard Ducarouge como diseñador y Gitanes como patrocinador. No fueron nada mal las cosas ese primer año, finalizando la temporada como sexto mejor equipo en la tabla.

Francés ante todo

Algunos grandes pilotos como Depailler o Pironi pasaron por sus monoplazas en el inicio de su carrera pero, en 1983, la situación financiera se tambaleó y el ya Presidente Mitterrand entró en escena, ordenando a las empresas públicas Elf, Gitanes y Loto acudir al rescate del equipo. También Renault debió poner su granito de arena como suministrador de motores como resultado de las presiones políticas.

Fotografía: timewastingmachine.tumblr.com

El colofón fue la construcción del circuito de Magny-Cours, que se convirtió en la sede del equipo y, por supuesto, del Gran Premio de Francia. Cuando Guy se dio cuenta de que el gobierno socialista no sería eterno, vendió el equipo a Cyril de Rouvre y utilizó el dinero para introducirse en el mercado de los fertilizantes. Meses después el gobierno cambió de manos.

El equipo -con un total de nueve victorias, otras tantas poles y vueltas rápidas, 50 podios y un subcampeonato del mundo en 1980- fue a parar a manos de Alain Prost en 1997, que cerró, tras muchos quebraderos de cabeza, en 2001. En los últimos años, Ligier pasó a ser propiedad de Piaggio y construyó microcars, coches que pueden conducirse sin carnet de conducir.

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