GP RusiaMemorias de Rusia 2014: siempre gana Alemania

La Fórmula 1 contemporánea ha sido dominada por pilotos alemanes, con 11 títulos entre Michael Schumacher y Sebastian Vettel, nueve en los últimos quince años. Pero a los germanos les faltaba algo en este deporte: ser campeones del mundo por escuderías. Mercedes cerró esa herida en 2014, culminando en Rusia un año espléndido.

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Publicado: 08/10/2015 15:40

Foto: Mercedes

Hay una máxima en el fútbol que dice que es un deporte de once contra once y siempre gana Alemania. Una sentencia que ha sufrido momentos de mayor veracidad que otros, pero que con el Mundial que ganaron en Brasil en 2014 vuelve a ser cierta. Si la Fórmula 1 fuera una escudería, sería Ferrari, y si compitiera bajo una bandera sería la de Gran Bretaña, que es quien suma más títulos de campeón tanto en pilotos como en escuderías. Sin embargo, los aficionados que no gozan del tesoro de haber vivido este deporte durante décadas, tendrán una concepción distinta. Con la irrupción de Michael Schumacher y Sebastian Vettel, Alemania es el país con más mundiales individuales en los últimos 20 años, especialmente en los últimos 15, cuando el ex y el actual piloto de Ferrari han sumado nueve coronas.

Acabada la época dominante de Red Bull, Vettel fue superado por su compañero y las circunstancias en 2014, y la baza alemana pasó a ser Nico Rosberg. Consiguió más poles que el resto de pilotos del campeonato juntos, sumó cinco victorias y dominó la clasificación durante parte del año. Llegó con opciones matemáticas a la última carrera, pero no pudo batir a un Lewis Hamilton brillante, sobre todo en la segunda mitad de la temporada. Ambos compartían equipo, así que el mundial de constructores caería de manera incontestable del lado de su escudería. Desde el principio, Mercedes no tuvo rival, y proclamarse como campeones era solo cuestión de tiempo. Lo consiguieron en Sochi, en el primer Gran Premio de Rusia de la historia, cuando aún faltaban tres carreras para el final.

Catorce constructores y 65 temporadas después del inicio de la Fórmula 1, Alemania tenía por fin un campeón por escuderías. Mercedes y Porsche (con los Tag-Porsche que llevó McLaren en los 80) ya sabían lo que era ser campeones como motoristas, pero no como equipos. Porsche y BMW habían ganado carreras, pero nunca mundiales. Así pues, Hamilton y Rosberg permitían cerrar una herida al país germano, que llegaba a la cima habiendo sido campeón en pilotos, motores y escuderías. Y lo hacían de la mejor manera para los de las flechas de plata: con un doblete. Hamilton dominó de principio a fin, logrando la que era su cuarta victoria consecutiva, que le ponía a 17 puntos de su compañero. Rosberg quiso evitarlo desde la primera curva, cometiendo un error tras el que tuvo que devolver la posición a Lewis y entrar a cambiar neumáticos.

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Cayó a la parte trasera de la parrilla, pero con una increíble gestión de gomas, consiguió completar el resto de la carrera con un juego de Pirelli medios, y llegar al segundo puesto que había logrado en la clasificación del sábado. El podio lo completó Valtteri Bottas con el Williams, y el día fue del todo redondo para Mercedes: victoria, doblete, triple podio y vuelta rápida como motorista, y los cinco primeros clasificados llegaron con motor alemán.

Ahora Mercedes está a punto de coronarse como bicampeón. Lo tiene a tiro este fin de semana en Rusia, el lugar donde celebraron el mundial 2014, cuando aún quedan otras cuatro carreras más. La superioridad mostrada en estos dos años recuerdan (e incluso superan) los números de Ferrari en el inicio de este milenio, y los de Red Bull después. Aquellos dominaron durante varios años con pilotos alemanes, mientras que la principal baza de Mercedes es un inglés. Pero ver al resto de equipos sometidos al poder de los coches plateados hace pensar que en la Fórmula 1 moderna, como en el fútbol, son aproximadamente 20 monoplazas y siempre gana uno alemán.

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