(Semana Santa y) Semana de pasión

Su nombre era Cristóbal Ruiz Bermúdez, se le conocía como El Zamarrilla, y era un bandolero que a cuenta de sus tropelías dejó escrita para siempre su leyenda.

(Semana Santa y) Semana de pasión
La parrilla puede estar muy igualada esta temporada.

20 min. lectura

Publicado: 24/03/2021 13:30

Y para leyenda en la Fórmula 1 esta segunda etapa de Mercedes, con la que van a dejar pequeños los capítulos que escribieran las flechas plateadas en manos de, entre otros, Juan Manuel Fangio. Siete títulos consecutivos como constructores, y si Red Bull no lo remedia, este año puede caer el octavo, la misma cifra para un Lewis Hamilton imparable. ¿Imparable? El año pasado dejaron escapar cuatro victorias de diecisiete pruebas, el 20% de las participaciones, y una decena de segundos puestos, casi un 60%, con índices de ineficiencia apenas vistos antes en este equipo con coches demoledores desde que se inició la era híbrida.

Esto no quiere decir que Mercedes se haya vuelto progresivamente un mal equipo, pero sí apunta a una constante de la que se huye en la Fórmula 1 y que reza así: «Lo mejor es enemigo de lo bueno». Traducido a la lengua de El Zamarrilla: quiere decir que estando en las nubes de forma permanente, nunca construirás una escalera… y de las nubes siempre se acaba bajando.

De color Guardia Civil es el Aston Martin, pero no serán estos los que den respuesta a la banda de Toto Wolff

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Por los bajantes de la historia se desplazan realidades y leyendas, y cuenta esta segunda que el bandido era violento, sanguinario, y tremendamente escurridizo. Líder de una banda de medio centenar de tipos de corte patibulario cortados a su imagen y semejanza, tenía aterrada a media Andalucía a base de atracos, robos, secuestros y abusos de diverso pelaje. Sus andanzas eran bien conocidas en cortijadas y haciendas, y era raro el carruaje que pasase por sus dominios al que no le fueran presentados formalmente las bocachas de sus trabucos y pistoletes. Dominaba a placer su territorio sin oposición aparente… hasta que el Duque de Ahumada creó la Guardia Civil.

De color Guardia Civil es el Aston Martin que alberga en su seno el motor Mercedes del campeón, pero no serán estos los que den respuesta a la banda de Toto Wolff. El papel de underdogs este año le ha tocado a los mismos que lo llevan ejecutando desde 2014, Red Bull. Esta temporada no se andan quejando, como es habitual en ellos, sino que se jalean y se pegan brindis al sol a pachas con los de Honda, que se piran este año y les venden los arreos. Como era de esperar, los japoneses se han llevado su tiempo pero han acabado creando un motor que paso a paso empezó siendo la ruina de sus portadores hasta acabar ganando carreras. Quien sabe si este año estarán en disposición de robar por el procedimiento del tirón más victorias a ‘Los Implacables de Brackley’, y muchos esperan que así sea. El problema no reside tanto en que si los de azul estén acertados, que lo van a estar en especial con el refuerzo mexicano, sino en lo que puedan fallar los otros.

Lo mejor que tiene Mercedes es que funcionan como un reloj suizo, sin fallos, sin tachas, con coches perfectos, con una dirección sin fisuras y en un conjunto que no muestra decaimiento alguno. Si este año hubiera habido una reforma de orden mayor, se podría decir sin mucho espacio al error que Mercedes iba a tener un año algo más complicado que los anteriores. El problema es que en pretemporada llevan unos años haciendo lo mismo: parecer débiles y brillar poco para dar luego la ’sorpresa’. Pero este 2021 se les ha unido mucha avería tonta, mucho error de pilotaje y poco o ningún brillo pretemporadero. ¿Teatro? Parece que no. Pero tampoco parece que esta situación se vaya a prolongar demasiado, y hay porras hechas que apuntan a que puede durar entre los Libres 1 de este fin de semana y no mucho más allá de las dos primeras carreras en el peor de los casos. En el equipo perfecto lo apañarán más pronto que tarde, aunque hayan dejado ver algún que otro signo de inexplicable debilidad.

Y para debilidad, la novia de El Zamarrilla, pero explicable. Entre palo y palo, se bajaba a verla en noches de poca luna a Málaga. Dicen de ella que era un bellezón; no es casualidad que de allí fuera la única Miss Universo española. En su despedida y tras el casto beso de los enamorados del XIX, ella le entregó una rosa blanca que le adornaba el pelo. El bandolero se la echó con delicadeza en el zurrón y salió con sigilo por las callejuelas del barrio de La Trinidad para darse de cara contra las autoridades pocos metros más allá… el recién creado benemérito cuerpo le había tendido una emboscada. En pocos minutos, y tras conducirse con astucia por esquinas y callejones, aquella pesadilla andante de gobernantes se encontró en un callejón sin salida y rodeado por varias docenas de alguaciles. Una frase quebró el silencio de la noche y su eco retumbó hasta donde pudo irse: «¡Vivo o muerto!».

AlphaTauri

Docenas no, pero cuatro o cinco equipos, que serán liderados y a distancia por McLaren, van a roer la zona media de la tabla para dejarla pelada como un tigre con hambre podría dejar un jamón de Joselito. La batalla ahí va a ser rocosa y parten con cierta ventaja unos sorprendentes AlphaTauri con un no menos sorprendente Yuki Tsunoda. En palabras de Giancarlo Minardi este puede ser el que de la sorpresa y acabe dejando cariacontentecidos a los huidizos Honda. Años apoyando al chaval para dejarlo solo ante el resto de la manada y sin poder recaudar las mieles del éxito de un nipón. No olvidemos que en la nochevieja de este 2021 abandonarán un barco en el que dicen han enterrado más de 1.000 millones de euros.

Nadie lo sabe a ciencia cierta, y las dos escuderías dan la callada por respuesta cuando se les pregunta, pero tras aquellas triunfantes palabras de inicios de 2020 de «queremos que AlphaTauri no sea segundo de nadie, sino que trace su propio destino» parece esconderse un rumor muy extendido: en ese coche azul y blanco hay mucho del RB16. O al menos del RB15. El AlphaTauri que ganó en Monza el año pasado en manos de Pierre Gasly, parecía muy distinto a los anteriores Toros Rossos. La copla entonada por los de Faenza parece ser la que escribieron los de Haas al comprar a Ferrari todo lo legalmente comprable.

Yuki Tsunoda quiere ser la sorpresa de 2021.

El Zamarrilla hubiera querido comprar un AlphaTauri como el de Monza 2020 para salir del atolladero pero no había pista por la que hacerlo correr. Lo único que podría darle cobijo era la ermita de María Santísima de la Amargura, a las afueras de la ciudad. El malhechor se metió de cabeza en ella en su huida y no encontró más amparo que el propio manto de la figura. Los perseguidores entraron, registraron palmo a palmo la estancia, y no dieron con él. Achacaron a la oscuridad que hubiera escapado del lugar por algún ventanuco sin ser visto, y maldijeron su suerte. «¡Es imposible!», «¡No puede ser!», se oyó acompañado de diversos juramentos. El bandolero sonrió en silencio y acarició el andamiaje de la virgen aún cubierto por la capa de invisibilidad que le había procurado.

Lo que han procurado el resto de escuderías ha sido mantener lo que tenían de bueno procedente del año pasado y mejorarlo un poco para el presente, sin que los nimios cambios reglamentarios les afecten con ese recorte del fondo plano y del que obtenían un buen pellizco de carga aerodinámica. Los aerodinamistas se han devanado los sesos este invierno para recuperar la carga perdida y cada cual ha aplicado sus recetas. Ha sorprendido el enorme rake de Red Bull, que para que los mecánicos se suban a su parte trasera van a necesitar una grúa o un ascensor, o la elevación sobrevenida en el Mercedes, un coche que tradicionalmente ha huído de esta tendencia.

Algunos sesudos observadores achacan justo a esto los errores cometidos en los test de pretemporada por Valtteri Bottas y Lewis Hamilton. El cambio que trae modificar esta parte del coche conlleva poner unos muelles traseros más blandos para permitir que el monoplaza se aplaste en las rectas, pero su comportamiento cambia y se hace más impredecible en curva. Se sabe que los Red Bull son coches puñeteros de pilotar, que pregunten en casa de Albon o Gasly, donde tienen referencias. Pero cuando de un año para otro el coche es casi el mismo y esto cambia, es razonable pensar que los titulares de Mercedes se hayan topado con esta desagradable sorpresa en sus estrenos. Lo acabarán arreglando más pronto que tarde.

Tardaron mucho en irse las autoridades, pero El Zamarrilla acabó emergiendo bajo las enaguas de María Santísima de la Amargura. El forajido, en muestra de agradecimiento, dejó la rosa blanca que su novia le entregó a los pies de la virgen… pero entendió que aquello era poco. Lo que hizo fue ponérsela en el pecho, y no encontró mejor imperdible que su navaja de siete muelles, con la que atravesó el manto que le sirvió de escondrijo. Cuenta la leyenda que la rosa blanca, al tocar a la virgen con el manto apuñalado por la albaceteña, se tiñó de rojo. Desde entonces la virgen siempre luce una rosa roja en su pecho y se llama La Virgen de Zamarrilla. Sale cada jueves santo en uno de los recorridos cofrades más largos y duros de todas las procesiones de Semana Santa de la capital de la Costa del Sol.

Aston Martin, Alpine y McLaren

Lo que nadie quiere es ver procesiones en la Fórmula 1 y no lo van a ser en esa zona media con unos Aston Martin que han defraudado algo en sus inicios, pero que con una más que posible ayuda de Mercedes irán a más. Lance Stroll rara vez sorprende pero sigue creciendo y poco a poco y gracias a las fuertes inversiones en el equipo se acabarán notando por alguna parte. Sebastian Vettel está más cerca del final que del principio y aunque su paso por Ferrari, sobre todo el año y medio previo a su salida haya sido decepcionante, suele funcionar mejor en equipos donde la presión no le come. Puede dar alguna alegría.

Alpine va a necesitar tiempo. Hay quien dice que la enorme joroba de su cubierta trasera no es más que un experimento para lo que llegará en 2022, así que este año es de transición, con director nuevo, un túnel de viento remozado hace poco y la llegada de un Fernando Alonso que parece estar en forma.

Con tan poco cambio reglamentario y un 2022 en el que sospechamos el equipo está volcado, esperar resultados distintos a los vistos en 2020 va a ser ilusorio. Más interesante va a ser ver a donde llega el asturiano como evidente primer espada de la formación, si puede igualar o superar el quinto puesto dejado encima de la mesa por Daniel Ricciardo, y si su calidad puede doblegar a la de Esteban Ocon y en qué medida.

McLaren es el único equipo que tiene un ‘coche nuevo’ este año. Por el cambio de motor va a ser el que más modificaciones en su rendimiento acabe alumbrando, y en cálculo de sus ingenieros, el avance debería ser de alrededor de medio segundo con respecto a los de delante si miramos a 2020. Un avance extraordinario sumado al ya impactante que se vio el año pasado, aunque de difícil manera el suficiente como para alcanzar a Verstappen y Checo. De ahí para arriba, McLaren, Red Bull y Mercedes van a copar casi todos los podiums de manera previsible.

Haas, Williams y Alfa Romeo

Más previsible fue el futuro del malandrín. El acoso de las autoridades ya fuera a base de disparos, o por pactos con los formantes de su cuadrilla (que muchos se cambiaron de bando) El Zamarrilla acabó solo, abandonado por su gente, cuando no incluso perseguido por los que fueron sus compinches meses antes. El que provocaba continuamente con sus temerarias fechorías acabó siendo una sombra de lo que fue.

Nadie educado podría tildar de ser sombra de lo que fueron a Haas, Williams y Alfa Romeo pero sí de que este año van a mejorar poco. Con recursos limitados y a sabiendas de sus resultados van a ser poco celebrables, ya se han encomendado al coche de 2022. Su reglamento es bastante más puñetero que el actual y requiere de esfuerzos, fondos e ingenio que serán restados a lo que se aplique esta temporada, un año en el que la lucha encarnizada, que por muchos bemoles que le eches te llevará poco lejos.

Ferrari

¿Y cuánto de lejos llegará Ferrari? Bueno… es que nadie sabe a ciencia cierta cómo están este año. Para algunos resulta patente que han mejorado, pero es complicado tasar en qué medida. Todos sospechamos que han ido a mejor, pero la certeza sobre su estado general es escasa. Solo se sabe que irán pintados del color de la rosa que lleva prendida en su pecho la Virgen de Zamarrilla (qué obviedad). ¿Alguien sabe si hacen procesiones en Maranello por Semana Santa? Que las saquen, que toda ayuda es poca y a nadie viene bien que acaben sextos.

Acabar quintos estaría mejor, cuartos sería un excelente avance para los italianos, pero todo lo que sea estar fuera de los puestos de pódium es una ruina para ellos, y para ello tendrían que superar a McLaren, los destinados a quedar en ese mismo puesto que ya lograsen el año pasado. Ferrari no luchará por título alguno esta temporada sino que correrán en modo recuperativo, tal y como ha hecho McLaren estos últimos años, así que la Pax Romana imperará en el seno transalpino.

No habrá título para Ferrari, pero quizá sí el inicio de una progresión ascendente.

Queda claro que Charles Leclerc será el líder y Carlos Sainz el segundo piloto pero no se molestarán con una idea única: correr para el equipo y no para sí mismos. No se atacarán a menos que las diferencias de ritmo sean notables, visibles, y traigan un beneficio neto al final de cada carrera, así que el puesto de primer y segundo piloto se va a difuminar. En todo caso los italianos necesitarán ponerle rosas de color rosso a varias vírgenes. Ojalá las encuentren.

El que sí se encontró con su destino final fue Cristóbal Ruiz Bermúdez, incapaz de prever lo que siempre ocurre a los malos de la película: que el crimen no compensa y se suele acabar mal… y en aquella época se acababa muy mal. A El Zamarrilla le dieron matarile el 10 de noviembre de 1851, fusilado por los soldados del batallón del Regimiento de Cazadores de Barbastro en Igualeja, la misma localidad que le vio nacer. Para el facineroso todo acabó donde empezó, como en un circuito; la meta siempre está donde la salida, donde arranca todo. Arranca la temporada 2021, bájate la visera…

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