Hamilton se sincera sobre su vida, el peligro en las carreras y su relación con Rosberg

Lewis Hamilton es uno de los deportistas más influyentes de la actualidad y su modo de afrontar la vida es a menudo cuestionado. Pero él tiene muy claro porqué actúa del modo que lo hace y se siente más feliz que nunca gracias a ello. Además, afronta dos temas muy controvertidos: la seguridad en la F1 y su relación actual con Nico Rosberg.

7 min. lectura

Publicado: 26/06/2016 13:30

Lewis Hamilton es la nota discordante en un paddock repleto de corrección política y control total sobre qué hacer, cómo y en qué momento. Su modo de vestir, sus tatuajes, sus expresiones y opiniones llaman la atención y provocan críticas habituales.

Pero la realidad es que, de un tiempo a esta parte, Lewis Hamilton se ha convertido en uno de los mejores pilotos y ha demostrado una progresión y madurez notables a la hora de competir. En una entrevista al Mail on Sunday, Hamilton habla sobre lo que ha influído en su vida y cómo la ha moldeado hasta crear lo que vemos en él.

Su inspiración

“Ali fue el deportista más grande de todos los tiempos en cuanto al aura que tenía y lo que representaba como atleta. Cuando era un niño, yo era muy tímido y callado. Generalmente estaba apartado en una esquina y me quedaba ahí callado la mayor parte del tiempo. Así que, cuando vi a Muhammad Ali, siempre quise tener su confianza. Quería ser capaz de ponerme en pie y tener la mayor confianza en mis habilidades para poder gritarle a cualquier, quería eso”.

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Su estilo de vida

“Lo que estoy haciendo ahora no es por mi juventud. Sólo es tener la posibilidad de ser yo. Vestir del modo que quiero y ser cómo quiero. Desde el momento en que llegué a la F1 con McLaren, hubo expectativas inmediatas: 'Viste así, es como lo hacen el resto de pilotos'. Yo dije: 'Pero así es como soy' y no fue aceptado al principio, pero ahora puedo decir: 'No tienes otra opción'”.

Es realmente por lo que estoy más cómodo ahora, porque estoy cómodo con mi exterior, cómodo con lo que soy y con lo que hago en la vida que vivo. Hacerme el primer tatuaje fue una sensación increíble. Tener la oportunidad de caminar por el paddock cuando todo el mundo espera de ti una determinada manera de hacer las cosas y sentirte cómodo para decir: 'Así es como soy y es lo que tengo'”.

La pasión por correr

“Es lo que me estimula. En primer lugar, es peligroso. Vivir en el límite. Por supuesto, no quiero accidentarme y tener lesiones serias, pero es parte de ello. En el briefing de pilotos, algunas veces todos hablan de si la pista es muy lisa, suave como la carretera. Ellos buscan ser suaves, no quieren sentir ningún bache, quieren las escapatorias más grandes. Hablan de las barreras de seguridad. Siento que soy más de la vieja escuela, la seguridad es algo en lo que tenemos que trabajar y la F1 se ha convertido en un lugar seguro, pero en Bakú, la semana pasada, querían abrir la entrada al pit-lane y hacerla más fácil. Decían: 'Es muy rápida y peligrosa'. Realmente, no era peligrosa en absoluto”.

El exceso de seguridad

“Echo de menos esas viejas pistas donde no podías pasarte de la línea blanca y sobrepasar el piano, el astroturf, la hierba y volver a pista fácilmente. Ahora, puedes conducir más allá de los límites de la pista y volver. Por eso es más sencillo para los pilotos jóvenes llegar. Porque el factor de peligro de ir más allá de la línea blanca se ha desplazado hasta las protecciones en muchos lugares. Es por lo que un chaval como Max Verstappen puede entrar, salir y entrar de nuevo. Simplemente, es más fácil”.

“Me gusta enfrentarme al peligro y respetarlo. Es algo así como sentarte enfrente de una cobra, tal vez te muerda. Si te sientas muy cerca, es más probable que te muerda en la cara. Pero, si te sientas allá lejos, puedes saludarla y hacer lo que quieras. En la F1, cuando yo estaba creciendo, la cobra estaba ahí, cerca y acechando. Cada vez se ha alejado más”.

Su relación con Rosberg

“Actualmente es realmente buena. Muy muy buena. Sorprendente, no habría esperado que lo fuera. Supongo que, probablemente, es la edad. Es un hombre de familia, tiene un hijo. Probablemente ha crecido durante ese proceso y yo he madurado con la edad. El respeto que nos tenemos es, probablemente, mayor que nunca. Así que ahora, generalmente, discutimos cosas. Si estamos descontentos con algo o no, lo discutimos cara a cara. Si tengo un problema, llamo a su puerta y pregunto si puedo hablar con él en privado. Nunca lo hacemos en público o delante del equipo. Hasta ahora, al menos. Nos decimos: 'Oye tío, no estaba de acuerdo con esto'. Y él lo hace conmigo más a menudo que yo con él. El otro día, estaba nadando en mi piscina, el edificio en el que vivimos en Mónaco, es una piscina comunitaria. Y supongo que me vio desde su apartamento y bajó, se sentó en el trampolín y cuando terminé algunos largos, nos sentamos y hablamos durante 20 minutos o media hora, de un modo relajado”.

“Vamos a tener nuestros altibajos y habrá momentos en los que nos odiemos mutuamente pero, en última instancia, cuando nos hayamos retirado, tengamos hijos y esas cosas, el respeto siempre permanecerá ahí”.

Fuente: Mail on SundayFotos: Mercedes

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