Haas repasa su 2017: "Un año de aprendizaje, tenemos que ganar un segundo"

El alcance de la Fórmula 1 en Estados Unidos creció exponencialmente cuando, en 2016, el equipo Haas llegó a la categoría reina de la mano de Ferrari como suministrador de motores, una colaboración que se extendió a una cesión de material básico necesario para ingresar en el gran circo abaratando costes.

Los americanos demostraron un buen ritmo en varias de las carreras aquel año, e incluso mejoraron el cúmulo total de puntos al año siguiente, aunque la competitividad extrema que reina en la zona media de la parrilla ha resaltado sus debilidades. “Parece que todos van a mejorar”, comentó Gene Haas en una entrevista concedida por la formación estadounidense en la que repasa su evolución y detalla lo que esperan de 2018. “Hemos identificado nuestros puntos débiles, Guenther y yo hablamos en México sobre cuál iba a ser la dirección que íbamos a tomar”.

Haas admitió que “no es secreto que usamos mucho equipamiento de Ferrari para ser competitivos”, ya que, para ellos, los italianos “son nuestro punto de referencia”. El propulsor de Scuderia Ferrari dio un paso adelante significativo en relación a la diferencia abismal que les había separado hasta el momento del motor Mercedes, una vara de medir en la que se basan ellos. “Necesitamos estar a menos de medio segundo de ellos para ser competitivos, algo que no sucedía el año pasado. Diría que éramos entre un segundo y un segundo y medio más lentos que ellos y estábamos a dos segundos en general de la pole. Tenemos que ganar un segundo si realmente queremos ser competitivos”.

Mientras que en 2016 lograron un botín de 29 puntos, en 2017 pasaron a 47.

“Cuantos más años pasas utilizando un motor, más fiable va a ser”, aseveró el presidente de la escudería americana. Haas confía en la eficacia del motor Ferrari, y afirmó categóricamente que “no tengo dudas de que puedan completar una temporada con tres motores”, asegurando que “no creo que Mercedes o Renault vaya a estar ni muy por delante ni muy por detrás de Ferrari”, augurando una paridad latente en cuanto a la eficiencia de las diferentes unidades de potencia.

Para Gene Haas, 2017 fue “un año de aprendizaje”, un momento en el que aprovechar para empaparse de toda la cultura de la Fórmula 1 que rebosa en Maranello e intentar atajar los contratiempos que surjan con mayor diligencia. “En nuestro primer año todo era nuevo, y teníamos que digerir todo mentalmente. En el segundo año comprendimos mucho mejor lo que nos faltaba, y fue obvio a mediados de año que nuestro coche no era lo suficientemente rápido para ser competitivo”.

Nada fue más fácil. La diferencia entre los de arriba y los del final era de cuatro o cinco segundos, y ahora ha bajado a tres

El hecho de que el VF-17 fuese un monoplaza veloz en ciertos circuitos y, de repente, terriblemente lento en otros, fue algo que desconcertó a gran parte del equipo, derivando en un momento en el que no sabían cómo solucionar los numerosos problemas que les perjudicaban. “Nada fue más fácil. La diferencia entre los equipos de arriba y los del final cuando empezamos era de cuatro o cinco segundos, y ahora ha bajado a tres. La parrilla se aprieta y todo el mundo está mejorando”.

“Hubo dos carreras en las que puntuamos con los dos coches: Mónaco y Japón”, respondió Haas a la pregunta sobre cuál había sido, según su opinión, el mejor momento del equipo el año pasado. “Esperaba que pudiéramos hacerlo mejor a finales de año, pero finalmente no lo conseguimos”. La ventana de funcionamiento de los neumáticos Pirelli fue su mayor obstáculo, un factor que trajo de cabeza tanto a pilotos como ingenieros cada vez que saltaban a pista. “Creo que nos quedamos a 10 puntos de donde realmente deberíamos estar, pero eso nos ayudó a encontrar las áreas en las que tenemos que trabajar” .

Pilotos por encima del coche

Magnussen se vio envuelto en más de una disputa con el resto de la parrilla por su excesiva agresividad en psita.

El dirigente americano se jactó de contar con una pareja de pilotos realmente apta para pelear por cualquier meta que se propongan, a pesar de que el estilo de conducción de Grosjean sea “muy diferente del de Magnussen”. La agresividad del francés a la hora de tomar las curvas, frente a la delicadeza del danés sobre el asfalto, la mayor diferencia entre sus dos pupilos.

“Nuestros pilotos eran mejores que nuestro coche en 2017. Grosjean es un piloto muy muy rápido”, reconoció Haas “Los dos quieren ganar, necesitas tener esa mentalidad para conseguir puntos. No cederán un centímetro a nadie. Trabajan bien juntos, más o menos se ayudan el uno al otro, pero compiten entre ellos”.

Los dos quieren ganar, necesitas tener esa mentalidad para conseguir puntos; no cederán un centímetro a nadie

Por último, Haas destacó el escaso margen que separaba a ambos tras cada sesión, algo que pone de manifiesto que el límite del coche estaba cerca, y que deben avanzar para que los pilotos puedan continuar exprimiendo el nuevo VF-18 al máximo. Su principal objetivo para la temporada en ciernes consiste en “solucionar nuestros problemas técnicos”, algo de lo que Romain Grosjean se quejó enérgicamente el año pasado, aunque tanto él como Kevin Magnussen tuvieron que hacer frente a múltiples adversidades.

Fotos: Haas F1 Team