GP Arabia SaudíHamilton, ¿el 'Bottas' de Russell? «El coche era inconducible»
Después de ser el mejor piloto de Mercedes en Bahréin y llegar incluso a subirse al podio tras la debacle de Red Bull en las últimas vueltas, Lewis Hamilton ha sufrido más de lo esperado en el segundo GP del año.
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Publicado: 27/03/2022 13:00
De pelear por lograr la pole position y terminar haciéndose con ella en Jeddah el año pasado, así como con la victoria al día siguiente, a caer en Q1 por menos de una décima frente a un Lance Stroll que le hizo poner punto y final a su clasificación a las primeras de cambio.
Toca remontarse hasta el Gran Premio de Brasil de 2017, momento en el que Lewis Hamilton salió desde el pitlane por sustituir su caja de cambios y varios elementos de su unidad de potencia bajo parque cerrado, para encontrar la última vez que el #44 cayó en Q1, un fin de semana en el que el heptacampeón vio la bandera a cuadros en 4º posición.
Comparaciones odiosas
«¿¡7 décimas?!», respondió Hamilton contrariado por radio a su equipo cuando desde el muro le informaron de que su compañero de equipo le había sacado esa diferencia tan sólo en el primer sector.
«Simplemente tuve problemas con el equilibrio del coche, no tenía agarre en la parte trasera, estaba muy suelta. No es donde quiero estar», explicó Hamilton. «Es algo de la puesta a punto del monoplaza, parecía que iba bien en los Libres 3. No sé qué hizo George en ese sentido, hice un par de ajustes y tal vez fuimos demasiado lejos. El coche era inconducible, muy nervioso».
«Tendré el mismo coche que en clasificación, así que no espero avanzar tanto, pero lo daré todo. Quizás arranque desde el pitlane y cambie el coche de nuevo, para asegurarme de que no se comporta así», desveló, consciente de que volver a unos reglajes menos agresivos podrían ayudarle en carrera.
«En la carrera pueden pasar muchas cosas, pero pido disculpas a mi equipo. Todo el mundo ha trabajado muy duro, cuando no cumples con ellos es una pena», cerró Hamilton.
Desventaja entendible
Por su parte, Toto Wolff aseguró que la situación actual que atraviesa Mercedes le recuerda al último año en el que no fueron campeones. «Me encanta la competición, siempre me ha gustado. Tuvimos una racha muy buena durante 8 años en los que lideramos la parrilla, no siempre, pero gestionamos nuestro camino hacia lo más alto», afirmó el austriaco.
«Esta vez, para mí, se parece un poco a 2013: cuando no estábamos a la altura de los Red Bull ni probablemente los Ferrari, pero seguimos luchando», argumentó Wolff. «Tenemos que pelear, es totalmente inaceptable donde estamos en cuanto a rendimiento. Somos los terceros, y a veces ni siquiera eso, como hoy, así que quedarnos donde estamos no es una opción».
El porpoising no es el único problema que tiene la formación de las flechas plateadas, aunque sí el más evidente: el exceso de peso y de resistencia al avance les provocan un serio quebradero de cabeza que les lleva a probar cosas extremas.
«Estuvimos experimentando con los reglajes para averiguar dónde está el punto dulce del coche. En el caso de Lewis, fueron un poco más atrevidos. El resultado fue que básicamente no sentía la parte trasera del coche, y eso explica ese gran déficit de tiempo. Entre el rendimiento de Lewis y George no hubo muchos cambios, pero fueron lo suficientemente grandes como para tener consecuencias dramáticas: caer en la Q1 y llegar sólidamente a la Q3, por eso este coche es tan difícil de configurar», detalló Wolff.
«Hay muchas partes del coche que no funcionan, que no entendemos y que no rinden lo suficiente»
«Teníamos un alerón delantero con menos drag, quitamos el Gurney,pero aun así no fue suficiente para reducir la resistencia del coche. Diría que este no es nuestro único problema; hay muchas partes del coche que no funcionan, que no entendemos y que no rinden lo suficiente», concluyó.