Por qué Liberty Media hizo bien en precipitar la caída de Ecclestone
Parecía imposible ver a Bernie Ecclestone y la Fórmula 1 separados, pero Liberty Media lo ha convertido en realidad y ahora aspira a reinventar la categoría. El creador del imperio Fórmula 1 no ha sido capaz de actualizar el negocio que tan ricos ha hecho a muchos integrantes del paddock y ha sido forzado a dar un paso atrás. Analizamos la andadura de Bernie Ecclestone en el mundo del motor y lo que Liberty Media espera conseguir en el futuro.
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Publicado: 27/01/2017 09:30
El pasado 24 de enero se confirmó el cese de Bernie Ecclestone como Director Ejecutivo de la Fórmula 1 tras haber gestionado o, incluso, manejado la categoría a su antojo y sin tener que rendir cuentas a practicamente nadie durante décadas.
Bernie, que cuenta con 86 años en la actualidad, es una de esas mentes brillantes que surgen en los negocios muy de vez en cuando y que, a pesar de su avanzada edad, ha sabido manejar todos los aspectos de su cargo delegando lo mínimo y siendo capaz de asumir el progresivo aumento de volumen de negocio con el paso de los años.
Pasión por el motor… de dos ruedas
Bernard Charles Ecclestone nació el 28 de octubre de 1930 en la localidad inglesa de Bungay. A los 16 años dejó la escuela para poner a prueba su visión comercial en cuanto se presentara la ocasión. Lo primero que hizo fue trabajar en una fábrica de gas, donde su padre conocía a un amigo que estaba al cargo del laboratorio.
En cuanto tuvo oportunidad, empezó a competir en carreras de motos, pero se dio cuenta de que en la Inglaterra de la posguerra los recambios eran escasos, por lo que inició un negocio de fabricación y venta de repuestos. Cuando las cosas empezaron a marchar fundó Compton & Ecclestone junto con su socio Fred, llegando pronto a ser los mayores comerciales del país. En 1949 se inició en las cuatro ruedas, concretamente en la Fórmula 3, pero un accidente en Brands Hatch le terminó de convencer de que debía concentrar todos sus esfuerzos en el negocio, que pronto creció y se convirtió también en una financiera.
Retorno a las carreras
En 1957 Bernie volvió a las carreras como Mánager de Stuart Lewis-Evans, comprando el equipo Connaught de Fórmula 1 y empleando a Stuart, Roy Salvadori, Archie Scott-Brown e Ivor Bueb como pilotos. Pero Lewis-Evans murió en un accidente en el GP marroquí y Bernie abandonó, volviendo en 1960 para representar a Jochen Rindt, por mediación de Salvadori.
A finales de la década, Ecclestone se encargó de gestionar el equipo Lotus de Fórmula 2, pero, de nuevo, la muerte de su piloto en 1970 le hizo abandonar el deporte. Por poco tiempo, una vez más, pues dos años más tarde irrumpió en la F1 comprando el equipo Brabham a Ron Tauranac y, de inmediato, se puso a trabajar para convertir el deporte en algo más que eso.
Sus inicios en los despachos de la F1
La profesionalización se inició con la fundación de la Asociación de Constructores de F1 en 1974. Junto a él estaban Colin Chapman, Teddy Mayer, Max Mosley (posteriormente Presidente de la FIA), Ken Tyrrell y Frank Williams, a quienes lideró en la batalla contra la FIA de 1975 por un nuevo sistema de reparto de beneficios para todos los equipos. Un año más tarde salió vencedor y dio otro paso, el de los derechos de televisión. En el 78 se convirtió en el Director Ejecutivo de la FOCA junto con Mosley como asesor legal, en busca de hacerse con el control en detrimento de Jean-Marie Balestre, en ese momento Presidente de la FISA (anterior FIA). Tres años más tarde nació el Acuerdo de la Concordia, que otorgaba a la FOCA el derecho a negociar los contratos de TV. La guinda del pastel fue la consecución de su equipo como Campeón del Mundo.
El jefe
Con la finalización del Acuerdo de la Concordia en 1987, se convirtió en Vicepresidente de la FIA, vendiendo el equipo a Alfa Romeo al año siguiente. Poco después Bernie fundó Formula One Administration (actualmente FOM), empresa que ha gestionado los derechos comerciales de la categoría desde entonces. A lo largo de los años Ecclestone ha conseguido renovar el Pacto de la Concordia en repetidas ocasiones, aunque a veces con tácticas éticamente discutibles y con cada vez más porcentaje de los beneficios a favor de los equipos participantes. A pesar de aparentar lo contrario, en más de una ocasión, su relación con Max Mosley constituyó una de las grandes alianzas que les permitió a ambos mantener la estabilidad en la gestión política y comercial de la F1, algo mucho más complicado de conseguir bajo el mandato de Jean Todt como Presidente de la FIA.
El signo de los tiempos
“Un hombre analógico en un mundo digital”. Esta brillante definición del periodista Jamen Allen resume de manera precisa a Bernie Ecclestone actualmente. Desde hace años, los personajes más influyentes del paddock -especialmente los más veteranos- han alabado las cualidades de Bernie como gestor y se han ocupado de dibujar un escenario apocalíptico si, en algún momento, el británico faltara. Todo ello llegó a crear alrededor de Bernie un halo de inmortalidad sólo comparable al de Jordi Hurtado y la Fórmula 1 llegó a asumir, al menos de manera pública, que moriría con Bernie Ecclestone.
“Es insustituible, para hacer su trabajo harán falta varias personas”. Al menos eso sí que parece habérselo concedido Liberty Media al sustituir a Ecclestone con tres personas: Chase Carey como Director Ejecutivo, Sean Bratches como máximo responsable del área comecial y Ross Brawn como cabeza pensante en lo deportivo. Pero eso no significa necesariamente que Bernie sea mejor que ellos: lo que indica es que Liberty Media quiere hacer crecer a la categoría aún más.
Es cierto, Bernie creó la F1 actual. También lo es que hizo ricos a Ron Dennis, Frank Williams y muchos otros grandes hombres de la categoría que empezaron de manera realmente modesta. Ideó y puso en práctica un espectáculo a nivel mundial con la capacidad de general miles de millones con los que retroalimentar a la categoría y sus integrantes. Es por eso que, diferencias aparte, todos y cada uno de los moradores del planeta F1 le deben tanto.
La inercia se acaba
Pero igualmente cierto es que la Fórmula 1 lleva demasiado tiempo viviendo de las rentas, que no existe una hoja de ruta definida y que ciertas áreas como la de la organización de los Grandes Premios pasan por uno de sus peores momentos por el abusivo sistema de gestión de Bernie. Otras, como la explotación comercial y el marketing, se desarrollan a velocidad de Fórmula Ford en un mundo digital que ha sobrepasado a Ecclestone por completo.
La bonanza económica de equipos, circuitos y socios técnicos quedó atrás y sólo quienes han sabido diversificar con otras actividades siguen gozando de suficiente salud como para permitirse proyectos a largo plazo relacionados con la Fórmula 1. Las jóvenes generaciones no son capaces de ver el atractivo de la categoría, tanto en el aspecto figurado como el literal, debido a la discutible gestión de las posibilidades de entretenimiento y de los derechos televisivos.
En resumen, Liberty Media ha llegado para adaptar el producto Fórmula 1 a las exigencias actuales. Ha llegado para reinventar un negocio que Bernie logró crear en su día, pero que ha sido incapaz de actualizar. ¿Serán Carey, Bratches y Brawn los adecuados para lograrlo? Sólo el tiempo lo dirá, pero una cosa está clara: Bernie Charles Ecclestone no lo era.