Virutas F1Sufridores en casa

Durante diez temporadas entre 1972 y 2004 se emitió en España el programa concurso «Un, dos, tres», el más exitoso de todos los tiempos de la tele cañí. Su responsable, Chicho Ibañez Serrador, se inventó una figura para salsear su espacio: los llamados ‘Sufridores en Casa’. De manera remota una pareja se llevaba el premio o castigo de los participantes sin poder meter la cuchara.

Sufridores en casa
Varios son los pilotos de Fórmula 1 que no están obteniendo los resultados esperados.

16 min. lectura

Publicado: 02/06/2022 11:30

Digan lo que digan, los que disfrutamos de las carreras estamos en casa, los que sufren en los circuitos, y este año hay sufriendo tipos que no estaba previsto que lo hicieran. Tras siete pruebas disputadas, un tercio del calendario, ya se pueden echar algunas cuentas con poco espacio para el error a la hora de sopesar el panorama. Con veintidós carreras programadas, una más si no fuera por Vladimir Putin, hay espacio para la recuperación aunque ya se puede tildar de Ruperta lo que podemos remitir a unos cuantos.

Para los más jóvenes, Ruperta era el nombre de la calabaza que Ibáñez Serrador entregaba a los que no se llevaban premio alguno en su espacio. La Ruperta era el reflejo de los suspensos, del vacío, del looser que cuando hablábamos solo en español se llamaba perdedor, y plasmaba la ruina de sus participantes menos afortunados.

Los resultados no son el único elemento de juicio para valorar la calidad de los pilotos, pero es una tabla inapelable para tasar la eficiencia del conjunto piloto-coche-equipo. Y hay varias calabazas que repartir.

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Daniel Ricciardo

Daniel Ricciardo empieza a estar muy discutido en McLaren.

El austral ha perdido su sonrisa de manera paulatina desde que salió de Red Bull. Cuando vio venir a Max Verstappen supo que al modo de lo que pasara años antes con Vettel, el segundo piloto se comería las migajas y decidió saltar por la borda. Desde entonces se ha convertido en una suerte de mercenario de la velocidad, capaz de llevar lo que le den de manera solvente pero ningún equipo con posibilidades le pone en su epicentro con un plan titulero en mente.

De golpe se le pone cara de Nick Heidfeld, Nico Hülkenberg o Rubens Barrichello y se hace el juego de la oca, de equipo en equipo sin más brillo que el que se tope de manera circunstancial. Daniel suele, o solía hacer siempre buenas carreras, pero un tipo de su experiencia ha sucumbido ante Lando Norris en seis ocasiones tras siete citas los sábados y similar medida en carrera (6 a 1) cuando los dos han acabado.

Si añadimos que Zak Brown dice sin tapujos que hay cláusulas de salida incidental en su contrato y que no están contentos con su concurso, es obvio pensar que Patricio O'Ward esté calentando por la banda. El mexicano sería un pelotazo mediático para McLaren y la Fórmula 1, y no hace más que dar alegrías a los de Woking. Ricciardo cae bien a todos, pero ha de rendir a otro nivel o se verá pisando otros destinos menos deseables; hay quien dice que incluso en su casa.

Lewis Hamilton

Lewis Hamilton no consigue imponerse a George Russell.

La Fórmula 1 es una especialidad antifrágil, como la aeronáutica o la aviación. Cuando se rompe algo, se mejora y se deja de romper. En el caso de los pilotos es frecuente que ocurra justo lo contrario. Esto no quiere decir que cuando dejas de ganar estás condenado a no volver a hacerlo nunca más, pero si Hamilton quiere su octava corona va a tener que sudar el doble. En su equipo no le han dado un coche dominador, sino uno que viaja a unas 6-7 décimas de los de cabeza.

No solo eso sino que de forma bastante sorprendente a Sir Lewis parece costarle cierto trabajo adaptarse a su coche; un coche con el que su compañero, sin título, pole, ni victoria alguna aun no se ha bajado de los cinco primeros puestos tras siete carreras. El heptacampeón sin embargo solo ha llegado a esas alturas en tres ocasiones… menos de la mitad. La diferencia de puntos entre ambos reside en la horquilla del 30-40%.

En buena lógica, por experiencia, afinidad con su equipo, y unas capacidades poco discutibles, el equilibrio de esta balanza no debería estar inclinada hacia George y sino hacia el otro lado y no lo está. Si hay algo que Lewis no soporta es que su compañero le supere, y en 2016 Nico Rosberg lo desquició. ¿Pasará este año con Russell? Necesita tomarse unas cuantas latas de Espabileitor, la bebida energética de moda.

Mick Schumacher

El de Mónaco ha sido el último de una serie de accidentes de Mick Schumacher.

2022 está siendo un año muy duro para Mick. Si la temporada anterior Nikita Mazepin no lo arrinconó, en esta el más veterano Kevin Magnussen le está dejando en dolorosa evidencia. El Haas no es un coche ganador, pero muchos de los elementos Ferrari que lleva instalados aparte de su motor le conceden en teoría unas capacidades favorecedoras. Por eso el danés está décimo en la tabla de pilotos con un notable quinto puesto logrado en Bahréin mientras que Mick disputa a Latifi el farolillo rojo. Si a esto añadimos los dos jardazos que se ha atizado este año en Arabia Saudí y Mónaco, Guenther Steiner no puede estar contento.

Las dos piñas han sido de orden mayor, en ambos casos partió su Haas en dos con graves destrozos en el chasis y caja de cambios, así que huelga decir que esto va a costar una leña. Las lenguas viperinas del paddock ya llaman «Crash Kid» al heredero del heptacampeón, y no es que le pese su apellido, sino que sobre el asfalto no hay más nombre que el que te ganes y de momento se está embolsillando uno muy poco agraciado. Sufre.

Nicholas Latifi

Da igual quién sea el compañero de Nicholas Latifi, le ganará igualmente.

El infame título de «piloto de pago» no se lo merece ningún corredor. Todos llegan como pueden, pasan por las mismas curvas, y luego su participación define sus habilidades. Lo que sí es cierto es que el canadiense alberga pocas de estas. En su tercera temporada como titular en la Fórmula 1 debería haber crecido un poco. Si bien es cierto que no tiene el mejor coche de la parrilla, lo normal es que quede automáticamente vapuleado sea quien sea el que corra a su lado.

Este 2022 Alex Albon, defenestrado de Red Bull como titular, se ha puesto por delante en 27 ocasiones por 4 de Latifi si sumamos todas las sesiones en las que han compartido pista (clasificatorias, sprints y carreras y restamos los abandonos). Albon tardó tres sesiones, fue exactamente en los Libres 3 de la carrera inaugural, en colocarse de manera clara y evidente por delante de su compañero. Y mejor no mirar la relación en tandas clasificatorias o carreras terminadas porque el cómputo resulta sonrojante.

Hasta Nick de Vries le dejó atrás en su debut durante en competición oficial en los Libres 1 de Montmeló… aunque también es cierto que Latifi rodó muy pocas vueltas. Nada de esto quita que el heredero del imperio alimenticio Sofina, patrocinador de la escudería, lidere de forma sistemática todas las tablas… siempre y cuando las pongamos al revés.

En el «Un, dos, tres» el premio gordo era un apartamento en Torrevieja, Alicante, o un coche, por norma general un SEAT. Hay tres pilotos, uno madrileño, otro que vivió en esta ciudad, y otro que es muy seguidor del equipo representativo de la capital que afrontan una situación que no es o no ha sido la deseable. No merecen estar en la lista de los anteriores a pesar de que algunos les hayan metido en ella.

Checo Pérez

Checo Pérez está renovado, por mucho que le duela a Pierre Gasly.

(La renovación de Checo Pérez llegó justo durante la revisión ortográfica de este artículo. Fue escrito antes del anuncio. No se ha cambiado ni una coma)

Nos guste o no, la mejor —y única— forma de silenciar a los críticos de sofá es con resultados, y el triunfo de Checo Pérez en Mónaco dejó callados a muchos. Mejor dicho: dejó callados a todos. Checo representa una rama del típico piloto latino. Sin los ataques de visceralidad al volante de Montoya, pero con la frialdad y eficiencia de Fangio, y ejecución impecable de carreras rocosas. El mexicano saca el partido de sus neumáticos que no logra nadie; Checo es el verdadero Hombre de Goma.

Pocos esperan que dé caza a Max Verstappen, pero malamente su equipo va a encontrar a un mejor segundo piloto para un equipo líder. Por eso, y porque «Checo delivers». La victoria de Montecarlo, sus cuatro podios y dos cuartos, le dejan justo donde debe o incluso ligeramente por encima si partimos de la base que puede que el Ferrari sea el mejor coche o lo haya sido al inicio de la temporada. El de Guadalajara cumple y no hay mucho más que hablar. Y el que le tenga echado el ojo a su asiento… que vaya buscándose otro.

Carlos Sainz

Carlos Sainz ya tiene cuatro podios, pero no termina de rendir como se espera de él.

Al hijo de El Matador le pasa algo parecido. No brilla en exceso, no realiza machadas exuberantes y tiene un compañero de equipo que se lleva las atenciones de su equipo y los medios, pero está donde debe. Sus cuatro podios, dos segundos puestos, y dos terceros, deberían bastar a sabiendas de que su coche gravita entre el mejor y el segundo mejor. Con esta matemática en la mano que bascule entre la segunda y cuarta plaza en cada carrera es cumplir con solvencia lo encomendado. Que nunca haya bajado del cuarto puesto en carrera debería acabar de convencer a los críticos más agarraos. Puede que no tenga la velocidad a una vuelta de Leclerc, pero lee bien las carreras, huye de los jaleos, y tiende a salir de ellos de manera limpia y eficaz.

Tras 147 carreras disputadas necesita ganar al menos una y es muy posible que esto ocurra este año, de hecho estuvo muy cerca en Mónaco. Entró en meta a 1,1 segundos del vencedor. Con otra fisonomía de circuito es muy probable que la foto hubiera sido otra. Carlos es bien… aunque debe seguir creciendo, cosa que hace cada año.

Fernando Alonso

Lo de Alpine sí que es para sufrir...

Es un año de contradicciones para el asturiano. Ganar no gana, pero perder tampoco pierde. Su mejor resultado ha llegado en Mónaco… conduciendo peor que nunca. Bueno, peor no, sino más lento, a más de dos segundos por debajo de los hombres de arriba. «Es que estaba gestionando mis neumáticos», dijo al acabar la prueba. Es posible. Visto fríamente su compañero triplica sus puntos y está situado cuatro puestos más arriba en la tabla, aunque los sábados disfrutan de un empate técnico en clasificatoria.

Sus abandonos en Arabia Saudi e Imola lastran su acúmulo de puntos y nadie duda de que sigue siendo un referente. No está donde debería y de vez en cuando emite los chispazos y el lustre propios del que domina lo que hace. Su situación contractual con el equipo es confusa, o al menos eso traslucen los mensajes cruzados. Si esto no afecta a su ejercicio se recuperará aunque su coche da para estar más o menos donde lleva Alpine/Renault desde 2019: quintos. Si ALO lo lleva más allá, será un (pequeño) triunfo y no esperamos otra cosa.

Si los ganadores del «Un, dos, tres» se llevaban el 131 Supermirafiori, el tope de gama de SEAT por aquel entonces, los Sufridores en Casa recibían en el concesionario más próximo un coche igual. ¿Coches iguales? No, eso es en la Fórmula 2, aquí a cada cual le tocó el que venía asociado a su contrato. Si fueran todos iguales esto sería muy distinto… pero no daría tanto que hablar.

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