GP Estados UnidosMemorias de Austin 2012: los tres cowboys y un final de Hollywood
La Fórmula 1 volvía a Estados Unidos varios años después, en el debut del Circuito de las Américas en Austin, Texas. Era la penúltima carrera de 2012. Vettel, en su gran premio número 100, llegaba con diez puntos sobre Alonso y la posibilidad de convertirse en tricampeón. Pero el Mundial guardaba un final de film de Hollywood.
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Publicado: 30/10/2014 13:30
La temporada 2012 estaba llegando a su fin. Quedaban solo dos carreras, que se celebrarían en Estados Unidos y Brasil. El Circuito de las Américas, en Austin, debutaba en Fórmula 1, devolviendo la categoría reina del automovilismo al país norteamericano. El título se lo disputaban Fernando Alonso, con Ferrari, y Sebastian Vettel, con Red Bull. Ambos eran bicampeones, y solo uno de los dos acabaría la temporada con tres coronas. El alemán llegaba a la penúltima prueba con diez puntos de ventaja sobre su rival y la posibilidad de proclamarse allí mismo matemáticamente campeón. En tal caso, la celebración podría ser doble, ya que ese Gran Premio de Estados Unidos era la carrera número 100 de Vettel. E incluso triple, puesto que Red Bull estaba a punto de llevarse su tercer mundial de escuderías.
Sebastian hizo sus deberes y logró la pole en la jornada del sábado, grabando su nombre como primer ‘poleman’ del nuevo circuito. Fernando Alonso fue noveno en clasificación y, si la carrera terminaba así, Vettel sería tricampeón en Austin. Sin embargo, la remontada del español comenzó incluso antes de empezar la carrera. Romain Grosjean, que había sido cuarto con su Lotus, sustituyó la caja de cambios, perdiendo cinco posiciones. Alonso pasaba así a ser octavo. Pero Ferrari decidió que, para facilitar su salida, Fernando partiría desde posición impar, por la zona limpia. Para ello ‘sacrificaron’ a Felipe Massa, que había sido séptimo, y rompieron el sello de su caja de cambios, recibiendo una sanción de cinco puestos que le hizo salir undécimo.
La maniobra del equipo italiano era legal, y a nadie le pareció antideportivo teniendo en cuenta lo mucho que se jugaba el piloto asturiano. Fernando Alonso salió muy bien por la parte limpia y en la primera vuelta ya era cuarto, mientras que su rival mantenía el liderato. Entre ellos, Hamilton y Webber batallaban por la tercera posición. Lewis, con el Mclaren, se la quedó en la vuelta 4, y comenzó a distanciarse del australiano. El británico llevaba un ritmo endiablado, y con el paso de las vueltas se acercó a Sebastian Vettel. En la vuelta 16, el alternador del motor Renault del Red Bull de Mark Webber falló, despertando los fantasmas en el equipo de las bebidas energéticas.
Y es que el alternador de Red Bull era ya famoso, tras los abandonos de Vettel cuando lideraba el Gran Premio de Europa y posteriormente en Italia, ambos por el mismo motivo. ¿Podría la fiabilidad quitarle el título al germano en Austin o en la última carrera? En la vuelta 20 pararon Hamilton y Alonso, y en la siguiente lo haría Vettel. Con el gran premio ya estabilizado, el de Red Bull seguía primero, con Hamilton cada vez más cerca, recortándole tiempo en cada giro, y Fernando tercero. Al final de la vuelta 34, la distancia entre los dos primeros era ya de medio segundo, y ahí comenzó una bonita y emocionante lucha. Hamilton usaba el DRS y era una sombra del Red Bull de Sebastian, que se defendía como podía, con menos ritmo. En la vuelta 42, y a falta de 14 para que Vettel completara el Grand Chelem (había conseguido la pole, liderado toda la carrera y tenía la vuelta rápida), Hamilton por fin consiguió superarle y se puso primero.
Vettel no tiró la toalla y siguió apretando, pero nada cambiaría hasta el final. Alonso terminó tercero, manteniendo viva la lucha pese a no tener su mejor fin de semana. En el podio, los que para muchos eran (y son) los tres mejores pilotos de la parrilla: Lewis Hamilton, Sebastian Vettel y Fernando Alonso. Pirelli hizo un guiño al país donde se hospedaban y sustituyó las gorras de publicidad por sombreros tejanos, que lucieron los considerados tres mejores cowboys del rodeo de la Fórmula 1.
Lewis Hamilton había ganado la anterior carrera disputada en Estados Unidos, disputada en Indianápolis en 2007. Era su segundo triunfo en Fórmula 1, con 22 años. En aquel gran premio, además, debutaba con BMW un joven de 19 años llamado Sebastian Vettel. En el Gran Premio de Estados Unidos 2012, cinco años y 19 victorias después, Lewis Hamilton volvía a ganar en suelo estadounidense y, con 99 carreras más, el aún joven Vettel daba un paso más hacia su tercer título mundial.
Red Bull consiguió matemáticamente el tercer título en solo ocho temporadas en Fórmula 1, pero en el campeonato de pilotos Austin no fue juez decisivo y trasladó el protagonismo a Brasil, donde se viviría un final digno de una película de Hollywood.