Ojo al problema encontrado en el Mercedes W11: ¿de la gloria al infierno en 7 días?

El doblete de Mercedes en Austria se vio empañado por la sanción que Lewis Hamilton recibió tras golpear a Alexander Albon mientras este intentaba adelantarle. Ello propició que el británico bajara del segundo al cuarto lugar, dejando a Valtteri Bottas en el podio junto a Charles Leclerc y Lando Norris.

Pero, si bien el Mercedes W11 demostró ser muy superior al resto, no estuvo exento de problemas mecánicos, pues durante al menos media carrera sus pilotos debieron reducir el ritmo y evitar los pianos tras ser informados de problemas relacionados con la caja de cambios.

«Este problema aparecerá en algún momento, es una cuestión de cuándo lo hará»

Ambos pudieron sortearlos para finalizar la prueba, pero quizá no ocurra lo mismo en la siguiente carrera: el Gran Premio de Estiria, también en el Red Bull Ring. ¿La razón? lo que se denomina ruido eléctrico, que es un conjunto de interferencias eléctricas no deseadas que están unidas a la señal principal, o útil, de manera que la pueden alterar produciendo efectos que podrían ser más o menos perjudiciales.

«Nos dimos cuenta el viernes cuando vimos que Valtteri tenía un problema al final de una de las sesiones, esa fue la primera señal», admite Andrew Shovlin, ingeniero jefe de Mercedes. «Tuvimos problemas recurrentes el sábado y esperábamos que ocurriera en carrera porque parece ser una característica del modelo. Este problema aparecerá en algún momento, es una cuestión de cuándo lo hará».

Preocupa la fiabilidad

Dichos problemas consisten en el ruido eléctrico generado por el coche, lo que en Austria afectó en especial a la caja de cambios, aunque puede manifestar otro tipo de problemas. «Básicamente, es una acumulación de ruido eléctrico que comienza a interferir con los diversos sistemas. Con Valtteri vimos esto a mitad de la carrera, empeoró progresivamente, con Lewis apareció más tarde. El ruido eléctrico afecta a muchas cosas diferentes», explica Shovlin.

El hecho de comenzar la temporada en Austria no ayuda, pues es un circuito propenso a la acción y los adelantamientos en pista, obligando a los pilotos a exigir mucho a sus monoplazas. «Normalmente comienzas la temporada en algún lugar como Melbourne, que es una pista donde es muy difícil adelantar. Y cuando es difícil adelantar, puedes cuidar el coche. Este es un circuito en el que es bastante fácil adelantar. Y como resultado, si no usas los bordillos, si no empujas con fuerza, estás en riesgo. Es uno de los factores».

A ello se le unen los pianos, que al ser planos deben ser utilizados para ganar tiempo al crono, lo que propicia muchas y constantes vibraciones que afectan a la integridad del coche. Y, por si fuera poco, el circuito se encuentra a 700 metros de altitud, lo que dificulta la refrigeración de los sistemas.

«Los pianos son muy violentos y pasas gran parte de la vuelta sobre ellos. Para nosotros, ese era el problema», recuerda Shovlin en relación a la primera carrera. «Y probablemente no ayudó que hubiera casi 30 grados. Aquí el aire es menos denso (por la altitud), no hay tanta refrigeración como es habitual y las temperaturas dentro del coche son altas».

¿Se reproducirán los problemas en la segunda prueba? Shovlin teme que así sea. «Cada año, esta es una carrera de desgaste. Creemos que podemos hacer avances para mejorar algunos de nuestros problemas en la segunda carrera, pero otros no van a mejorar», lamenta.

Fuente: Racefans.netFotos: Mercedes AMG F1