Kubica se derrumbó tras su accidente de rally: «Lloré algunas noches»
El piloto polaco se ha sincerado en una entrevista a un medio de su país ahora que está fuera de la Fórmula 1. El volante adaptado que usó en su FW42 este año no llegó hasta el Gran Premio de Italia.
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Publicado: 28/12/2019 13:30
Todo cambió para Robert Kubica aquel 6 de febrero de 2011 a causa de un accidente que condicionó el resto de la carrera deportiva de un piloto al que gran parte del paddock consideraba un futurible campeón del mundo en Fórmula 1. Su brazo derecho quedó significativamente dañado como para competir de nuevo al más alto nivel, pero su pasión por el motor le permitió llevar a cabo una rehabilitación a largo plazo que culminó con el piloto polaco subido en un monoplaza una vez más.
Más de 6 años pasaron desde aquella trágica etapa del Rally di Andora hasta que Kubica participó en unos test privados junto a Renault, el que fuera su equipo hasta antes de aquel abrupto e inesperado parón, una serie de probaturas que se prorrogaron e incluso le llevaron a tomar parte de los test que la categoría reina realizaba en 2017 en Hungría. La llegada de Carlos Sainz como piloto oficial de la escudería del rombo junto a Nico Hülkenberg le cerró dicha puerta, a lo que el #88 respondió con su marcha a Williams.
Tras un año como piloto de test de los de Grove después de que Sergey Sirotkin y sus medios económicos se interpusieran en su camino, Kubica consiguió lo que había anhelado durante tanto tiempo: un asiento como piloto oficial que acabaría derivando en un año plagado de contratiempos en el que la última posición en la parrilla sería lo habitual para él a bordo de un deficiente FW42.
Ahora que su futuro está ligado al motorsport pero lejos de la Fórmula 1 una vez que él mismo anunciase su salida de Williams el pasado mes de septiembre, Alfa Romeo se ha mostrado como el equipo más próximo a hacerse con sus servicios con un rol secundario después de que las negociaciones con Haas no llegasen a buen puerto, dando paso así a un programa combinado.
En una entrevista concedida al medio polaco TVP, Robert Kubica detalló su bajo estado de ánimo en los momentos más adversos de su vida. «Hubo varias noches en las que lloré», confesó. «20 años de pasión y trabajo cambiaron en un segundo. Tuve que rehabilitarme tanto física como mentalmente. El punto de inflexión llegó cuando no pensaba en cómo hacer algo, sino que estaba satisfecho de poder hacerlo del todo».
Una acción tan sencilla como atarse los cordones se ha convertido en todo un desafío para Kubica, quien se ha visto obligado a adaptarse a su nueva situación. «Por norma general soy vago y no me los ato en absoluto, pero si quisiera hacerlo como antes del accidente no sería posible. Después de un tiempo, la mente y el cuerpo encuentran un nuevo modo, y el resultado final es lo importante», comentó.
«Después de un tiempo, la mente y el cuerpo encuentran un nuevo modo, y el resultado final es lo importante»
Conmovido por la forma de afrontar este varapalo de uno de los profesores de su hijo en su primer año como piloto en Fórmula 1, Lawrence Stroll dedicó unas palabras a su infatigable persecución de lo óptimo. «No deja que el fallo le haga colapsar. Si se cae se levanta. Nunca he visto a nadie tan decidido tanto en el deporte como en la vida, es todo un luchador», afirmó el propietario de Racing Point.
Fuente: TVPFotos: Williams Racing