Virutas F1Razonando
Existen dos maneras de encarar la prospectiva en el devenir de la Fórmula 1: con emociones o con razonamientos. Lo primero no es más que la proyección de lo deseado, mientras que lo segundo tiende a ser más cercano la realidad.
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Publicado: 14/10/2022 14:30
… aunque tener unas referencias pobres puede conducir al error. Lo que nunca falla es la observancia de los hechos.
Existe la esperanza en el corazón de muchos espíritus de buena fe que el año próximo Fernando Alonso tenga un coche lo suficientemente bueno como para ganar carreras e incluso títulos. Ojalá. Ojalá ocurra esta circunstancia. Los más afectos al piloto —que no al equipo, que tiene muy pocos— saben que es justo lo que va a ocurrir por el mero hecho de que ese es su deseo. Quieren que sea así, y así es cómo va a pasar según su criterio.
Fallows ha sido uno de los hacedores de los RB bajo la batuta de Adrian Newey, del que se considera discípulo
Son los mismos que estaban convencidos de que llegarían victorias y el tercer título de mano de Alpine. El problema de concordancia es que a finales de la segunda y última temporada en su estadía existen indicios suficientes como para pensar que esto no ha ocurrido, y va a ser complicado que ocurra en lo que queda de calendario.
Ahora, con el cambio a Aston Martin, séptimo equipo de la clasificación general, los más fervientes seguidores del asturiano han trasladado sus proyecciones hacia el verde futuro que le espera en su nueva formación. La gran mayoría de ellos, de forma bastante curiosa, entregan la consecución de sus deseos a Dan Fallows, ingeniero que procedente de Red Bull será el encargado de diseñar un coche mejor que el de este año. Aston Martin se encuentra en un estadio de creación de su escudería en sí misma; unos coches mejores llegan después, y tras todo ello los resultados.
La Fórmula 1 es la antítesis de la cocina rápida y todo lleva su tiempo. La viruregla de los cinco años suele ser una pauta común; no todos los que tienen el horno encendido un quinquenio ganan, pero prácticamente todos los que ganan calientan su pan durante ese periodo de tiempo. Lo que sorprende es lo convencidos que están muchos en cuanto a la llegada de Fallows y con ello los resultados serán visibles poco menos que de manera inmediata. Esto no funciona así.
Existe un ejemplo palmario que indica que el viaje transcurre por otros dominios. No se trata de discutir la valía del ingeniero, ni de la escudería, donde se trabaja mucho y bien a pesar de que las cosas no les salgan, sino que el guion establecido funciona de otra manera. Fallows ha formado parte del equipo de Milton-Keynes desde que fuera Jaguar. Pasó un pequeño periodo trabajando en Dallara, y volvió a la reencarnación en Red Bull en 2006. Desde entonces ha sido uno de los hacedores de los RB bajo la batuta de Adrian Newey, del que se considera discípulo.
Tener a Newey de la mano siempre te garantiza tener un gran coche, pero no siempre el mejor. El mejor, durante ocho años, lo han tenido en Mercedes, y el padre de todos ellos fue Aldo Costa. No se trata de demeritar al alopécico ingeniero, sino de exponer que los resultados llegan gracias a muchos ingredientes y el diseñador es uno clave, pero no el único. Newey crea monoplazas geniales porque tiene un equipo concreto a su alrededor, un túnel de viento concreto, un ordenador concreto de esos que tienen muchos gigas que hace las simulaciones, el CFD, el diseño CAD, los cálculos, etc… El director técnico es una pieza sobre la que pivotan otros elementos cruciales, sin embargo, es uno de varios, y todos ellos han de funcionar. Costa fue defenestrado de Ferrari ‘por no funcionar’. Llegó a Mercedes y funcionó. La clave no era tanto el responsable último, sino todas las herramientas técnicas y humanas de las que tiene al alcance de su mano.
Otro ejemplo palmario que explica todo esto es Peter Prodromou. Este ingeniero británico de origen griego es un personaje muy del corte de Newey. Bebió de su conocimiento durante años, y según muchos era una prolongación de él. Sus formas de funcionar son bastante similares. Ninguno de los dos toca un ordenador, o no al menos para proyectar. Las ideas alumbran sus seseras en cualquier momento, e incordian a los ingenieros senior a cualquier hora diciendo “hazme esto”. Son estos últimos los encargados de dar vida a soluciones, piezas, y diseños paridos en la cabeza rectora del conjunto.
Muchos mclarenianos tiraron cohetes y descorcharon espumosos para celebrar los éxitos venideros en Woking gracias a su concurso. Pues… er… desde el 15 de octubre de 2014, día en que fue anunciado como responsable último del diseño, títulos no han llegado, y victoria ha sido solo una. Fue un italiano día de 2021 en el que el ahora defenestrado Daniel Ricciardo llegó el primero en Monza. La primera victoria de la era Prodromou tardó exactamente siete temporadas y ciento treinta y ocho carreras en llegar. Y ha sido la única. La conclusión es sencilla y las pruebas concluyentes: fichar a un hijo de Newey, o ni siquiera al mismísimo Newey, te otorga resultados contundentes per se si no lo acompañas de más cosas. Y hablamos de mecanismos complejos. Túneles de viento que tardan meses y casi años en calibrarse, equipos de coingeniería que han de bailar al mismo ritmo, un equipo de carreras que funcione, adquisición de tecnologías, simuladores, sistemas de medición y prueba, y un millar de pequeños detalles que hacen que el inmóvil pódium se acerque un poco más.
Nada de esto hace malo a Fallows, más bien todo lo contrario, sino que la cocina interna de su formación requiere tiempo. Y acertar en muchas cosas también. Ojalá tengan suerte y sea en un periodo lo más corto posible, pero habrá que tener paciencia. Y no solo el aficionariado; también en el equipo… y Lawrence Stroll no es de los que se caracterizan por albergar mucho de eso. Los Reyes Magos no siempre te traen lo que pides en tu carta, sino lo que cabe en las alforjas de sus camellos. El empresario canadiense ya echó su carta, a ver que tal se portan los monarcas…
Fotos: Aston Martin Racing | Alpine F1 Team