Fernando Alonso: «Mi padre pensaba que lo de las carreras terminaría pronto, no tenía la visión de que fuera profesional»

Tres modos distintos de afrontar las carreras han dado como resultado tres campeones del mundo al nivel de los mejores de la historia, tanto por talento como por dedicación y capacidad.

Son Max Verstappen, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, que vivieron su infancia con un objetivo común, pero enfoques diferentes.

Max Verstappen, destinado a ser una estrella

El caso más claro de un padre que piensa únicamente en ‘fabricar’ un campeón del mundo de Fórmula 1 es Max Verstappen. Hijo de Jos, expiloto de la categoría reina, Max fue educado con la competición y el éxito en mente.

Así lo reconoce el propio Max, que durante una conferencia de prensa en Canadá explicaba que «tras terminar su carrera deportiva, invirtió todo su tiempo en la mía. Es difícil explicar cuánto me ha dedicado, porque probablemente sigo sin entenderlo realmente. Preparaba todo, karts, motores… y luego conducía todo el camino a Italia desde la escuela y luego de regreso».

«Tantas historias que podemos compartir. A veces todavía hablamos de eso, por supuesto, cuando estamos juntos. Sí, es una locura», reiteraba un Max Verstappen muy agradecido por el esfuerzo que realizó su padre durante aquellos años del karting.

«Sin él no me sentaría aquí hoy. Me ha enseñado tanto y me ha preparado tanto desde muy joven que a veces pensaba por qué tenía que ser tan serio de inmediato, en lugar de jugar un poco más y divertirme», reconoce el ahora bicampeón del mundo de Fórmula 1.

Aunque en aquel momento le resultó difícil de comprender, Max Verstappen entiende ahora que su padre Jos «estaba trabajando para lograr este objetivo. Tenía el objetivo de que yo fuera primero mejor que él y luego tratar de llegar a la Fórmula 1».

Una afición más que una aspiración

El caso de Fernando Alonso es muy distinto, pues ni su familia contaba con tantos recursos como la de Max Verstappen, ni realmente hubo una aspiración clara de convertirlo en piloto profesional.

«Mi padre es diferente, no tiene ningún talento para pilotar. Me enseñó y me educó de diferentes maneras y para diferentes cosas de la vida. Él no tenía la visión de que yo fuera un piloto profesional cuando era niño», recuerda Fernando Alonso en esa misma conferencia de prensa.

El asturiano recuerda que «sí, estaba compitiendo en karts y en diferentes cosas, pero él pensaba que eso terminaría pronto. Ya sabes, mi vida sería completamente opuesta al deporte profesional».

José Luis Alonso creía que era muy poco probable que la carrera deportiva de Fernando fuera muy longeva, por lo que siempre tuvo en mente inculcarle valores y enseñanzas válidas para una vida más convencional después del karting.

«Él siempre tuvo los pies en la tierra, digamos, y me enseñó otras cosas y otros valores, porque era difícil creer que yo pudiera llegar a la Fórmula 1 algún día. Esa es la belleza de nuestra historia», concluye Fernando Alonso.

Contra viento y marea

La historia de Lewis Hamilton podría catalogarse como una combinación de las dos anteriores. Por un lado, Anthony Hamilton soñaba con ver a su hijo en la Fórmula 1. Pero, por otro lado, no contaba con recursos ni contactos que le allanaran el camino.

Así, el padre del ahora heptacampeón del mundo tuvo que asumir varios trabajos para financiar la carrera deportiva de Lewis en el karting, con la esperanza de que su talento hiciera el resto del trabajo. En aquella época, también tuvieron que hacer frente a los prejuicios por el hecho de ser un piloto negro.

Por todo ello, Lewis Hamilton tampoco perdió la oportunidad de ensalzar el sacrificio hecho por su padre. «Él sacrificó todo para que yo esté aquí hoy, así que sigo tratando de hacerlo sentir orgulloso. Sé lo difícil que fue para él, a todo lo que se enfrentó, porque yo estaba allí con él. Pero el último sueño es siempre ser como tu padre. Quiero ser como mi padre».

Anthony Hamilton ejerció de representante hasta la última fase de la estancia de Lewis en McLaren. Ciertas diferencias los distanciaron, pero desde hace unos años ambos han vuelto a estar muy unidos. Aunque, eso sí, Anthony se mantiene totalmente ajeno a la actividad profesional de su hijo.