OpiniónLa pelea entre Hamilton y Verstappen ya tiene el drama que necesitaba
La colisión que ambos pilotos protagonizaron en Silverstone ha sido la chispa final para dotar de animosidad a lo que hasta ahora había sido un duelo puramente deportivo. El posicionamiento de la afición respecto a los 'personajes' públicos de los pilotos genera una clara controversia, y una expectación por las nubes.
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Publicado: 20/07/2021 08:30
El dominio de Mercedes, tan infranqueable como predecible desde 2014, ha propiciado que los duelos reales por el campeonato hayan pasado a ser casi un recuerdo del pasado. Desde que los monoplazas de Brackley empezaron a vencer sin compasión, el título solo llegó sin decidirse a la carrera final en 2014 y 2016, en ambos casos 'gracias' a la resistencia de Nico Rosberg a ser derrotado. Un problema mecánico dinamitó sus opciones en la primera oportunidad, pero en la segunda supo jugar a la perfección sus bazas en una tremenda guerra deportiva y psicológica que le permitió derrotar a su oponente Lewis Hamilton.
Aquella guerra sin cuartel, la misma que condujo a Rosberg a una retirada inmediata del automovilismo que persiste a día de hoy, es la que Valtteri Bottas no ha sido capaz o no ha tenido la posibilidad, dependiendo del momento, de llevar a cabo contra Hamilton. Tras ser 'víctima' de una nueva orden de equipo por parte de Mercedes, el finlandés se encuentra a 69 puntos de su compañero, la mayor desventaja que ha tenido con él en 10 carreras desde que son compañeros. Lejos de los 22 que les separaban en 2017, su primera temporada, y en la que más cerca terminó de Hamilton... a 58 puntos. Más de dos carreras de distancia.
Del mismo modo, la poca pelea que Ferrari fue capaz de traer por el campeonato en 2017 y 2018 no subsistió hasta el final con Sebastian Vettel. Al primer intento, el alemán llegó a gozar de 25 puntos de ventaja tras Mónaco, lideraba por un punto a estas mismas alturas de la temporada, y salió de la siguiente cita con 14 de ventaja, pero una serie de incidentes y problemas mecánicos convirtieron esa situación en una desventaja de 59 puntos en apenas cinco carreras de la que ya no pudo recuperarse. A su vez, en 2018, Vettel salió de Silverstone con siete puntos de ventaja, pero su accidente en Hockenheim, su incidente con el propio Hamilton en Monza y sus trompos en Suzuka y Austin serían la puntilla hacia una desventaja final de más de 80 puntos.
Aunque el drama ha existido, nadie fuera del entorno de Mercedes ha tenido la oportunidad de sostenerlo lo suficiente para ver un duelo marcado entre dos facciones, algo que no ocurre en la Fórmula 1 desde el final de la fabulosa temporada 2012. Y eso es exactamente lo que puede ocurrir este año si Red Bull evita cometer los errores de la Scuderia en el pasado. Pero, siendo el Max Verstappen de 2021 la amenaza deportiva más sólida por calidad y máquina al orden establecido, la sangre todavía no había llegado al río entre ambos competidores en términos de hostilidad.
Y es que, para qué vamos a engañarnos, una buena pelea de campeonato siempre tiene mucho más aliciente y atractivo cuando esta tiene más implicaciones que la simple victoria sobre un oponente. Cuando entran en juego las motivaciones personales, revindicaciones, historial previo, e incluso el desdén del uno por el otro y del otro por el uno. 'Rush' y 'Senna' no habrían sido los dos pelotazos cinematográficos que fueron si los duelos que reflejaban no hubiesen alcanzado tal nivel de intensidad, y puede que hasta sus historias no resultasen tan dignas de ser contadas, después de tanto tiempo, sin esa animosidad.
Por ese, y por otros factores derivados, es por lo que el incidente que ambos 'pugilistas' tuvieron en la primera vuelta del Gran Premio de Gran Bretaña, así como las rencillas y el tono más elevado de las declaraciones posteriores, son buenos para el deporte. Un deporte que, en pleno auge de audiencias a raíz de la pandemia y del tirón de Netflix, ha necesitado fabricar más drama del que la pista ofrecía, y que por fin encuentra la narrativa apropiada en la parte más alta del escalafón. Un deporte que ha necesitado durante mucho tiempo un antagonista, con unos roles de popularidad tan presentes como la disparidad de opiniones que generan.
No hay un 'bueno' y un 'malo' claro, y ambos pilotos navegan en esas finas líneas, aunque el público que contempla desde sus butacas se posicione del lado del aspirante por motivos obvios. Por supuesto, nada de ello justifica que los protagonistas de la película sean objeto de abuso racial, insultos o amenazas, que tienen el fin de atacar por lo que uno es, por mucho que sean sus actos los que encienden la llama. Pero la pasión y la emoción, entendida en su justa medida, y entendiendo que siempre habrá quien se exceda con ello, son excelentes compañeros para el viaje que nos aguarda.
Salvo que el COVID-19 se guarde aún algún revés liftado con el que hacerle un 'break' a la temporada, quedan 13 citas por delante. Trece capítulos de una serie en la que al público le gustaría llegar a la 'season finale' de Abu Dhabi sin haberse comido el 'spoiler' de la identidad del campeón antes de tiempo. Por lo pronto, ninguno de los protagonistas parece tener una inercia clara de dominio sobre las bazas de su rival, y esa es, por el momento, la mejor garantía de que, si no median nuevos cambios de reglamento a mitad de temporada que nadie ha pedido, la última sonata de la segunda generación de la actual era turbo tendrá un sonido triunfal y grandioso para despedirse. Algo así como el 'Carmen' de Bizet, pero a 300 kilómetros por hora. ¿Suena bien? No se lo pierdan.
Fotos: Red Bull Content Pool