EntrevistaVíctor Garay, mecánico de Toro Rosso: "Te avisan de que no todo es bonito en la F1"

Víctor Garay, mecánico de Toro Rosso, fichó por los de Faenza esta temporada y nos cuenta cómo está siendo su experiencia en la máxima categoría después de un recorrido laboral exótico. No todo es glamour en el gran circo de la Fórmula 1.

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Publicado: 08/05/2018 17:30

Preparada su maleta para marchar al Circuit de Barcelona-Catalunya. Además de la ropa de calle, un buen espacio del bulto está ocupado por los uniformes de Toro Rosso. Con todos los bártulos y billetes de avión en la mano hacia la ciudad Condal, encara un nuevo viaje desde las Islas Baleares. No es un aficionado, tampoco ningún célebre famoso del gran circo. Eso sí, si no existiera un buen puñado de gente como él en este negocio, directamente, no habría coches.

Forma parte de los mal llamados protagonistas secundarios de la máxima categoría: los mecánicos. Víctor Garay (26 años) estudió el Grado de Derecho en su tierra natal, pero por circunstancias temporales decidió encarrilarse en el mundo del motorsport. No le salió mal la jugada laboral, pero qué travesía tuvo que afrontar el mallorquín para llegar a un sueño que anhelaba de niño.

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Víctor Garay: “Cuando tenía 16 o 18 años tenía una obsesión, que era un BMW E30. Siempre me había gustado la mecánica. Cuando cumplí la mayoría de edad, me compré el coche y, a partir de ese momento, aprendí mecánica de forma autodidacta según pasaban los años. Luego conocí a gente de Mallorca a la que suele gustarle el mundillo y fui a efectuar pruebas con mi automóvil. Luego me volví algo loco, me inventaba cosas y empecé a realizar proyectos para ver cómo podría progresar”.

M: En un principio, usted no era mecánico, si no Graduado en Derecho, ¿por qué este cambio tan repentino?

V:“Sí, ¡y la tengo terminada! Siempre me ha gustado el Derecho, aunque prefiero hacer cosas con mis manos. Me di cuenta que estar sentado detrás del ordenador no me motivaba. Por cosas de la vida, se me quedaron dos asignaturas de la carrera y sólo pude aprobar una de ellas, por lo que me veía un año algo muerto, ¿qué hago? ¿Me espero a aprobar esa asignatura y luego hago el Máster o me meto en el mundo del motorsport de una forma más profesional? Un amigo me recomendó el Curso Superior de Campos Racing y allí me fui. Hay que remarcar una cosa. Yo iba a hacer ese Curso con la idea de que tal vez no me iba a dar trabajo. Buena parte del dinero que ahorré fue a pagarlo”.

M: Empezó a ser mecánico de competición con el Curso de Campos Racing, ¿qué aprendió en ese tiempo de formación viniendo de una profesión anterior tan antónima?

V: “No fue fácil el inicio, me jugué una vacante con otros dos chicos. Le mandé a Andrés Castillo, coordinador del Curso de Campos, un dossier sobre todos mis trabajos de mecánica que había realizado. Después de una entrevista, me dijeron que estaba dentro. Con unas clases teóricas, empezamos a trabajar en Alzira con los monoplazas de la EuroFormula Open. Disfruté mucho y todos me enseñaron muchísimas cosas. Para mí fue un mundo nuevo abrir una caja de cambios y modificar las relaciones, por ejemplo. Poco a poco vi que el mundo del automovilismo se adaptaba más a mí. Una persona con interés, ganas y vocación puede superar esos momentos duros”.

“En la entrevista, me sorprendió el método con el que te analizan, juegan un poco con tu cabeza

M: Después de un año en la escuadra española, donde adquiriste un buen bagaje con las prácticas, ¿cómo se pasa de estar en Campos Racing a un equipo de Fórmula 1?

V: Terminé las prácticas y en Campos F3 me pillaron para hacer todas las pruebas del campeonato. El problema viene cuando tú piensas, ¿qué será de mí la próxima temporada? Hice listas de equipos para hacer más contactos y así asegurarme un futuro en el mundillo. Además, Campos me dio la oportunidad, a propuesta personal, de aprender mucho más con ellos en su base de Montmeló. No me quedé quieto, básicamente. Sólo por el paso por Campos, trasteé con una gran variedad de monoplazas”.

“Vi que Toro Rosso ofrecía un puesto de logística para montar los garajes y yo envié mi currículum, igualmente. Luego, por suerte, la historia cambió ya que vieron que tenía un buen perfil para ser mecánico y me incorporaron como tal. Mientras estaba en Alemania en un equipo de LMP3, Toro Rosso empezó a contactar conmigo por videoconferencia. Me sorprendió el método con el que te analizan, te pinchan mucho con el tema de que la mayoría del año estás fuera de casa o en el gran número de Grandes Premios que hay. Ellos te preparan, entienden que tienes ilusión pero te avisan de que no todo es bonito en el gran circo. Finalmente, tuve una entrevista personal con seis personas distintas en un mismo día, ya en Faenza. Te quieren poner un poco nervioso, juegan un poco con tu cabeza”.

M: ¿Cómo fue la adaptación a Italia y, en general, al gran circo?

V:Lo de vivir en Faenza es un poco relativo. En la Fórmula 1 no vives en ningún lado. Toro Rosso te pone una casa en este municipio. Esto le viene bien a la gente que vive fuera de Europa, pero puedes volver a casa si así lo deseas. Ahora mismo, estoy en Mallorca”.

El mecánico Victor Garay (al fondo a la izquierda), de Toro Rosso, en la parrilla de salida del GP de Azerbaiyán.

M: ¿Sabe ya muchas palabras en italiano?

V: “Sí, por supuesto. De hecho, hay otra cosa que me sorprendió muchísimo y es que ni Dios habla inglés. De sesenta, tal vez hablen inglés diez o doce. Hablo italiano todo el día, me imagino que al hablar el español y el catalán ayuda mucho a absorber el italiano. El primer día parecía un poco indio, pero ahora ya voy mucho mejor. He notado que no es un salto enorme para una persona española irse a Italia; igualmente, hay que tener coraje. Así que, además de una experiencia bonita como es la Fórmula 1, me llevo una lengua que te sirve para toda la vida”.

M: Muchos de nuestros lectores no han tenido la oportunidad de estar por Faenza, ¿cómo se fabrica el nuevo STR13? ¿Cómo es su vida profesional en la fábrica?

V: “A principio de temporada se sacan todas las piezas de producción y se adaptan todos los componentes para el nuevo chasis. Ahí se ve, realmente, si quedan bien o si se tiene que hacer alguna modificación de diseño. Te encuentras un puzle que ha sido ideado por diversas personas y de encajar es muy complicado. Al principio, el noventa por ciento de las piezas, que son de fabricación precisa, no encajan. No tiene nada que ver con un F3, ya que el montaje de esos monoplazas está muy marcado”.

Cuando ya tenemos montado el puzle y estas en plena temporada, cada vez que vuelves de un evento hay una revisión exhaustiva de cada pieza. Cuando has efectuado estas comprobaciones y a la vista hay un nuevo GP, desmontas todo el coche, lo envías en cajas a su destino y allí lo vuelves a montar. Este proceso se repite en cada prueba mundialista. Básicamente, esto es un control de calidad exhaustivo”.

M: ¿Cómo fue Australia para un novato? Fue otro de los debutantes de 2018.

V: Fue un viaje agotador, muchas horas de vuelo, unas veinte. También hay jet lag y debes de adaptarte a la comida, el agua y sus calidades, o al clima sofocante, como es Bahréin, por lo que trabajar de primeras así es duro. Estar al cien por cien es imposible, ya que alguno puede caer malo o tiene dificultades con la comida. El trabajo es el mismo, pero cambia mucho según en el país en el que estés”.

“Luego ya está el gran circo y, siendo el primer GP, fue brutal. Es un parque precioso, lleno de árboles. Te encuentras con la realidad de ese mundo; ves a Vettel que pasa por tu lado o ves a muchos pilotos que pasan por el otro costado, es una barbaridad. La primera vez que sales a la parrilla de salida para salvaguardar el monoplaza antes del GP es increíble. Cuando arrancas el coche te despierta unas sensaciones que con los otros coches no sentía. No sé cómo sería esto con los V10, pero aun así suenan una barbaridad”.

El trabajo es el mismo, pero cambia mucho según en el país en el que estés

M: ¿En qué parte del coche se encuentra y en qué piloto se centra su trabajo?, ¿cuál es su función dentro de un GP?

V: “Estoy en la parte posterior y en la zona de la amortiguación del monoplaza de Pierre Gasly, principalmente. Hago la puesta a punto de la parte trasera y ayudo al cambista. Al principio da mucho respeto y tienes que aprenderlo todo al instante. Al final te acabas adaptando. Además, cuando estamos en parrilla o en el garaje, cambio la rueda trasera izquierda. En las dos primeras citas aprendí a cambiar el alerón delantero por si había algún incidente, por suerte no tuve que hacerlo”.

“En el GP de China faltó uno de mis compañeros y entré en el equipo de pit stops, en la rueda trasera derecha, lo que es para mí una nueva experiencia importante. Estamos entre los cuatro primeros en cuanto a rapidez, así que mal no debe de ir. Un cambio normal para nosotros son 2,5 segundos, aunque en prácticas lo hemos llegado a bajar a 1,9 segundos”.

M: ¿Qué diferencias de rutinas hay entre la F3 y la Fórmula 1 para un mecánico profesional?

V: “La mayor diferencia es que no hay límite de nada y en las herramientas que utilizas. Cuando estás en F3 tal vez te puedes ver limitado por un presupuesto o intentas que las piezas tengan más duración. En F1 no pasa, cuando un tornillo lo quito, por ejemplo, lo tiro. El presupuesto parece que es ilimitado, no puedes tener fallos por deterioro del material, vas al recambio y punto. Esto te puede responder a buena parte de las preguntas sobre este tema. No se puede comparar, directamente. Todo lo que usas en la Fórmula 1 es lo mejor y no hay excusas que valgan. La F3, o la Fórmula 4, son necesarias tanto para los pilotos como para los mecánicos que se inician en el mundo de la competición”.

Los mecánicos de Toro Rosso celebrando el cuarto puesto de Pierre Gasly en Bahréin. Con el puño en alto (a la izquierda de la imagen), Víctor celebrando la gesta del equipo.

M: El Fórmula 1 será de los monoplazas más espectaculares con los que habrá trabajado, pero, ¿qué monoplaza le parece el más curioso?

V: “Es una pregunta difícil de contestar. A nivel mecánico, el Fórmula 1 me fascina, no hay ninguna duda, es más complejo. Como mecánico, me quedo con este porque me da mucho juego dentro de un equipo. El Fórmula E te despierta mucha inquietud por cómo va a evolucionar, pero creo que es un reto más para los ingenieros, tanto a nivel de electrónica como de gestión”.

M: En Bahréin, el equipo italiano consiguió un resultado impresionante y Honda también, ¿qué sensaciones sentisteis?

V: Cómo mecánico, quedes primero o último, el trabajo que haces es el mismo. Obviamente, siempre intentas dejar el coche lo mejor posible. Todo se mide en millones y millones de dólares, por tanto, quedar entre los cuatro primeros, siendo un equipo pequeño fue impresionante. Es el segundo mejor resultado histórico del equipo. Gasly corrió como nunca, eso también ayudó”.

M: China y Bahréin fue su primer back to back, ¿cómo se sobrevive a dos semanas seguidas de GP?

V: “Acabas actuando como una máquina, no piensas demasiado. Yo soy el nuevo e intento fijarme cómo los veteranos sobreviven a esto. Haces un fin de semana normal en Bahréin y ni disfrutas del cuarto puesto, porque en seguida estás desmontando para ir a China. Terminas a las cinco de la mañana en desmantelarlo todo y sólo duermes en el hotel media hora, o ni eso, ya que vas al aeropuerto sin dormir. Súmale nueve horas de vuelo y el jet lag. A esas alturas, la gente ya no hace tantas bromas o se ríe tanto”.

“Es tu trabajo, no puedes estar lamentándote todo el día, estás porque quieres, pero ya no se hace con la misma rapidez en la segunda semana consecutiva. Para sobrevivir, lo que hago es acercarme a la gente más positiva. Se agradece muchísimo, no es ninguna tontería. Intentas descansar lo máximo posible, sin móviles ni historias, durmiendo, yendo a la piscina del hotel o a la sauna, si hay. Intentas desconectar de la vida normal porque si no se hace muy pesado”.

A nivel mecánico, el Fórmula 1 me fascina, el Fórmula E te despierta mucha inquietud

M: Y el año que viene, el número de carreras puede aumentar

V: “Creo que tener 24 carreras el próximo año nos puede afectar. Tal vez se tengan que planear las cosas de otro modo: un equipo de carreras europeas y otro para fuera de Europa no sé cómo se hará, pero 24 son muchísimo. Casi todas las semanas se vendrán los Grandes Premios seguidos y esto es menos tiempo en casa. Volver a casa es importante, porque es lo que te da fuerzas para seguir con tanto viaje. Al final, puede ser algo peligroso no tener tiempo para descansar porque puedes tener errores y un error en la Fórmula 1”.

M: ¿Algún objetivo profesional para este año?

V: Aprender lo máximo posible e intentar formarse en otras zonas del coche, de esta forma puedo ayudar a otros compañeros que vayan más apurados que yo, y así solventar un pico de trabajo puntual. Me gustaría coger más responsabilidades y entrar definitivamente en el equipo de los cambios de rueda. Es bonito llegar a la Fórmula 1 y espero estar más años. Es cierto que valoras otros intangibles, como estar en casa, más calidad de vida, vivir un poco más no hace falta estar toda la vida en el límite. No sé si la Fórmula 1 a muy largo plazo es una opción, pocas personas aguantan en el gran circo durante toda una vida”.

Toro Rosso efectuando un cambio de neumáticos en el GP de China.

M: ¿Qué consejo le darías a un mecánico que quiere llegar a la Fórmula 1 o, incluso, a una persona que quiere dar un giro a su vida de 180 grados?

V: “Que no miren el objetivo final. Si hubiese mirado directamente a la Fórmula 1 cuando terminé Derecho o el Curso Superior de motosport hubiese cometido ungran error. Tenemos que mirar día a día, desarrollar un buen trabajo y al 120 por cierto. Da igual en qué categoría estés, tienes que darlo todo y actuar como un profesional. El currículum no es sólo un par de folios, es mucho más que eso ya que, si te quieren contratar en la máxima categoría, irán más allá, preguntarán. Es fácil decirlo, pero no tienes que tener miedo a lo desconocido y, sobre todo, hay que echarle pasión”.

Fotos: Red Bull

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