GP MónacoHamilton toma el Principado y recupera la ilusión

Lewis Hamilton se llevó la victoria de un GP de Mónaco muy movido, con alternativas y espectáculo. El británico se impuso a un Daniel Ricciardo que lo tuvo en la mano, pero que perdió sus opciones por culpa de una pifia en boxes. El tercero en el podio fue Sergio Pérez, que dio otra lección de gestión de neumáticos en condiciones variables. Esta segunda victoria en Mónaco, 44 en su palmarés, sirve a Hamilton para acercarse en el Mundial y recuperar el segundo puesto de la general, ya que Nico Rosberg fue séptimo al final.

Fernando Alonso fue uno de los hombres de la carrera. El control de los cambios de neumáticos, la estrategia acertada y un ritmo muy alto pese a las dificultades en pista le permitieron igualar su mejor resultado de 2015, un quinto puesto que le sabe a gloria. Carlos Sainz fue octavo.

Salida tras el coche de seguridad

La carrera comenzó de manera muy descafeinada, detrás del 'safety car' pese a los neumáticos de lluvia extrema que calzaban todos los monoplazas. Esto hizo que hasta la vuelta 7 no hubiera cambios en la clasificación, hasta que Jolyon Palmer se estrelló al perder el control de su Renault.

La carrera en condiciones de mojado hizo que fuera todo muy volátil, especialmente arriba. Daniel Ricciardo se escapaba por delante de los Mercedes, con un Max Verstappen encendido por detrás intentando una remontada. Rosberg pronto se despidió de la victoria. El alemán sufrió un problema de temperatura en los frenos que le obligó a dejarse adelantar por Hamilton, y desde entonces desapareció de carrera.

Se seca la pista

Conforme avanzó la carrera y salió el sol, empezó el movimiento de neumáticos. Primero, con intermedios, los pilotos empezaron a mejorar sus vueltas, mientras por delante nadie se atrevía a moverse. Hamilton, con neumáticos de lluvia, llegó a coincidir en pista con gente con neumáticos de seco, tanto superblandos, como blandos y ultrablandos.

Esta disparidad estratégica propició muchos cambios. Por ejemplo, Fernando Alonso (con superblandos) llegó a final de carrera en una gran quinta posición, mientras por detrás tenía a Nico Rosberg con ultrablandos y por delante a Sebastian Vettel con blandos. Otro de los grandes acertantes fue Sergio Pérez, en otra lección de estrategia y gestión del desgaste de los neumáticos. Sin hacer ruido, se plantó tercero, cómodo y sin presión.

La pelea por la victoria no se resolvió por un acierto en pista o de estrategia, sino por una pifia de Red Bull: Ricciardo entró a boxes para quitar los neumáticos intermedios y colocar superblandos, pero los mecánicos no estaban listos. El ridículo hizo que Ricciardo perdiese mucho tiempo, el necesario para que Hamilton le ganase la posición. Se las tuvieron en pista, con salto del británico sobre la chicane incluido que fue investigado pero no sancionado.

No fue el único fallo: en Toro Rosso tampoco estuvieron acertados con Carlos Sainz, que en condiciones normales habría podido acercarse más al 'top 5' y tuvo que conformarse con un octavo.

Múltiples accidentes

Mónaco en mojado siempre es garantía de espectáculo... y de choques. Palmer fue el primero en abandonar, pero también lo hicieron otros: Kimi Räikkönen, que fue media vuelta con el alerón bajo el coche, Daniil Kvyat, que mantiene su pesadilla, Kevin Magnussen, que completó el día negro para Renault, Max Verstappen, que volvió a estrellarse casi igual que el sábado, o los Sauber.

En este último caso fue bastante absurdo: a Felipe Nasr le ordenaron dejarse pasar por Marcus Ericsson, no lo entendió (o no lo quiso entender) y acabaron estrellándose en la Rascasse.

Fotos: Mercedes