OpiniónHonda, la ruina de McLaren
La situación en McLaren está llegando a niveles de histeria que el equipo se está esforzando por contener. Fernando Alonso cargó ayer contra el fabricante japonés acusándole de ser el lastre que impide al equipo triunfar en la Fórmula 1.
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Publicado: 09/03/2017 11:40
A Fernando Alonso siempre se le ha echado en cara su propensión a la crítica a la hora de hablar del equipo en el que ha estado. Sucedió en su estancia en Renault, también en su primera etapa en McLaren y, finalmente, durante sus cinco años en Ferrari.
Pero, independientemente de si ese tipo de actitudes son admisibles o, al menos, adecuadas en un piloto que se debe a su equipo, lo cierto es que lo sucedido el miércoles por la tarde en el habitual encuentro del piloto español con la prensa tras una jornada de test, no le puede extrañar a nadie.
Lo que hizo ayer Fernando Alonso no es más que expresar lo que todo el equipo McLaren siente y sufre en silencio: una frustración enorme con su socio motorista Honda. Que la marca japonesa está haciendo todo lo posible por conseguir un motor competitivo es algo que dudo que mucha gente niegue. Aunque sólo sea por orgullo, Honda no se va a limitar a dejarse llevar o conformarse con un rendimiento simplemente aceptable.
Pero, sea por la razón que sea, Honda está fracasando estrepitosamente y se está llevando consigo a McLaren al fondo del abismo. Si lo de 2015 fue duro para McLaren, lo que estamos viendo este año en la pretemporada, lo es aún más porque en Woking realmente había esperanza en que 2017 iba a ser el año de la definitiva vuelta a las posiciones altas de la parrilla. Quizá no ganar, seguramente tampoco podios con regularidad, pero sí un puesto permanente en los puntos y con opciones de cosas grandes bajo las circunstancias adecuadas.
Pero el nuevo motor de Honda ha supuesto un jarro de agua, no fría, sino gélida, glacial. Es cierto, tal y como dice Eric Boullier -que se está ganando el cielo dando la cara día tras día ante semejante situación (¿dónde está ahora Zak Brown?)-, que Honda comenzó el desarrollo de un concepto de motor extremadamente complejo mucho más tarde que el resto de competidores.
Pero igualmente cierto es que esto es la Fórmula 1 y hablamos de Honda, no PURE (el fallido proyecto de Craig Pollock), Mecachrome, Judd o cualquier otro motorista privado. Uno puede permitirse tener un mal primer año o afrontar un segundo con menos potencia que sus rivales. Quizá llegar a un tercero sin conseguir alcanzar a tus oponentes. Pero, bajo ningún concepto, ser incapaz de dar diez vueltas seguidas y llegar a la primera carrera de la temporada con las mismas dudas y miedos que en tu primer año.
Sí, Honda apostó esta temporada por un motor completamente nuevo para intentar aumentar el margen de evolución a medio y largo plazo. Es cierto que esa decisión requiere de ajustes y procesos que hay que reiniciar y volver a afinar. Renault decidió hacer lo mismo y sus equipos han tenido problemas de fiabilidad por la misma razón. Pero igual de cierto es que los franceses ya han ofrecido soluciones a sus clientes para minimizar los inconvenientes y permitirles completar sus objetivos de trabajo para los test.
Honda ya tiene dos años completos de experiencia a sus espaldas, todos los recursos necesarios para triunfar y un socio extremadamente ambicioso y capaz como McLaren. No existe justificación alguna para explicar lo que está ocurriendo: ni la inexperiencia, ni el replanteamiento del motor, ni contar únicamente con un equipo para acumular kilómetros en pista (algo que siempre pensaré que ha sido un error por parte de Woking, pero que no exime a Honda de su responsabilidad).
Honda está fracasando estrepitosamente y está arrastrando a McLaren consigo a una situación de indefensión total hasta el punto de que ni siquiera tienen muy claro el potencial real del MCL32 porque, sencillamente, es imposible analizarlo en pista como es debido.
Los resultados no llegan, los patrocinadores no confían y Fernando Alonso… se está ganando el cielo. Lo que ayer hizo el español ante la prensa no fue criticar a su equipo: fue defenderlo a ultranza. Sí, señalando a un socio que no está cumpliendo su parte del trato. ¿Quién no lo haría?
Fotos: McLaren F1