La gran novedad en el calendario 2012 es el Circuito de Austin, bautizado como Circuit of the
Americas. El trazado norteamericano ha terminado sus obras pocos días antes de la celebración del
GP de Estados Unidos por lo que es completamente desconocido para todos los pilotos.
La pista, diseñada por Hermann Tilke, recuerda en alguno de sus sectores a partes míticas de
otros circuitos del mundo como Silverstone, Hockenheim o Istanbul Park, pero lo cierto es que se
trata de un trazado único.
Sus 5.515 metros de longitud transcurren a lo largo de 20 curvas (11 izquierda y 9 derecha) en las
que destacan puntos como la primera curva al final de la larga recta de meta. Según las mediciones
oficiales, en ese punto del circuito hay un desnivel de 40 metros, lo que hace que los monoplazas
tengan que subir una pendiente de un 22% aproximadamente al final de la recta de meta.
Como todos los circuitos nuevos, su asfalto tendrá un grado de agarre medio y bastante desgaste,
que irá mejorando a medida que avance el fin de semana y los monoplazas vayan acumulando goma
sobre la pista.
Se espera que la carga aerodinámica necesaria sea media y que los equipos opten por
configuraciones de relaciones cortas para la caja de cambios (la velocidad punta estimada es de 315
km/h). Se realizarán 59 cambios de marcha en cada una de las 55 vueltas en las que el acelerador
se mantendrá a fondo durante el 63% de la vuelta y los neumáticos que Pirelli ha dispuesto para la
carrera son los compuestos duros y medios.
El último piloto que ganó el GP de Estados Unidos fue Lewis Hamilton en la temporada 2007, en
el circuito de Indianápolis, justamente la carrera en la que Sebastian Vettel debutó en la F1 con
el equipo BMW Sauber y se convirtió en el piloto más joven de la historia en puntuar al acabar
octavo.