GP SingapurPrevio técnico: así es Marina Bay

El calendario de la Fórmula 1 da un giro radical tras su paso por Spa y Monza, llegando a un circuito en el que la carga aerodinámica toma un claro protagonismo. Se acabaron las configuraciones de baja carga y las curvas rápidas en uno de los circuitos urbanos más técnicos de la actualidad.

7 min. lectura

Publicado: 17/09/2019 08:30

Marina Bay es uno de los trazados más complejos del calendario, pero técnicamente hablando la base del éxito se sustenta en la estabilidad en frenada y la tracción. Es el circuito con más curvas -un total de 23- y casi todas ellas son cortas y cerradas, generalmente ángulos de 90 grados. A pesar de que hay rectas en las que se alcanzan altas velocidades, éstas quedan en segundo plano.

Final de recta

El primer sector está claramente marcado por el conjunto de curvas que se suceden al final de recta, haciendo del mismo uno de los más complicados en el momento de la salida. Pero a velocidad de clasificación, los dos primeros virajes constituyen uno de los escasos tramos en los que la aerodinámica juega un papel importante, ya que se toman a una velocidad media, pero girando en todo momento (en realidad es una chicane larga y fluida).

La tercera curva corta de raíz con esa fluidez, obligando al piloto a reducir la velocidad frenando en apoyo. Tras dicho ángulo, llega un tramo que comprende la curva 4, que se hace a fondo, hasta llegar a otro ángulo, tras el cual se pisa de nuevo el acelerador al máximo en la recta más larga del circuito (que en realidad comprende la curva 6, que se hace a fondo).

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Acelerar y frenar

El segundo sector es el típico de los que se denominan ‘stop & go’. Se trata de ir de curva en curva a base de frenadas fuertes y aceleraciones igualmente enérgicas. Por ello, tanto la estabilidad en frenada como la tracción son la clave para ser competitivos. De poco importa tener un motor potente o una eficiencia aerodinámica notable, pues se trata de maximizar el agarre mecánico todo lo posible, especialmente en las curvas 7, 8, 9 y 13.

Ligeras diferencias

El último sector es prácticamente igual que el segundo, pero con la particularidad de contar con dos últimas curvas muy rápidas y en las que la carga aerodinámica vuelve a sobresalir. Ambas se trazan como una sola, por lo que el coche gira a alta velocidad durante varios segundos, dependiendo en gran medida del agarre aerodinámico que sea capaz de generar.

Detalles

En líneas generales, Marina Bay es un circuito que carga mucho longitudinalmente a los neumáticos y que cuenta con la particularidad de celebrarse de noche, por lo que las temperaturas bajan a medida que se desarrollan la clasificación y la carrera. Ello tiene cierta influencia en la puesta a punto del monoplaza y especialmente en la relación de éste con los neumáticos. Los entrenamientos libres 1 y 3 se celebran con mucha mayor temperatura, complicando las cosas a pilotos e ingenieros a la hora de interpretar los datos recopilados en dichas sesiones.

Ante todo, Marina Bay demanda un monoplaza muy estable en frenada y con una gran capacidad de tracción, pero también un piloto muy seguro de sí mismo entre los muros, baches y cerradas curvas del circuito. Además debe tener una gran capacidad de concentración en un trazado tan exigente y con pocos momentos de descanso en un entorno caluroso y húmedo que pone al límite la capacidad física de los participantes. Es por ello que es habitual ver numerosos errores de pilotaje en la fase final de una carrera en la que ganar posiciones es complicado sin un fallo del rival.

Datos del circuito
Vueltas61
Longitud5.065 m
Distancia de carrera308,082 km
Curvas23 (10 a derecha y 13 a izquierda)
Carga aerodinámicaAlta
Desgaste de los frenosAlto
Desgaste de los neumáticosMedio
AgarreBajo
Tipo de neumáticosDuro (C3-blanco), medio (C4-amarillo) y blando (C5-rojo)

Lo esencial

Puntos para estar atentos: el agarre a baja velocidad. La mayoría de las curvas se toman en segunda o tercera marcha, así que es fundamental acelerar bien a velocidades bajas. Esto es particularmente complicado al inicio del fin de semana, cuando el asfalto está muy sucio y resbaladizo.

Dificultad única: las luces. El Gran Premio de Singapur empieza dos horas después de la puesta del sol y el trazado está iluminado por 1.500 lámparas que están colocadas a una altura de seis metros. Los pilotos tienen que acostumbrarse a la luz artificial y, aunque el inicio de la carrera del año pasado fue en mojado, todavía no se sabe bien qué impacto tiene sobre la visibilidad una carrera completa con lluvia.

Mayor reto: el calor y la humedad. La temperatura ambiente no suele bajar de los 30 ºC y la humedad suele estar entorno al 85%, por lo que está carrera es la más exigente de la F1 desde el punto de vista físico. También es la carrera más larga del año y suele exceder el límite de dos horas de la FIA. Los pilotos suelen perder hasta tres kilos de líquidos durante la carrera.

La larga chicane de final de recta complica las cosas en la salida.

Ingeniería

Frenada: dura. Hay 15 puntos de frenada por vuelta, que es más que en cualquier otro circuito de la F1. Los pilotos dedican una media de 22 segundos por vuelta a frenar y la mayor deceleración es de 4,7g entrando a la curva 7.

Motores: los coches utilizan 1,9kg de combustible por vuelta, que es alto. El consumo de combustible es una cuestión a tener en cuenta para los equipos en esta carrera.

Aerodinámica: carga aerodinámica máxima. La velocidad media del circuito supera a Mónaco en tan solo 13km/h. Por lo tanto, los ingenieros se centran en el agarre a velocidad baja, un buen giro y tracción.

Fotos: McLaren / Red Bull Racing / Mercedes AMG

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