Luca de Meo, CEO de Renault, lanza un aviso a Alpine F1 y a Briatore: “Dos años más así y…”
Cuando llegue el nuevo reglamento de la Fórmula 1 en 2026, Renault cumplirá 10 años desde que volvio a la categoría con la intención de revalidar el título mundial. Luca de Meo, su CEO, niega que quiera vender el equipo, pero advierte que no será para siempre.
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Publicado: 08/10/2024 15:00
La historia de Renault en la Fórmula 1 está llena de altibajos. Su comienzo fue tan espectacular como tormentoso a consecuencia de la idea del motor turbo. Pero, años más tarde, llegaron los éxitos y los títulos mundiales de la mano de equipos como Williams.
Finalmente, junto a Fernando Alonso y Flavio Briatore, Renault logró su viejo sueño de tener un equipo campeón en la Fórmula 1. Pero el éxito fue efímero y la marca francesa terminó vendiendo el equipo, manteniéndose como motorista.
«Parecemos una broma. No estamos en ninguna parte»
Esto cambió en 2016, ya en plena era híbrida, cuando Renault recompró el equipo, que en ese momento se llamaba Lotus. El objetivo era claro: reflotar un equipo en ruinas para luchar por el Mundial en un plazo de cinco años.
Ya han pasado ocho y Renault, reconvertido en Alpine desde hace cuatro años, apenas suma una victoria y siete podios en dicho periodo. De hecho, este año lucha por eludir la penúltima posición del campeonato de constructores.
El motor es lo menos importante
Tal es la desesperación de la dirección de Renault, que ha decidido prescindir de su propio motor al considerarlo inferior al del resto de competidores.
Por tanto, desde 2026 Alpine pasará a ser un equipo oficial con motor de otra marca. Es decir, en la práctica será un equipo cliente más de la parrilla, perdiendo, por tanto, el privilegio de contar con una unidad de potencia plenamente adaptada a sus necesidades.
Este reconocimiento de la incapacidad de los empleados de Viry-Chatillon para fabricar una unidad de potencia competitiva en la Fórmula 1 ha generado incredulidad y una gran indignación en Francia. Pero Luca de Meo considera que la decisión no perjudicará a Alpine.
«Los aficionados —excepto los verdaderos entusiastas— y los patrocinadores vienen por un equipo, no por un motor. Los socios firman con McLaren, no con un Mercedes bajo el capó», comienza argumentando el CEO del Grupo Renault.
«El público de la F1 ha cambiado. Se ha ampliado para incluir a los jóvenes, a las mujeres. Esta nueva clientela tiene una interpretación diferente de este deporte».
«Apoyamos a un piloto, a un color, a una marca. No a un motor. Alpine, dada nuestra clasificación, está perdiendo bonos. Los patrocinadores son raros. Tenemos un agujero. Mis accionistas saben contar, Alpine tiene que ganar dinero», amplía el dirigente italiano.
Luca de Meo afirma entender la reacción de sus empleados, ya que «es un tema muy emotivo», pero insiste en que «esta decisión es el resultado de meses y meses de observaciones. En primer lugar, me gustaría decir que admiro el compromiso y la tenacidad de la gente de Viry-Châtillon».
«Sé que mañana imprimirán este estado de ánimo en los próximos proyectos. Son optimistas, y eso es una buena noticia. Me gusta verlos tan decepcionados con esta decisión».
La F1 es un negocio y tiene que ser rentable
Luca de Meo nunca ha escondido la razón por la que el Grupo Renault mantiene al equipo Alpine en la Fórmula 1. El objetivo es presentar a la submarca del grupo automotriz galo como una firma deportiva y avanzada capaz de rendir de manera óptima al máximo nivel.
Sin embargo, los resultados no acompañan y esto daña la imagen de marca. «Ahora, con nuestras P16, P17, parecemos una broma. No estamos en ninguna parte. Los famosos 'retornos de marketing' se han esfumado. Aunque no sean cuantificables en dinero».
«Desafortunadamente, en mi trabajo no puedo pensar como un fan», prosigue. «Es decir, soy un gerente. Dirijo una empresa que cotiza en bolsa, y tengo que replantearme el proyecto de la F1 para finalmente ganar, así que estoy buscando atajos para conseguirlo».
Prescindir del motor Renault para suscribir un acuerdo con Mercedes es uno de esos atajos, mientras que la contratación de Flavio Briatore como consultor ejecutivo es otra. Pero Luca de Meo, avisa: si las cosas no mejoran sustancialmente en los próximos dos años, Alpine correrá peligro en la F1.
«Nos hemos vuelto invisibles. Dos años más así y el proyecto se desinflaría por completo. Hemos estado en una pendiente descendente durante tres temporadas. Tuvimos que sacudir todo eso, con una lógica financiera en paralelo», concluye.
Fuente: L'Equpe