Mucho alabar a Fernando Alonso, pero Aston Martin sigue sin resolver su gran problema
Aston Martin quiere ser un equipo grande. Sin embargo, mucho tienen que cambiar las cosas en su política de pilotos para que así sea. Y es que mantener contra viento y marea al hijo del jefe va camino de ser una decisión catastrófica.
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Publicado: 22/04/2024 18:30
Los equipos ganadores siempre han tenido un par de pilotos competentes. Quizá no superestrellas, o como suele decirse hoy en día, «dos gallos», pero sí un piloto con potencial para ser campeón y otro muy solvente que garantiza una gran cantidad de puntos para el Mundial de constructores.
Así fue con el equipo Ferrari de Michael Schumacher (Barrichello, Massa), con el Renault de Fernando Alonso (Fisichella), con el Red Bull de Sebastian Vettel (Webber) o con el Mercedes de Lewis Hamilton (Rosberg, Bottas), por nombrar los casos más relevantes de este siglo.
¿Nadie quiere cantarle a Lawrence Stroll las verdades del barquero? Perfecto, todos ellos están en su derecho
Pero, en la Fórmula 1 actual, ni siquiera es un requisito exclusivo de los equipos con aspiraciones de título, ya que el reparto económico que proporciona el Mundial de constructores es tan importante para todos ellos —y la igualdad es tan grande— que cada posición marca diferencias.
Lance Stroll, el lastre de Aston Martin
Ya lo vimos el año pasado en la lucha con McLaren por el cuarto puesto del campeonato de constructores, y lo estamos viendo de nuevo en 2024, en este caso con Mercedes.
Cuando el monoplaza funciona, Fernando Alonso saca el máximo partido del mismo, sumando muchos puntos e incluso podios. Mientras, Lance Stroll consigue un Top 5 —si tiene un buen día—, se las apaña para dejarse puntos por el camino o, incluso, tener algún accidente.
En lo que llevamos de temporada, Mercedes no ha demostrado ser mucho más rápido que Aston Martin, ni tampoco mejor equipo en boxes o con la estrategia. Sin embargo, el equipo liderado por Toto Wolff aventaja al de Mike Krack en 13 puntos.
¿La razón? George Russell suma 33 puntos, por 30 de Fernando Alonso. Mientras, Lewis Hamilton aporta otros 19, por únicamente 9 de Lance Stroll. Es decir, la diferencia, una vez más, la marca el segundo piloto.
¿Quién se lo dice a Lawrence Stroll?
Que Lance Stroll quiera ser piloto de Fórmula 1 es totalmente comprensible y respetable, como lo es que su padre Lawrence, propietario del equipo Aston Martin, ponga todos los medios a su alcance para que su hijo cumpla su sueño.
Sin embargo, cuando también eres presidente de la empresa matriz, Aston Martin Lagonda Holdings, y proclamas a los cuatro vientos que tu objetivo es tener el mejor equipo de la Fórmula 1, los sentimentalismos no tienen cabida.
Lance Stroll cumple ya su octava temporada en la Fórmula 1 y su progresión ha sido bastante limitada. Esto me lleva a afirmar que el canadiense nunca será un piloto apropiado para un equipo que aspira a ganar títulos mundiales.
Episodios como el de este domingo en China siguen siendo habituales, así como una falta de consistencia atroz que, cada fin de semana, lastra a Aston Martin.
Mientras, Mike Krack, Dan Fallows, Tom McCullough, Pedro de la Rosa e, incluso, Fernando Alonso, se afanan en defender e incluso alabar a Lance cada vez que tienen la oportunidad.
¿Nadie quiere cantarle a Lawrence Stroll las verdades del barquero? Perfecto, todos ellos están en su derecho. Pero entonces quizá deberían asumir que la progresión del equipo se va a ver lastrada y, suponiendo que algún día lleguen a tener un coche ganador, el Mundial de constructores será, muy probablemente, un objetivo inalcanzable a poco que tengan competencia.
Mientras, Mike Krack y compañía seguirán contándonos lo bueno que es Fernando Alonso, lo mucho que aporta al equipo y cuánto está ayudando a Aston Martin a avanzar. Lo que no cuentan, ni contarán, es que tiene que hacerlo con el freno de mano echado.
Fotos: Aston Martin Racing