Fórmula VintageFerrari, la mafia, el Dios Saturno y un campeón efímero

El primer año sin Juan Manuel Fangio a tiempo completo derivó en una batalla sin cuartel entre Vanwall y Ferrari que adquirió tintes funestos. Fórmula Vintage viaja a 1958, el año de la coronación de Mike Hawthorn y una de las temporadas más negras de la Fórmula 1.

31 min. lectura

Publicado: 27/07/2016 17:00

El principio de la ruptura con la Fórmula 1 de los años 50 empezó a producirse durante la propia década, y 1958 fue el año en el que se produjeron los primeros grandes cambios conceptuales de la disciplina. Se instauró el campeonato de constructores, para el que cada marca obtenía los puntos de su coche mejor colocado sin el punto de la vuelta rápida; la distancia mínima a completar de los Grandes Premios se redujo de 500 a 320 kilómetros para contener la duración de las carreras, y se prohibió la extendida práctica por parte de los pilotos de cambiar de coche en plena carrera. La parrilla sufrió también importantes cambios: el pentacampeón Juan Manuel Fangio, el hombre que había dominado las cuatro temporadas anteriores, decidió competir sólo de forma parcial, y el equipo campeón, Maserati, acuciado por problemas económicos, abandonó la categoría tras nueve victorias en 5 años, aunque siguió actualizando de vez en cuando la legión de 250F que aún poblarían la parrilla en manos privadas. Así, Ferrari y Vanwall atraían todos los focos.

Tras un año en blanco, los italianos abandonaron los Lancia, crearon el 246 Dino, con un V6 de 290 CV, y mantuvieron a su trío estelar. Mike Hawthorn, Peter Collins y Luigi Musso serían los grandes protagonistas del año en base a la enorme rivalidad que se respiraba en el seno del equipo. Collins y Hawthorn consideraban a Musso un rival mutuo, y se aliaron para repartirse las ganancias si uno de los 2 ganaba, una situación que el propio Enzo Ferrari consintió bajo la premisa de que, cuando más rápido fueran los pilotos, más victorias se obtendrían. Para contrarrestarles, Vanwall mantuvo su VW5, de gran manejo pero con un motor L4 algo escaso en potencia, y a sus 3 pilotos: Stirling Moss, Tony Brooks y Stuart Lewis-Evans. Por detrás, más competencia británica. Sin asiento tras la marcha de Maserati, Jean Behra y Harry Schell encontraron acomodo en BRM, cuyo P25 haría por fin un año completo. Cooper también se involucró más, diseñando el T45 y reteniendo a Jack Brabham y Roy Salvadori.

Por último, se les unió un quinto constructor: Lotus. Liderado por Colin Chapman, montaron un L4 de Climax en el modesto Lotus 12, pilotado por 2 debutantes: Cliff Allison y Graham Hill. El campeonato adquirió, pues, un claro color británico. Los esfuerzos privados estuvieron liderados por Centro Sud, con el italiano Gerino Gerini al volante de uno de sus coches, y por Rob Walker, heredero del imperio Johnnie Walker que alineó un Cooper para Maurice Trintignant. Además de ello, Jo Bonnier compitió gran parte del año en su propio Maserati, cediéndolo incluso a otros pilotos cuando compitió en otros coches, y privados como Paco Godia o Horace Gould aparecieron con cierta frecuencia. Del calendario salió el Gran Premio de España tras 3 cancelaciones, junto a la sustituta Pescara. En su lugar, 2 nuevas carreras, en Portugal y Marruecos. No hubo cancelaciones y, por primera vez, se disputaron 10 carreras (11 contando Indianápolis), por lo que el número de resultados que contarían para ambos campeonatos se amplió a 6.

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De nuevo, los equipos británicos no hicieron el viaje a Argentina, esta vez con motivos más sólidos, ya que se vieron obligados a modifcar sus motores tras establecerse que los Fórmula 1 sólo podrían usar gasolina de aviación en lugar de metanol. En la parrilla más pequeña de la historia, con sólo diez coches, Ferrari se enfrentó al Cooper de Rob Walker, manejado por Stirling Moss con permiso de Vanwall, y a seis Maseratis privados, pilotados, entre otros, por Behra (quinto en carrera), Schell –ambos también con permiso de BRM-, Godia y Fangio. El argentino demostró no haber perdido el toque logrando su última pole, la número 29, por seis décimas sobre Hawthorn. Moss no pasó del séptimo puesto luciendo un aparatoso vendaje, después de que su mujer le metiese el dedo en el ojo mientras hacían “travesuras” (término empleado oficialmente) dos días antes.

La carrera fue acortada antes de empezar por el calor, y en Rob Walker tenían dificultades para extraer y cambiar las ruedas, por lo que tomaron la decisión de no parar en boxes. Tras romper Collins la transmisión en la salida y liderar Behra la primera vuelta, Hawthorn se puso líder, pero Fangio le pasó en la vuelta 10 y el británico cayó en pocas vueltas al quinto lugar. Moss comenzó a adelantar rivales, se puso segundo y, ayudado por su pequeño monoplaza, se dedicó a conservar ruedas tras la parada de Fangio para terminar ganando la prueba con las gomas casi desintegradas, en lo que fue el primer triunfo de Cooper, de un equipo privado y de un motor central en Fórmula 1. Musso se puso segundo tras un trompo de Behra, pero el italiano no apretó, esperando la parada de Moss. Se percató demasiado tarde, y acabó a 2.7 segundos de la victoria. Hawthorn completó el podio, después de que un fallo en el motor de Fangio –que perseguía a Musso- le hiciese ceder la posición. Godia, que clasificó noveno y penúltimo, llevó el coche a meta en octavo lugar, a cinco vueltas del líder.

El "british power" abruma a la tradicional Ferrari

Mónaco abrió la temporada para las escuadras británicas, que marcaron territorio en clasificación ante una Ferrari poco competitiva. Tony Brooks, en su Vanwall, logró su primera pole con una vuelta extraordinaria, sacándole un segundo al BRM de Behra. Cooper ocupó las tres siguientes posiciones, con Brabham, Salvadori y Trintignant. Hawthorn fue el mejor Ferrari, sexto sobre un Lewis-Evans que duró pocas vueltas en carrera y Moss. De los 30 pilotos inscritos, sólo 16 podían tomar parte en el Gran Premio. Entre los que no se clasificaron, destacó la última aparición al volante de un Fórmula 1 de Louis Chiron a sus 58 años, la participación de la primera mujer en competir en Fórmula 1, Maria Teresa de Filippis, que fue 23ª en un Maserati privado, y la del futuro mandamás de la Fórmula 1. Bernie Ecclestone había comprado los restos del equipo Connaught, e inscribió dos coches, ninguno de los cuales se clasificó. Al empezar la clasificación, decidió dar tres vueltas en uno de ellos a baja velocidad sólo “por el placer de hacerlo en Mónaco”. Paco Godia se quedó fuera del corte por muy poco, al acabar en 18º lugar, a un segundo del 16º.

En carrera, Salvadori lideró los primeros metros, pero se fue largo en Santa Devota y Behra emergió en cabeza, donde se mantuvo hasta abandonar en la vuelta 27 por problemas en los frenos. Hawthorn, que ya era tercero en la vuelta 8 y había aprovechado los problemas de motor de Brooks sobre la vuelta 20, heredó el liderato. Moss le pasó en la vuelta 33, pero su motor expiró cinco giros después. Poco después de hacer la vuelta rápida, Hawthorn sufriría la misma fortuna a mitad de carrera con la bomba del combustible. En una auténtica carrera de eliminación, Maurice Trintignant logró su segundo triunfo, de nuevo en Mónaco, y repitiendo la hazaña de Moss en Argentina al ganar con un Cooper privado sobre los Ferrari de Musso, nuevo líder del campeonato, y Collins. Los múltiples abandonos permitieron que Brabham, a pesar de perder tres vueltas, acabase cuarto: Schell terminó quinto con nueve giros perdidos.

En Zandvoort, los Vanwall dominaron la clasificación, y Lewis-Evans logró su segunda pole batiendo por un segundo a Moss y Brooks. En carrera, no obstante, Moss se puso lider en la salida y obtuvo una autoritaria victoria. Schell ganó tres puestos en la salida y acabó segundo tras pasar en la vuelta 12 a un Lewis-Evans que rompería motor más tarde. Brooks desapareció en las primeras vueltas con problemas en la transmisión, lo que permitió a Behra completar el podio. Ferrari fue de nuevo maniatada por los equipos británicos, salvando de nuevo los muebles Hawthorn con un quinto puesto tras Salvadori. El lider Musso sólo pudo ser séptimo tras salir 12º, y Collins abandonó a mitad de carrera cuando iba tras él. Tras esta carrera, Fangio intentó clasificarse para las 500 millas de Indianápolis, que aún estaban en el calendario, pero su coche estaba lejos de ser competitivo y desistió.

Los Ferrari fueron mucho más fuertes en el regreso de Spa, y Hawthorn logró por fin su primera pole, con Musso segundo y Collins cuarto. Moss calificó tercero, pero gripó el motor al fallar una marcha en la primera vuelta y tuvo que abandonar. Collins terminó la vuelta líder, e intercambió posición varias veces con Brooks hasta que su motor se sobrecalentó en la vuelta 5. En el mismo giro, Musso, que arrancó fatal, tuvo un pinchazo y Behra, que iba tercero, sufrió una fuga de aceite terminal. A partir de ahí, Brooks, Hawthorn y Lewis-Evans (undécimo en parrilla) mantuvieron el orden en el podio. En la última vuelta, sin embargo, los tres tuvieron problemas. Brooks rompió la caja de cambios mientras cruzaba la meta en la que era su primera victoria en solitario. Saliendo de La Source (por entonces, la última curva), el motor de Hawthorn reventó, pero aprovechó la inercia cuesta abajo para acabar segundo. Y en la misma curva, una de las suspensiones de Lewis-Evans colapsó, por lo que el británico tuvo que cruzar la meta sobre tres ruedas para lograr su primer podio, sobre Allison, que sumó los únicos puntos de Lotus, y Schell. Paco Godia, 18º en una parrilla de 20 coches, rompió el motor a dos vueltas del final cuando era noveno, y la italiana De Filippis completó su primera carrera en décimo y último lugar, a 2 vueltas de Brooks.

Reims, capítulo final de Fangio y Musso

Antes del Gran Premio de Francia, Luigi Musso contrajo una enorme deuda de juego con la mafia italiana. Reims ofrecía el mayor premio económico del año, y Musso, necesitado del dinero, pidió a Collins que le incluyera en su acuerdo con Hawthorn. Éste se negó, ya que el dinero de sus victorias iba en parte para la madre de su hijo. Enzo Ferrari, descontento con Collins, decidió reemplazarle por Wolfgang von Trips, pero Hawthorn intercedió para que pudiese correr, con el alemán en un cuarto coche. Reims fue, también, el lugar elegido por Juan Manuel Fangio para volver a correr con un Maserati de su propiedad, 10 años después de disputar ahí su primera carrera europea. De nuevo, las largas rectas favorecían a Ferrari, que estrenaba suspensión, y Hawthorn logró la pole sobre Musso y Schell, mientras Moss, el lider del campeonato, salía sexto. Fangio sólo pudo ser octavo, y Paco Godia gozó de una buena clasificación, por lo que saldría undécimo. En carrera, no obstante, se accidentó en la vuelta 28, en el que sería su último Gran Premio.

Schell se puso líder en la salida, pero pronto una batería de coches daría cuenta de él. Hawthorn, Musso y Collins formaron un grupo en cabeza, del que Collins se cayó al tener un problema con sus frenos. En la décima vuelta, tratando de tomar una curva rápida a fondo para dar caza a Hawthorn, Musso se salió de pista. Su coche cayó en una pequeña fosa y dio varias vueltas de campana, tras las que Musso salió despedido. El piloto italiano sufrió una fractura craneal de la que no pudo recuperarse, y falleció pocas horas después. La viuda de Musso acusó muchos años después a Hawthorn de frenar a propósito cuando Musso estaba justo detrás de él, pero el británico quedó profundamente afectado por su muerte. Brooks heredó el segundo lugar un par de giros hasta que rompió la caja de cambios. Se desató entonces la batalla por ese puesto entre Fangio, Moss y Behra, decantada por fiabilidad: Fangio se descolgó con problemas en el embrague y a diez vueltas del final, Behra se retiró por un fallo en la bomba de combustible.

Hawthorn firmó un impecable Grand Chelem, logró la tercera victoria de su carrera y la primera en cuatro años, e igualaba en puntos a Moss. Von Trips logró un fantástico podio tras remontar desde el último lugar. Fangio había trompeado y perdido una vuelta con Hawthorn, pero el británico se dejó desdoblar para disfrutar de la última pincelada del genio. Esto le permitió ganar un puesto y acabar cuarto, ya que Collins se quedó sin gasolina al final y tuvo que empujar el coche para ser quinto. Nada más bajarse, Fangio ya se había decidido a poner punto y final a su carrera, pero no hubo celebraciones ni homenajes. Luigi Musso fue el segundo piloto en morir en un Gran Premio de Fórmula 1, y el primero en casi cuatro años. Ferrari le sustituyó desde entonces con von Trips.

Sin casi tiempo para recuperar el ánimo, la Fórmula 1 puso rumbo a Silverstone, lleno hasta la bandera gracias al dominio de los británicos. En una clasificación muy variada, con 5 equipos en el top 5, Moss logró la pole por delante de Schell, Salvadori, Hawthorn y Allison. Bernie Ecclestone volvió a inscribirse como piloto reserva en Connaught y dio algunas vueltas al circuito, pero de nuevo declinó participar. Collins, que salía sexto, se puso primero en una gran salida y lideró toda la prueba, logrando el tercer triunfo de su carrera. Tratando de darle caza, Moss fundió su motor en la vuelta 25, por lo que Hawthorn acabó segundo y obtuvo unos puntos fundamentales para su liderato. Salvadori contuvo a Lewis-Evans para conseguir su primer podio, y Schell impidió un pleno británico en puntos al ser quinto por tercera vez ese año, tras un mal fin de semana de Brooks, que terminó séptimo.

Para el desafiante Nürburgring, Vanwall sólo llevó 2 coches, dejando fuera a un Lewis-Evans que se perdió la carrera al no encontrar otra montura. De nuevo, se permitió correr a coches de Fórmula 2, entre ellos varios de fabricantes de F1, y Ferrari puso un F2 para uno de sus muchos pilotos de resistencia, el norteamericano Phil Hill, flamante ganador de las 24 horas de Le Mans. Lotus sólo llevó un Fórmula 1 y montó en un F2 a Graham Hill, y lo propio hizo Cooper con Brabham, además de otro F2 para un debutante neozelandés llamado Bruce McLaren. En total, sólo la mitad de los 26 coches eran de Fórmula 1. Hawthorn consiguió con solvencia su tercera pole del año sobre Brooks, pero fue Moss quien se puso en cabeza en la salida, seguido de Hawthorn y Collins. En la cuarta vuelta, nada más hacer la vuelta rápida, el Vanwall le volvió a dejar tirado, esta vez por culpa del magneto. Los Ferrari se fueron intercalando en cabeza, y Collins se consolidó delante de Hawthorn, hasta que Brooks les alcanzó y los pasó a ambos la vuelta 11, a cuatro del final.

Tratando de recuperar el liderato, Collins se fue largo en una curva rápida a izquierdas. El coche pasó por encima de un montículo de tierra y salió disparado hasta estrellarse contra un árbol. Hawthorn esquivó por poco el incidente, pero una vuelta después abandonó. Su embrague había empezado a fallar y, tras ver a Collins salir despedido, no tenía ganas de pelear contra ello, con lo que Brooks ganó con comodidad sobre Salvadori, Trintignant y von Trips. McLaren fue quinto en un Cooper de Fórmula 2 con el que no podía puntuar, pero el siguiente piloto de Fórmula 1, Allison, fue décimo, y no se le otorgaron puntos. Por la tarde, se confirmó el desastre con la muerte de Peter Collins, el hombre que renunció al título a favor de Fangio dos años atrás. La segunda oportunidad de ser campeón nunca llegó para el piloto de Ferrari, que sufrió severas lesiones en la cabeza y el brazo, y falleció antes de llegar al hospital.

Portugal recibió por primera vez a la Fórmula 1 en el trazado urbano de Porto, de 7.4 kilómetros. Moss debía recortar puntos, y logró la pole con apenas media décima de ventaja sobre Hawthorn. En medio de un ambiente sombrío, la prueba se disputó en pista mojada. Hawthorn pasó a Moss en la segunda vuelta y éste se la devolvió en la séptima, para terminar llevándose la victoria. Hawthorn tuvo que parar en boxes en la vuelta 34 para revisar sus anticuados frenos de tambor (motivo de queja a lo largo del año), pero recuperó el segundo lugar pasando siete vueltas después a un Behra con problemas de motor. El francés perdió el podio con Lewis-Evans a cuatro vueltas del final, aunque retuvo el cuarto lugar ante von Trips. En la última vuelta, Hawthorn trompeó en una escapatoria. Sacaba una vuelta a Lewis-Evans, y su segundo puesto no estaba en peligro si lograba cruzar la meta. Moss le vio en su vuelta de honor y le instó a hacer rodar el coche en dirección contraria unos metros para poder acabar. Tras la carrera, Hawthorn fue descalificado, pero Moss intervino ante los comisarios para argumentar la legalidad de su maniobra, y Hawthorn recuperó los puntos.

En la penúltima cita, en Monza, Hawthorn, que sacaba cuatro puntos a Moss, podía proclamarse campeón en casa Ferrari. Pero, de nuevo, Vanwall llevaba la delantera, y Moss logró la pole sobre Brooks, Hawthorn y Lewis-Evans. Phil Hill, el sustituto del malogrado Collins, sorprendió a todos poniéndose líder al principio, e imprimió un gran ritmo buscando un fallo mecánico de Moss, mientras por detrás Schell y Von Trips tuvieron un severo accidente en el que el alemán salió despedido, rompiéndose solo una pierna. Hawthorn y Moss pasaron a Hill tras 5 vueltas y volvieron a intercambiar posiciones, uniéndose después Lewis-Evans y Behra. En la vuelta 17, la caja de cambios de Moss dijo basta, y sus opciones de título parecían irse al garete.

Tras una pronta parada, Brooks tomó la decisión de no volver a boxes, para intentar ganar y mantener vivas las opciones de Moss. Con Lewis-Evans abandonando a mitad de prueba y Behra perdiendo terreno, Brooks alcanzó a Hawthorn y le pasó a diez vueltas del final para conseguir su 3ª victoria del año. Phil Hill obtuvo su primer podio con un sólido tercer lugar, y tanto Masten Gregory como Carroll Shelby llevaron un coche compartido al cuarto lugar. Fueron descalificados, aunque al final sólo se les dejó sin puntuar. Maria Teresa de Filippis volvió a correr y tras clasificar 21ª y última, llegó a ir quinta a 15 vueltas del final en una carrera llena de abandonos… hasta que su motor se rompió. Su puesto lo ocupó Salvadori.

El trágico final de Ain-Diab

La victoria de Brooks en Monza permitió que el título siguiera vivo en Marruecos, prueba que se disputaría en el trazado de vías públicas de Ain-Diab, de 7,6 km, diseñado y preparado en apenas 6 semanas. Moss necesitaba ganar y marcar la vuelta rápida, y que Hawthorn no fuera segundo, resultado que a éste le valdría para ser campeón. Hawthorn golpeó primero en clasificación batiendo a Moss por apenas una décima, con Lewis-Evans y Behra completando la primera línea. En la salida, Hawthorn cayó al tercer puesto tras Moss y Phil Hill. El estadounidense podría dejarse adelantar dado el caso, así que el gran problema de Hawthorn era Brooks, que pronto llegó arriba y logró adelantarle. Moss logró la necesaria vuelta rápida y todo parecía ir según lo previsto por Vanwall. Sin embargo, su plan se vino abajo junto con el motor de Brooks en la vuelta 29. Con Lewis-Evans a gran distancia en quinto lugar entre los BRM de Bonnier y Schell, las opciones de Moss se desvanecieron.

A 15 vueltas del final, Phil Hill se apartó para que pasara Hawthorn. El título estaba sentenciado… pero no habría fiesta. Tres vueltas más tarde, el motor de Lewis-Evans reventó en plena curva. El coche se salió de pista y al chocar, el aceite se incendió. Lewis-Evans, plenamente consciente, salió del coche desesperado y envuelto en llamas. Sufrió quemaduras en el 75% de su cuerpo y, a pesar de recibir numerosos cuidados médicos, murió seis días después. Moss ganó la carrera, pero el campeón fue Hawthorn, que terminó segundo por quinta vez ese año. El británico hizo de la regularidad su virtud, ya que sólo ganó una carrera, pero su éxito se atribuyó a la falta de fiabilidad del Vanwall de Moss y a su gesto deportivo, al mediar por Hawthorn tras su descalificación en Portugal. A pesar de abandonar, Tony Brooks terminó una gran temporada en tercer lugar, también lastrado por las roturas.

Una vez todo acabó, los trágicos eventos de la temporada tuvieron importantes efectos colaterales en el campeonato. El dueño de Vanwall, Tony Vandervell, padecía problemas de salud y quedó desolado por la muerte de Lewis-Evans, por lo que decidió retirar el equipo de inmediato a pesar de haber ganado el Mundial de Constructores a Ferrari. Una semana después, Hawthorn comunicó a Enzo Ferrari su retirada inmediata, en el momento más álgido de su carrera con apenas 29 años. La muerte de sus dos compañeros y de uno de sus mejores amigos era demasiado para él. Además, sufría problemas renales, y sus médicos le habían dado tres años. El 26 de enero de 1959, perdió la vida en un accidente de tráfico. Mientras, supuestamente, echaba una carrera en carreteras abiertas con el jefe de equipo Rob Walker, Hawthorn perdió el control de su Jaguar a gran velocidad y se estrelló contra un árbol.

En apenas unos meses, los tres pilotos de Ferrari habían perdido la vida, cinco si se cuentan las muertes de De Portago y Castellotti en 1957. L’Osservatore Romano, el periódico oficial del Vaticano, llegó a publicar un editorial atacando a la Scuderia Ferrari, en el que comparaba a Enzo con el mitológico Dios Saturno, el cual "consumía a sus propios hijos". Pocos años han acumulado el nivel de tragedia y drama que 1958 presentó en la Fórmula 1. El Reino Unido asentó su dominio sobre el deporte en un año sangriento. De nuevo sin campeón en parrilla, 1959 debía coronar a un nuevo Sheriff.

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CLASIFICACIÓN DEL CAMPEONATO DE PILOTOS (excluyendo resultados de las 500 millas de Indianápolis):

Mike HawthornFerrari42
Stirling MossVanwall / Cooper41
Tony BrooksVanwall24
Roy SalvadoriCooper15
Peter CollinsFerrari14
-Harry SchellBRM / Maserati14
Maurice TrintignantCooper / BRM / Maserati12
-Luigi MussoFerrari12
Stuart Lewis-EvansVanwall11
10ºPhil HillFerrari / Maserati9
-Jean BehraBRM / Maserati9
-Wolfgang von TripsFerrari9
13ºJuan Manuel FangioMaserati7
14ºJack BrabhamCooper3
-Cliff AllisonLotus / Maserati3
-Jo BonnierMaserati / BRM3
17ºBruce McLarenCooper2

Sin puntos (con, al menos, dos Grandes Premios disputados): Masten Gregory (Maserati), Graham Hill (Lotus), Olivier Gendebien (Ferrari), Maria Teresa de Filippis (Maserati), PACO GODIA (Maserati), Jack Fairman (Cooper / Connaught), Carroll Shelby (Maserati), Hans Herrmann (Maserati) y Gerino Gerini (Maserati).

CLASIFICACIÓN DEL CAMPEONATO DE CONSTRUCTORES:

Vanwall48
Ferrari40
Cooper-Climax31
BRM18
Maserati6
Lotus-Climax3

Fotos: Ferrari

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