GP Francia - CarreraHamilton doblega a todos en el regreso a Paul Ricard

Lewis Hamilton conquistó su tercera victoria de la temporada, por delante de Max Verstappen y de un Kimi Räikkönen que se reivindica en una prueba más tensa de lo esperado, merced al incidente de Vettel en la primera vuelta. El británico, con su 65ª victoria, se aúpa al liderato del Mundial, y con ventaja: 145 puntos para él por 131 del alemán de Ferrari.

Para los españoles, una carrera agridulce: Carlos Sainz llegó a estar en posiciones de podio, pero acabó 8º tras una avería en su motor, mientras que Fernando Alonso acabó la carrera, pero último. En siete días, el asturiano ha pasado de ganar a ser último en territorio francés.

Vettel la lía en la salida: Sainz, tercero

Lo que parecía que iba a ser una salida cómoda, se convirtió en un caos por culpa de Sebastian Vettel. El alemán se pasó de optimista a la hora de intentar adelantar a los Mercedes, y no sólo no lo consiguió, sino que además se llevó puesto a Valtteri Bottas y destrozó su carrera. Al alemán le cayeron

Por detrás no hubo más calma, sino todo lo contrario: Esteban Ocon y Pierre Gasly acabaron fuera tras tocarse (dos de los tres franceses de la parrilla), con Romain Grosjean también involucrado, y Fernando Alonso también se hundía por verse afectado por otro toque.

Pero sin duda el más beneficiado del lío fue Carlos Sainz. El madrileño sacó oro de los incidentes y se vio en tercera posición justo antes de que desplegaran el coche de seguridad. El de Renault se vio por detrás de Hamilton y Verstappen, algo que ni él mismo esperaba, y por delante de un Daniel Ricciardo que poco a poco se fue acercando.

El espejismo duró poco. Sainz vio cómo primero Ricciardo, y después el resto le fueron bajando de las posiciones de podio hasta verse peleando por una sexta posición más real con Kevin Magnussen.

Conforme comenzaron las paradas en boxes, llegaron los neumáticos blandos y, con ello, la estabilidad en pista. La remontada de Vettel y Bottas, merced a dos coches muy superiores, se consumó enseguida, toda vez que antes de llegar al segundo tercio de carrera.

Uno de los grandes perjudicados por la situación de carrera fue Fernando Alonso. El piloto asturiano ha pasado en unos días de ser el referente en Le Mans a pelear por pasar a un Sauber.

Sus quejas por la radio en la vuelta 40 lo dicen todo: "Sin ruedas, sin frenos y fuera de los puntos y no me importa mucho lo que pueda pasar".

Pelea por el tercer puesto entre Räikkönen y Ricciardo

Excepto la victoria de Hamilton, por detrás aún quedaba algo que decidir. Concretamente el tercer puesto, por el que Kimi Räikkönen y Daniel Ricciardo demostraron unas ganas sin igual. La pelea se la llevó el finlandés, con un soberbio adelantamiento sobre el australiano en Mistral, donde se vio claramente la diferencia de coches.

El Red Bull, no obstante, tenía daños en el morro cuando cogió algún trozo de otro accidente y le estaba dañando en la velocidad punta. Fue en esa recta final cuando decidieron hacer parar a Fernando Alonso, aunque la decisión fue demasiado tardía.

Aún hubo tiempo para más. Carlos Sainz empezó a reportar problemas de potencia y perder posiciones (cayó al octavo puesto), Lance Stroll protagonizó el último incidente de la carrera: un neumático le reventó y acabó abandonando por segunda carrera consecutiva.

Fue la mejor noticia posible para Sainz, porque el despliegue del coche de seguridad virtual hasta el final de la prueba propició que la pérdida de la MGU-K que le dejó sin 160 CV se minimizó y le permitió llegar a meta en 8ª posición.

Fernando Alonso ni siquiera entró en meta, ya que se metió a boxes con la suspensión trasera izquierda del McLaren rota.

Fotos: Mercedes