OpiniónLos cojonazos de Alonso

Disculpen el titular, pero sinceramente, no se me ocurre mejor modo de expresarlo. Fernando Alonso tomará parte en las 500 Millas de Indianápolis de este año con toda la intención de acercarse al sueño de conseguir la triple corona del automovismo: el Gran Premio de Mónaco, las 24 Horas de Le Mans y la mencionada carrera en el oval estadounidense.

No se engañen: pilotar en un óvalo requiere su técnica y dominarla precisa de un tiempo de adaptación en el que el peor error es intentar acortar los plazos. Fernando Alonso hará frente a uno de los óvalos más complejos y rápidos del mundo sin experiencia previa, con literalmente todo el mundo pendiente de cada giro de volante y con la intención declarada de conseguir la triple corona. O, dicho de otro modo: de ganar.

"Leerán muchos artículos sobre la complejidad de pilotar en óvalos. Créanse todo, ¡es cierto!"

Hay que ser valiente para afrontar este reto de un modo tan repentino. Hay que ser muy valiente para querer hacerlo siendo doble Campeón del Mundo de Fórmula 1 y sabiendo que la exigencia será máxima. Hay que ser muy valiente para autoexigirse disputar la victoria sin haber pisado un óvalo en tu vida con anterioridad. Hay que ser muy valiente para dejar de lado el Gran Premio de Mónaco para disputar las 500 Millas siendo piloto de Fórmula 1 a tiempo completo y siendo el referente absoluto de tu equipo.

Carlos Sainz soñaba esta semana con la posibilidad de disputar el título mundial de Fórmula 1 con Fernando Alonso en el futuro. ¿Soñamos con una última vuelta de infarto entre el asturiano y Oriol Serviá en Indianápolis? Sinceramente, me inclino a pensar en que no será posible porque Alonso no va a poder superar la ingente cantidad de inconvenientes que le esperan en esta loca aventura. En los próximos días, leerán muchos artículos sobre la complejidad de pilotar en óvalos y la singularidad de las 500 Millas. Créanse todo, ¡es cierto!

Pero, ¿quién tiene los cojonazos de dudar de un tipo como Alonso a estas alturas? Qué bestialidad, qué locura... bendita locura.

Fotos: McLaren F1