Fernando Alonso en el GP de Malasia
Fernando Alonso ha ganado la carrera de Sepang el pasado domingo, contra todo pronóstico. El piloto de Ferrari completó un fin de semana perfecto, en el equipo acertaron con la estrategia, el coche iba muy bien en agua y el resto lo puso Fernando, quien no cometió ni un solo error, exprimiendo todo el potencial y más de su coche. Sencillamente una victoria brillante.
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Publicado: 26/03/2012 21:15
El fin de semana de Fernando Alonso en Malasia se puede calificar con un adjetivo que lo englobaría todo: PERFECTO.
Y es que la lucha por la victoria no llegó sin el esfuerzo considerable que comenzó el sábado en la Q1.
Al F2012 aún le queda mucho que madurar, y si no completas un sábado por encima de las posibilidades del coche, entonces estás perdido. Y Fernando Alonso no falló. Pasó a la Q2 gastando un juego de blandos en la primera tanda, viendo que los equipos de atrás podrían llegar a cazar el tiempo del asturiano, aunque finalmente la Q2 estaba lograda.
Pero clasificar el F2012 para el top ten no era tarea fácil, y una vez más, Fernando lo logró. Lo dio todo en la Q2 porque sabía que en Q3 no tenía ninguna chance de luchar por la pole. De hecho, solo Pérez fue más lento que él en la última tanda, a pesar de que en parrilla saliera octavo, debido a la sanción de 5 posiciones de Kimi.
Llegó el domingo, apareció la lluvia, y con ella las dudas, los riesgos y la elección correcta de la estrategia. Pero se apagó el semáforo, y Fernando gestionó magníficamente la primera curva. Hizo buenas algunas posiciones fundamentales, para mantenerse en el top cinco.
Entonces llegó la bandera roja y vuelta a empezar. Esta vez tres posiciones por delante de cómo comenzó el domingo.
Y Fernando volvió a arriesgar y volvió a hacerlo bien, regalándonos un precioso adelantamiento a Mark Webber. Después de eso, solo tiró y tiró, girando vuelta de clasificación tras otra, en condiciones de lluvia, claro está, hasta llegar el momento de cambiar el neumático extremo por el intermedio.
Fue entonces cuando el equipo recompensó con creces el enorme esfuerzo que estaba realizando su estrella. Pues su parada fue rapidísima, adelantando a Lewis Hamilton, que además fue víctima del tráfico en el pitlane.
A partir de entonces, Fernando solo tenía un rival en pista: Sergio Pérez, que demostró ser el hombre más rápido en el cómputo global de la carrera, aunque finalmente desaprovechó la oportunidad de ganar su primera carrera en Fórmula 1. Y así fue cómo Fernando, que llevaba gomas más frescas, lograba adelantar también al de Sauber, quien en ese momento ya estaba primero, tras un acierto de 10 en su estrategia particular.
Pero Fernando, que lideraba la prueba desde entgonces, seguía tirando, encadenando una vuelta rápida tras otra. Hasta que sus neumáticos ya no tenían lugar de mejora, y Checo Pérez empezó a recortarle un segundo por vuelta.
Fue entonces cuando parecía que la victoria podría escapársele de las manos. Pero nuevamente, una decisión acertada en su muro, o desde la radio, hizo que entrara a poner el neumático slick, el compuesto más blando, para ser exactos, con el que afrontaría el último stint de la carrera.
La pista en ese momento estaba en un momento óptimo, pues el neumático de seco era algunos segundos más rápido que el intermedio, con lo que ganó ventaja respecto de Pérez, que no quiso entrar en la misma vuelta que Fernando, decisión que quizás le hubiera dado la victoria, o no...
A la vuelta siguiente, el mexicano cambió sus neumáticos y puso el slick más duro. Cuando en los monitores de tiempos se veía lo rápido que corría el Sauber también bajo esas condiciones, la victoria volvía a comprometerse para Fernando, pues la distancia era de tan solo cinco segundos, y en cada sector, Checo le recortaba algunas décimas a Fernando.
Y en efecto Pérez llegó. Al principio parecía que iba a tomarse con calma la maniobra de adelantar a Fernando, aún quedaban muchas vueltas, y el Sauber corría más que el Ferrari. Pero quizás la presión tras un mensaje de radio inoportuno "Necesitamos esa segunda posición", queriendo decir Sauber que no podía cometer un error y no terminar, le pusieron nervioso cuando vio que su único obstáculo para la victoria era Fernando Alonso. Y cometió un error, saliéndose brevemente de pista, con lo que el esfuerzo realizado por Checo, se desvaneció.
En las últimas vueltas, también Fernando apretó, mientras que Pérez no se rindió del todo, pero no había tiempo suficiente para volver a cogerlo.
Cero errores fueron los que hicieron de la victoria de Fernando Alonso, un triunfo perfecto. Ni él sabía dónde colocar el coche, nada más acabar la carrera, pues viendo el rendimiento de su monoplaza, era impensable lograr ganar allí ayer. Pero lo hizo.
Solo un adjetivo para definir el detalle de perfección de Fernando en Malasia: ¡BRILLANTE!