Su primer Gran Premio de Fórmula 1: Bahréin 2004

En esta nueva sección, repasaremos los debuts de los circuitos y Grandes Premios que componen el calendario de la temporada 2021 de Fórmula 1. Sakhir fue testigo de una exhibición de Ferrari, asistida por una lluvia conveniente, y de una buena remontada de Fernando Alonso.

Su primer Gran Premio de Fórmula 1: Bahréin 2004
Schumacher dio un paso más en su dominio, y pasó a predicar en el desierto

10 min. lectura

Publicado: 25/03/2021 21:30

La nueva temporada de Fórmula 1, la número 72 en la historia del campeonato mundial más prestigioso, será también la más abultada de su historia, o al menos así es sobre el papel a día de hoy. Los 23 Grandes Premios que componen el calendario exceden en dos el máximo histórico de 21, y a excepción de la edición inaugural del Gran Premio de Arabia Saudí, todos ellos cuentan con algún bagaje previo a nivel de país o circuito. Por ello, en MOTOR.ES inauguramos una nueva sección, 'Su primer GP', en el que se echará la vista atrás a la primera vez de cada evento, en algún que otro caso por partida doble.

La carrera que nos ocupa, el Gran Premio de Bahréin, inaugura una temporada por tercera vez en la historia (2006 y 2010). Este año acoge su edición número 17, y la octava como carrera nocturna, habiendo estado ausente solamente en 2011, y sin contabilizar la excepcional celebración del Gran Premio de Sakhir el año pasado. Todo ello, por supuesto, habría resultado absolutamente impensable cuando este evento, y su circuito, hicieron su debut en el Mundial de Fórmula 1 el 4 de abril de 2004, en una era en la que Michael Schumacher aún no era heptacampeón, en la que Fernando Alonso aún no era campeón, y en la que la retirada de Mika Häkkinen aún se consideraba sabática.

La temporada anterior, 2003, sería a la postre la última de la historia con 16 eventos, antes de una ampliación asiática que incluyó la esperadísima incursión en China. Para la gran mayoría, no obstante, este emirato con apenas tres décadas de independencia resultaba un absoluto desconocido. En parte, aquello jugó en su favor, al haberse mantenido alejado de los grandes conflictos que han asolado a los países del Golfo Pérsico pese sus tensas relaciones con Irán, más aún con los atentados del World Trade Center tan cercanos en el tiempo. Y eso que solo en ese mismo 2001 se había logrado dejar atrás un prolongado periodo de insurrecciones locales que tardarían una década en volver a emerger.

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Fue justo un año después, en septiembre de 2002, cuando el mundo supo que habría un Gran Premio en Bahréin. El emirato había contratado tres años antes a Hermann Tilke para diseñar el circuito internacional de Sakhir a raíz de su éxito rutilante con Sepang, pero la construcción del mismo no había empezado aún cuando se hizo el anuncio. Aquello, junto al adelanto de medio año de la fecha inicialmente acordada, forzó que los trabajos se realizasen a contrarreloj en apenas 16 meses, y que el circuito solo estuviese terminado a menos de un mes para la celebración del evento.

Las habituales altas temperaturas del emirato suponían un claro argumento para los equipos con neumáticos Michelin de intentar frenar el asentado dominio de Ferrari: Alonso vio con resignación como el dúo rojo se escapaba con facilidad en Australia, y Schumacher mantuvo a raya a Juan Pablo Montoya en Malasia sin excesivos problemas. La clasificación, por entonces a una sola vuelta, ofreció algo de esperanza, pese a copar el Cavallino Rampante la primera línea: las seis décimas de ventaja de la leyenda germana respecto a sus oponentes pasaron a ser solo cuatro, y era 'vox populi' que los Bridgestone se mostrarían más vulnerables en las tandas largas de una carrera que, hasta la edición de 2013, se disputaría bajo el implacable sol.

La oposición estaba liderada de nuevo por los Williams y los motores BMW que tantas poles les habían otorgado los dos años anteriores, copando en este caso la segunda fila tras batir los emergentes BAR-Honda. Renault era el cuarto mejor equipo por velocidad aquel fin de semana, superando a una impotente McLaren, pero la clasificación no lo reflejó en el caso de Fernando Alonso, que alegó problemas de frenos tras una terrible vuelta que le relegó al 17ª lugar, por delante solo de los Minardi y del averiado Kimi Räikkönen. «En toda la vuelta he bloqueado las ruedas delanteras; en algunas curvas se ha visto humo y en otras me he ido recto. Así no puedo correr», comentaba el emergente piloto asturiano a posteriori.

Por desgracia para quienes osaban toser al F2004, ocurrió lo que parecía impensable la mañana de la carrera:llovió en el desierto. No mucho, y de forma intermitente, pero lo suficiente para que la pista perdiese 20ºC de temperatura de un día para otro. Con ello, en una pista seca, la carrera terminó antes de empezar. Schumacher y su fiel escudero Rubens Barrichello se marcharon en la distancia, terminaron la carrera uno detrás de otro con 26 segundos de margen sobre los demás, y el alemán obtuvo su tercera victoria en tres carreras. Aquel ritual triunfante, que ya había tenido ocasión de perfeccionar con anterioridad en 72 ocasiones, lo llevaría a cabo 10 veces más aquel año.

Montoya fue claramente el mejor del resto hasta que sus frenos empezaron a fallar, desplomándose en la tabla hasta romper la caja de cambios camino de la vuelta final. Nueve giros antes, le había superado Jenson Button, quien logró subir al podio por segundo evento consecutivo. Jarno Trulli le había superado en la salida, pero no pudo contenerle en su última parada, contentándose con el cuarto lugar. El británico había clasificado por detrás de su compañero Takuma Sato, así que se vio claramente beneficiado por el incidente que este protagonizó al defenderse de Ralf Schumacher en la séptima vuelta, el cual arruinó el día del alemán. Con todo, la doble presencia en el top 5 fue la segunda en la historia del equipo BAR.

Un mes antes de que su nuera se convirtiese en Princesa de Asturias, llevó aquí a cabo el Rey Juan Carlos I el primero de sus muchos actos de presencia en un GP disputado en Oriente Medio, mucho antes de que la palabra "emérito" entrase en el vocabulario común. No supuso su presencia un impulso adicional para Fernando Alonso en la salida, teniendo además que cambiar el alerón delantero tras un toque con otro coche, pero el piloto de Renault emprendió entonces una remontada marca de la casa para alcanzar los puntos, terminando en sexta posición sin poder completar un adelantamiento final sobre Sato.

Ralf Schumacher se repuso de su colisión y salió indemne de un segundo toque con Giancarlo Fisichella para terminar séptimo, mientras que Mark Webber, aún considerado promesa de futuro, completó la zona de puntos, habiendo llevado a cabo una gran lucha durante ocho vueltas con Alonso al volante de su Jaguar. En el otro lado de la balanza, continuó el desastre mecánico de McLaren: Räikkönen sufrió su segunda rotura de motor en la vuelta 7, y siete eran las vueltas que quedaban antes de que David Coulthard viera desaparecer su sexto puesto por un problema hidráulico.

Sakhir lucía diferente en más de un aspecto, aunque el trazado en sí sea prácticamente idéntico, siendo el ensanchamiento por dentro y fuera de la curva 4 el único cambio reseñable. Más diferente era la Fórmula 1 de la época, como los vídeos demuestran, pero las señas de identidad ya eran plenamente reconocibles en un trazado que, en los años siguientes, albergó grandes batallas entre Alonso y Schumacher, y que se acabaría convirtiendo en uno de los más consistentes a la hora de ofrecer buenas carreras.

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