Opinión"Me aficioné a la F1 cuando un tal Alonso comenzó a despuntar a lomos de su Renault"

La historia de Fernando Alonso en Fórmula 1 contada desde una perspectiva diferente a la habitual, dejando los números a un lado. Lo que comenzó siendo una historia idílica en la categoría reina, plagada de triunfos, se acabó truncando por una u otra razón. No obstante, Alonso sigue siendo el piloto español más exitoso en Formula 1, con el permiso de las nuevas generaciones que están por llegar.

10 min. lectura

Publicado: 24/11/2018 10:15

Un viaje de 18 años que toca a su fin. Un camino lleno de luces que se tornaron claroscuros, para convertirse finalmente en sombras. La trayectoria de Fernando Alonso en Fórmula 1 está repleta de momentos emocionantes, de esos que hacen vibrar al aficionado y te levantan del asiento para celebrar con rabia algo que no parecía posible en un inicio, pero que finalmente ha acabado por consumarse. Todo un país entero volcado con un piloto que, si bien no fue el primero ni será el último en poner sus pies en la categoría reina del automovilismo, supo ganarse el respeto del acérrimo del deporte con su habilidad a los mandos de un monoplaza.

La historia de una Fórmula 1 española existe, y está repleta de nombres ilustres que han dejado su huella mucho antes de que Alonso: el Marqués de Portago, sin ir más lejos, fue el primero en aterrizar en Ferrari, llegando a disputar hasta cinco Grandes Premios en los años ’50, en los que consiguió hacerse con cuatro puntos y un podio, pasando a ser el que muchos consideran el precursor del ‘Gran Circo’ en España. Desde entonces, la categoría de los monoplazas por excelencia ha evolucionado a velocidad de vértigo, hasta pasar a ser la máxima expresión del automovilismo.

Emilio de Villota, Adrián Campos o Luis Pérez-Sala, estos últimos como los máximos responsables de Hispania Racing Team, HRT en sus dos últimas temporadas antes de su extinción inevitable, han contribuido a que la Fórmula 1 esté presente en un país que apenas conocía de su existencia, pero que, sin embargo, ha perseguido sin descanso el objetivo de que ésta hable español. Alonso es el último campeón del mundo de su tierra, todo un ídolo de masas que ha engatusado a jóvenes y mayores, haciendo que todos los fines de semana de carreras encendieran la televisión para verle en acción desde muy temprano.

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Quién es Fernando Alonso

Los duelos mano a mano contra el 'Káiser' marcaron una época.

Lejos queda ya su debut en Minardi, donde empezó todo para él y se fraguó el comienzo de lo que más tarde sería historia viva del motor. No obstante, fue en Renault donde comenzó a mostrar al mundo quién era Fernando Alonso, cerrando actuaciones impecables que posibilitaron que las grandes personalidades del paddock comenzasen a posar su mirada sobre él, percibiendo el gran talento que próximamente le llevaría a tocar la gloria por duplicado, alzando a la escudería del rombo a lo más alto por primera vez en su historia.

La Fórmula 1 empieza, entonces, a reconocer a un joven piloto que ha sido capaz de destronar a un todopoderoso Michael Schumacher, quien había estado intratable hasta ese momento y lo había logrado todo junto a Ferrari. La pasión provocada por este ser humano es desbordante, una pasión que da pie a toda una generación de seguidores que viven sus triunfos como suyos propios, gritan con sus pole positions, pero que también apagan el televisor cuando abandona y se queda fuera de carrera, como si pareciera que la Fórmula 1 sin su presencia careciera de interés.

Llegan las turbulencias

La relación con Hamilton en McLaren en 2007 hizo que la escudería británica se dividiese en dos.

La carrera de Alonso comienza a atravesar momentos complicados, difíciles de digerir, y lo que parecía un cambio de aires hacia algo todavía mejor se destapa como un habitáculo en el que la tensión no para de aumentar de forma exponencial hasta límites inimaginables, y todo acaba saltando por los aires sin que nadie lo remedie. La juventud y una rivalidad insana se tornan en su contra, con el Hungaroring como testigo de una de las citas más disparatadas del calendario, el primer paso hacia el adiós a lo que pudo ser y no fue, una oportunidad de prorrogar la racha de éxitos obtenida hasta entonces que quedó en nada.

La vuelta a casa parece la única salida posible, pero ya no es lo que era. Una victoria adulterada y otra que sí que llegó por méritos propios se antojan un consuelo demasiado escaso tras la época dorada vivida en el pasado, un premio insulso que duele el doble al producirse en el mismo lugar en el que todo funcionó a la perfección tiempo atrás. Por suerte (o por desgracia), la situación no tarda demasiado en volver a mutar, y en el horizonte se atisba un sueño que todo niño al que le gustan los coches tiene en algún momento, un sueño de color rojo.

El hombre por encima de la máquina

La victoria en Valencia de 2012, la mejor para el propio Alonso de entre todos sus triunfos.

Las opciones de volver a pelear por los primeros puestos resurgen, y a la primera va la vencida: victoria en su primera carrera a bordo de un F10 que le permite repetir dicha hazaña hasta en cuatro ocasiones más a lo largo de la temporada, pero que sin embargo queda lejos del arma presentada por la escudería de la bebida energética, una distancia que Alonso reduce y en ocasiones iguala a medida que avanza 2010. A pesar de todos los esfuerzos realizados, cuatro son los puntos que vuelven a frustrar una tercera corona que por momentos parecía posible, pero que finalmente se desvanece de nuevo.

Las ‘peoras’ hacen acto de presencia y la cosa no mejora, más bien todo lo contrario, mientras que en el resto de garajes la acción frenética sí que parece dar sus frutos. Alonso no tarda mucho en reponerse y vuelve a la carga, dando buena fe de que su talento no ha quedado apagado tras el último varapalo, ganándose el papel de primer espada por méritos propios, pero la cruda realidad y la mala fortuna se combinan para tumbar la última de las oportunidades más cercanas de las que dispondría para poner el broche a un año al que sólo le faltó el título.

El comienzo del fin

Alonso no cierra la puerta a regresar a la Fórmula 1.

Hora de asumir que los últimos compases de los V8 y la vuelta de la hibridación quedarán dominados por otros que no serás tú, a menos que todo dé un giro lo suficientemente grande como para restañar una situación que no parece tener solución. La unión de dos gigantes que triunfaron cuando te nutrías de este deporte y que dieron forma al diseño de tu primer kart vuelven a erigirse como un soplo de aire fresco que te facilitarán emular dicha era en el presente, pero nada más lejos de la realidad.

Una eterna promesa que nunca acaba por cumplirse, un motor que nació muerto y que significó la mayor tasa de abandonos hasta la fecha, un propulsor que sacó lo peor de ti cuando todo parecía que no podía ir a peor, y vaya si fue. No obstante, pronto se descubriría que ese no iba a ser el único responsable de tu desdicha, sino que todo el conjunto carecía del rendimiento que un día te dio la posibilidad de sumarle tu buen hacer para llegar hasta donde pocos pueden llegar.

En resumen, una vida dedicada a un sueño en el que los números no son capaces de representar lo que has significado para toda una hornada de fieles seguidores que ha descubierto un deporte gracias a ti, que se han adaptado a horarios intempestivos para verte continuar haciendo lo que más te gusta hacer, si bien el resultado final no acompañaba. Gracias, Fernando.

Fotos: Scuderia Ferrari | McLaren | Wiki Commons

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