GP SingapurMemorias de Singapur 2008: la venganza que descubrió el escándalo

Se disputaba la decimoquinta prueba de la temporada 2008 con el debut del primer gran premio nocturno de la historia en el circuito urbano de Singapur. Alonso logró su primer triunfo del año, el primero de Renault desde 2006. Sin embargo, una venganza posterior demostró el truco de aquello que parecía magia.

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Publicado: 18/09/2014 11:45

El circuito de Singapur tiene una corta historia y poco lugar para el sentimentalismo. La elección de este capítulo, sin embargo, reúne varias condiciones históricas que merecen ser recordadas. Era septiembre de 2008, y la Fórmula 1 se desplazaba a Asia para la decimocuarta carrera del año, que además sería la primera en la historia disputada de noche. Una prueba nocturna entre los rascacielos de Marina Bay, en un circuito urbano iluminado artificialmente. Hamilton (Mclaren) y Felipe Massa (Ferrari) llegaban la ciudad-estado separados por un solo punto en el Mundial, y el brasileño marcaba la pole por delante de su rival. Durante la salida, Massa mantuvo el liderato, pero todo cambiaría unas vueltas después.

Fernando Alonso, con un Renault que no ganaba desde octubre de 2006, realizó una parada muy pronto. Su compañero, Nelson Piquet Jr, fue protagonista de un accidente en la vuelta 13, estrellando su R28 en la curva 17. Salió el coche de seguridad y todos entraron a boxes. Alonso, que ya había hecho su parada, recogió el liderato de carrera. Seguramente Felipe Massa recuerde cada noche su repostaje. El brasileño entró en el pit-lane en primera posición, pero el semáforo electrónico de Ferrari se puso en verde antes de tiempo y el piloto reanudó la marcha con la manguera aún incrustada en su monoplaza. Tuvo que parar al final de la calle de boxes y sus mecánicos corrieron a desengancharla. Fue adelantado por multitud de rivales, perdiendo toda opción de ganar. Ni siquiera consiguió puntuar, lo que sería clave a final de temporada.

Aquella carrera tuvo caos en el pit-lane, varios accidentes y mucha historia posterior, pero pocos adelantamientos. Alonso mantuvo la primera posición y logró su victoria número 20, la primera de Renault desde hacía dos temporadas, su primer triunfo y del equipo en el año (en la siguiente carrera, en Japón, conseguirían el segundo y último) y fue el primer ganador de un gran premio nocturno. En el podio le acompañaron Nico Rosberg con el Williams y Lewis Hamilton, que fue tercero sumando seis puntos que a la postre serían decisivos. Y es que el británico consiguió el título con un punto de diferencia sobre Massa, que aquel día no puntuó. El fallo del semáforo de Ferrari había arruinado parte de la temporada de su piloto, que mantuvo sus opciones hasta la última curva del año.

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Sin embargo, aquel error (que incluso hizo a Ferrari plantearse a volver a la tradicional piruleta) quizás no habría ocurrido sin la temprana parada tras el safety car. O quizás sí, quién sabe. Pero fue meses después cuando los fans de Massa y Ferrari se preguntaron si aquella parada se podría haber evitado. Y es que Nelson Piquet, cuando perdió su asiento en Renault en 2009, denunció al equipo en un escándalo que en ese momento parecía una simple rabieta y luego se confirmó: su choque en el Gran Premio de Singapur 2008 había sido premeditado para provocar la victoria de Fernando Alonso. La FIA ofreció al brasileño inmunidad a cambio de sus declaraciones, y el juicio terminó con Pat Symonds, ingeniero jefe, sancionado cinco años fuera de la Fórmula 1 y Flavio Briatore, Director Deportivo, sancionado de por vida. Ambos fueron expulsados de la escudería y Renault suspendida del mundial durante dos años, aunque luego esa pena no se cumplió.

En el anterior vídeo se puede ver, además, cómo Nelsinho habría podido ensayar el accidente durante la vuelta de formación. En opinión personal, mediáticamente no se le dio al escándalo la importancia que tenía. Se trata de un accidente adrede, donde no se podía asegurar que ningún piloto (ni Nelsinho ni rivales) e incluso comisarios o público fueran a salir intactos. Que salieron, pero pudo haber sido terrible. Un accidente para provocar una victoria que ni siquiera se le retiró a Fernando Alonso, por mucho que el español no tuviera culpa (como así se decidió en juicio, al no poderse demostrar que estuviera al tanto de la jugada de su equipo). Algo que estos ojos esperan no volver a ver jamás, por el bien del deporte.

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