OpiniónMax, el último villano de la F1
Max Verstappen creó polémica en la Fórmula 1 incluso antes de subirse a un monoplaza. Ya con su confirmación como piloto oficial de Toro Rosso, hubo múltiples opiniones en contra que se alzaban al vuelo, alertando a todo el que quisiera escuchar de lo peligroso de llevar a la Fórmula 1 a un novato con tan poca experiencia en monoplazas. 32 carreras después, aquí nos encontramos, con la polémica servida y la Fórmula 1 revolucionada tras su última actuación en Spa-Francorchamps.
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Publicado: 30/08/2016 18:30
Max Verstappen creó polémica en la Fórmula 1 incluso antes de subirse a un monoplaza. Ya con su confirmación como piloto oficial de Toro Rosso, hubo múltiples opiniones en contra que se alzaban al vuelo, alertando a todo el que quisiera escuchar de lo peligroso de llevar a la Fórmula 1 a un novato con tan poca experiencia en monoplazas. 32 carreras después, aquí nos encontramos, con la polémica servida y la Fórmula 1 revolucionada tras su última actuación en Spa-Francorchamps.
"Quienes sobresalen por su carácter se alejan de la tibieza a la hora de ser analizados"
Max es de esos pilotos especiales, de los que surgen una vez cada muchos años. No sólo porque su talento para manejar cualquier aparato con ruedas sea inmenso. Sobre todo es porque acompaña ese talento con muchas otras cosas y, principalmente, un carácter desafiante, electrizante, políticamente incorrecto. Y, en lo que a España se refiere, porque ha sido (y en cierto modo lo sigue siendo) rival de 'nuestro' Carlos Sainz, no se puede negar.
Pero dejando de lado las cuestiones locales, está demostrado que en la Fórmula 1, como en cualquier otra actividad pública, quienes sobresalen por su carácter se alejan por completo de la tibieza a la hora de ser analizados o definidos. Podríamos recordar a Ayrton, pero también a Fernando Alonso o a Lewis Hamilton, por citar ejemplos recientes.
Hay quien afirma que Max llegó a Toro Rosso porque era comercialmente rentable, aunque en aquella época era bastante desconocido y el mercado neerlandés no era precisamente una potencia en la Fórmula 1. La realidad es que Max fue detectado en los radares del paddock como la próxima perla del automovilismo y tanto Mercedes como Red Bull se pegaron, literalmente, por él. Los alemanes querían ficharle para su programa de jóvenes pilotos (el mismo del que han salido Pascal Wehrlein y Esteban Ocon, quien fue fichado posteriormente para cubrir el hueco destinado a Verstappen), pero Red Bull también. El detalle que decantó la balanza fue que Mercedes no se atrevió a darle un asiento en Fórmula 1 y Helmut Marko sí. Se la jugó porque veía que el riesgo merecía la pena y ganó. Vaya que si ganó.
"Marko se la jugó porque veía que el riesgo merecía la pena y ganó"
En cierto modo, me recuerda a Fernando Alonso, no sólo por su determinación a la hora de competir, sino por cómo llegó el español a la Fórmula 1. Proveniente de un país sin peso en la categoría en ese momento, Flavio Briatore apostó con él en detrimento de Jenson Button (no veáis cómo se pusieron los británicos…) y le subió al Renault, arrastrando tras de sí una fiebre por el automovilismo nunca antes vista en España y que sacudió a la categoría a niveles similares a los que actualmente estamos viendo en los Países Bajos (patrocinios muy relevantes como Heineken, Spa a reventar de neerlandeses y atención mediática a nivel mundial).
No pretendo, en cualquier caso, defender a Max Verstappen a cualquier precio. Lo que hizo en Spa-Francorchamps no me hizo gracia. Y no, aunque a muchos os lo haya parecido, no hablo del incidente de la salida con los Ferrari. Max vio un hueco y fue a por él. Creo que fue muy optimista y eligió mal, pero siempre he pensado que errar intentando un adelantamiento es justificable siempre y cuando sea razonable, más si se trata de la salida de una carrera, en la que todo pasa muy rápido y es difícil juzgar la situación desde dentro del coche. Por esa misma razón, veo justificable el que para mí fue el mayor error de ese momento: el de Sebastian Vettel cerrando a Kimi Räikkönen y provocando el impacto con Verstappen, independientemente de si éste se hubiese producido o no de haber desaparecido el alemán de la ecuación.
"La FIA aún no ha entendido la importancia de contar con un equipo de comisarios permanentes"
Lo que realmente me parece reprobable de Max es lo que pasó después. Pretender pasar Eau Rouge y el Raidillon a velocidad normal sin medio alerón delantero y saliéndose de pista como consecuencia de ello. Luego, en su defensa sobre Kimi Räikkönen, dando un bandazo muy peligroso en Kemmel a altísima velocidad (bien, el finlandés aún no se había emparejado a Max, pero estaban muy cerca y a esas velocidades un contacto puede ser mortal) o echándole a la escapatoria en Les Combes. ¿Producto de la inexperiencia que se le atribuye? Quizá, pero en el primer caso hemos visto a pilotos muy experimentados como Michael Schumacher o ¡Senna! hacer ese tipo de cosas y otras mucho peores. En el segundo caso, es algo que vemos continuamente en prácticamente todas las carreras y con la mayor parte, si no toda, de la parrilla protagonizando ese tipo de acciones. ¿Quiénes son los culpables de que se sigan produciendo? Los comisarios, que tan pronto sancionan por ello, como dejan de hacerlo. O mejor dicho, la FIA, que aún no ha entendido la importante de contar con un equipo de comisarios permanentes en la Fórmula 1 que velen por la uniformidad de las decisiones tomadas y de la aplicación del reglamento.
En mi opinión, a Max hay que calmarle porque esto viene desde Hungaroring y va camino de terminar mal. Pero quizá deberían actuar los mencionados comisarios, sus jefes y sus compañeros de parrilla. Ni periodistas, ni aficionados, ni pilotos jubilados, ni jefes de equipo de otras formaciones.
Max será polémico siempre. Es lo que tienen los genios. Son capaces de llegar a ser ejemplos para campeonísimos como Hamilton, Alonso o Vettel a pesar de haber sido pilotos de ética muy discutible dentro de la pista (Senna, Schumacher).
Max Emilian Verstappen, de 18 años de edad y nacido en Hasselt (Bélgica), está destinado a hacer historia en la Fórmula 1 y, en mi opinión, la hará sin duda. Obviamente tiene mucho que aprender, pero quienes afirman que está dónde está por intereses puramente comerciales y/o se niega a reconocer el inmenso talento que atesora, seguramente tenga que aprender aún más.
Seamos claros, Helmut Marko es un lince para estas cosas, pero en el caso de Max todo el que acostumbra a ver las categorías inferiores sabía lo que tenía delante de sus narices. Simplemente Marko le echó más arrestos que los demás. Creyó en él y le tocó la lotería.
En lo que a mí respecta, le aplaudo por ello y me dispongo a disfrutar de lo que Max nos ofrece en cada carrera, que es mucho. Y, aunque imperfecto, sin lugar a dudas especial.
Fotos: Red Bull Content Pool